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MÁLAGA 2013

Diamantes negros: el lado oscuro (y oculto) del fútbol

por 

- Miguel Alcantud denuncia el tráfico y mercadeo de niños talentosos con el balón en su tercer largometraje, presentado como parte de la sección oficial del festival de cine español de Málaga

Partiendo de una interesante idea, basada en hechos reales, esta coproducción hispano lusa de 1.2 millones de euros de presupuesto (75 % español, 25 % portugués) muestra, en un tono que por momentos roza el del documental, el brutal destino de más de 20 000 muchachos que son arrancados de sus hogares en África Central con el sueño de alimentar las ávidas canteras de los clubs de balompié más ricos del Viejo Continente. Pero con demasiada frecuencia aquella ilusión se torna pesadilla, como les sucede a los dos protagonistas de Diamantes negros [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, tercer largometraje de Miguel Alcantud, presentado como parte de la sección oficial del festival de cine español de Málaga.

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Alcantud, director y guionista que trabajó como cooperante en Mali, seleccionó a actores no profesionales de ese país para que diesen vida a los protagonistas de esta odisea de engaños, abusos y mercadeos, donde los chicos son tratados como esos minerales a los que alude el título.

Con secundarios como Carlos Bardem, Guillermo Toledo y Carlo D´Ursi, que encarnan a ojeadores que comercian con los menores captados por su talento con el balón, la cinta retrata ese submundo turbio del negocio deportivo más lucrativo de Europa sin caer en tremendismos ni enfatizando en la crueldad de la mafia que trafica con ellos. Por el contrario, casi como una crónica periodística construida desde la ficción, acompañamos a esos muchachos desde sus humildes casas en Bamako hasta su accidentado periplo por España, Portugal y norte de Europa.

El proyecto ha contado con el apoyo de Eurimages (190 000 €), Ibermedia (70 000 €) e ICAA (405 000 €), sin el cual este docudrama comprometido y valiente, alejado de la comercialidad recalcitrante, americanizada y vacua que demandan muchas cadenas de televisión, no podría haber sido una realidad. 

Ahora sólo hace falta que pueda ser vista por numerosos aficionados al fútbol, ignorantes de que detrás del oropel y las cifras astronómicas de sus astros se esconde un negocio miserable y sin escrúpulos que sólo busca el beneficio económico, pisoteando la debilidad e inocencia de los menos favorecidos.

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