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LONDRES 2013

Here Be Dragons: comprender la cultura e historia albanesas

por 

- El documental de Mark Cousins se incluyó en sección de Documentales a Competición. Atención: ¡no hay dragones en esta película!

Here Be Dragons: comprender la cultura e historia albanesas

Como parte de la sección de Documentales a Competición del 57 BFI Festival de Cine de Londres, Here Be Dragons, el último trabajo del “cineasta, escritor, viajero errante” (según su propia biografía de Twitter) británico Mark Cousins (cuya The Story of Film debería ser de visionado obligatorio para todos los estudiantes de cine), celebró su premiere europea en presencia del director y productor Don Boyd. Albania es un país del que la mayoría de la gente de esta parte del mundo sabe muy poco. Tampoco lo conocía mucho Cousins hace dos años, y aquí la razón por la que Here Be Dragons [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
existe. El título hace referencia a los antiugos cartógrafos, que, ignorando cómo era Albania, asumieron que allí debían vivir dragones. Cuando fue invitado a Tirana para ser jurado en el festival de cine local, Cousins, fascinado por ser un completo alienígena en esta comunidad, decidió documentar su experiencia.

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El resultado es una “película-ensayo” de micropresupuesto (£10.000) y extremadamente personal en la que Cousins se sumerge en la cultura y la historia albanesas, aún dominadas por la herencia de los 41 largos años del mandato comunista de Enver Hoxha (1944-1985). Rodada en cuatro días y montada en cinco, Cousins, en vez de intentar pintar un retrato completo del país, filma lo que capta su imaginación, como en una intelectual y muy estudiada película de viajes. Él se mantiene fuera del cuadro la mayoría del tiempo, y comunica sus pensamientos a través de la narración. Visita las filmotecas locales, una exposición de iconos medievales; va a los suburbios y habla con los niños. Una buena porción del filme está dedicada a “la pirámide de Tirana”, una impresionante ruina en el medio de la ciudad. Construida para homenajear a Enver (fue diseñada por su hija), abandonada después de la caída del comunismo, y ahora utilizada como una emisora de televisión, el edificio y lo que representa para Albania fascina a Cousins. Sin embargo, el filme se centra en un discurso algo airado de cinco minutos, dirigido a Enver, en el que Cousins abandona su habitual tono calmado y considerado (hasta cierto punto) para expresar sus frustraciones y dar sus opiniones sobre los problemas que Albania ha atravesado en el pasado y atraviesa en el presente. Durante esto, vemos una carretera normal y corriente, en la que un coche se aleja de la cámara, y por la que pasa la gente. Primero hacia delante, luego hacia atrás: la gente vuelve, anda al revés, el coche se acerca.

 Here Be Dragons no es para todos los gustos, y que uno lo disfrute o no depende bastante de la opinión personal que se tenga de Cousins. Él es claramente un hombre muy inteligente, atento y culto, pero cuesta acostumbrarse a su narración lenta y monótona. Además, aunque sería fácil calificar de pretencioso a un hombre que describe la vista desde su habitación de hotel como “un cuadro de Monet”, algo a lo que se acerca peligrosamente en varias ocasiones, las observaciones de Cousins sobre el valor de la historia, la cultura y la memoria son absorbentes, y el placer de Here Be Dragons yace en aprender sobre una cultura “alienígena”.

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(Traducción del inglés)

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