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PELÍCULAS / CRÍTICAS

A Letter to My Father

por 

- La ópera prima de Damir Cucic es la potente historia de una compleja relación entre un padre y su hijo, realizada hábilmente mediante una mezcla de ficción, documental y cine experimental.

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entrevista: Damir Cucic
ficha de la película
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, de Damir Cucic, ganó el premio Grand Golden Arena a la mejor película del Festival de Cine Croata de Pula sin ser proyectada en el anfiteatro romano que da nombre al galardón, un espacio con capacidad para 6.000 espectadores que se llena cada noche durante el certamen. No era desde luego el lugar más adecuado para esta experimental mezcla de documental autobiográfico y ficción. Alejado de los gustos del público masivo, una buena parte de su metraje está compuesto por cartas audiovisuales y cuenta con sólo dos personajes, ninguno de los cuales resulta demasiado simpático. Al menos de una manera superficial.

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La película se abre con una larga escena en la que el Hijo (Milivoj Beader), de unos 40 años, habla a la cámara hacia su Padre (Mate Gulin). Hijo, un actor fracasado, vive en Zagreb, mientras que Padre vive en Dalmatinska Zagora, en una zona rural de Croacia cerca de la costa, justo detrás de las montañas que la separan del mar. La mentalidad de la región es crucial para la película, gente dura de duras colinas rocosas, pero no hace falta conocerla a la perfección para reconocer el tipo de padre tiránico, un patriarca rígido y estrecho de miras que puede encontrarse en cualquier rincón del mundo.

Padre ve estas cartas en su televisión mientras su Hijo habla sobre el pasado, sobre las cosas que el Padre le hizo a él, a su madre y a su hermana, abusos y humillaciones verbales y físicas. Para fastidiar a su Padre, aunque también por su fuerte tendencia a la dependencia, bebe sin parar brandy, fuma marihuana y esnifa cocaína. Y habla sobre sí mismo y lo mal que le han ido las cosas, culpando de todo a la influencia de su Padre.

Padre ve los vídeos y los comenta dirigiéndose directamente a su hijo, mientras profiere palabrotas y bebe brandy. Con frecuencia vemos su reflejo en la pantalla de la televisión, subrayando que el Hijo se parece mucho a su Padre, a pesar de sus esfuerzos, impulsados por el odio, para evitarlo. La televisión del Padre y la cámara del Hijo se convierten en los dos lados de un espejo, tanto metafórica como literalmente.

Existe, en algún punto más allá de la animosidad, un amor no reconocido entre ambos, que compone el núcleo emocional de la película. Queda claro en la escena final, de fantasía, donde se encuentran en la casa del Padre tras la muerte de éste. No hay cambios en el acercamiento visual o la ambientación, sino que están simplemente ahí, bebiendo, hablando, discutiendo, aunque también riendo y cantando juntos. Se odian y se aman, lo que era el Padre y en lo que se ha convertido el Hijo. Y duele al espectador, el amor más aún que el odio.

La película está basada en los monólogos de Beader y su cara está en primer plano en todas sus cartas, llenando la pantalla, probablemente la situación más desnuda en la que se puede encontrar un actor. Es ruidoso, agresivo, cínico, desesperado. Este es uno de esos papeles que van más allá de las técnicas interpretativas, en las que la energía se desborda fuera de la pantalla. Es la vida que se mezcla con el arte al máximo nivel.

Sin embargo, el papel de Gulin es aún más difícil. Hace un personaje que es, al menos desde su concepción formal, el malo de la historia pero que, a pesar de todo, tiene que gustar al público, ya que las relaciones humanas nunca son blancas o negras. En contraste total con Beader, su actuación es de un perfil muy bajo, sin levantar la voz o hacer demasiados aspavientos, con la decepción o la rabia (hacia sí mismo o su Hijo) fluyendo bajo la superficie. El veterano actor se hizo con el premio al mejor actor de reparto en Pula.

A Letter to My Father es un retrato en varios niveles de una compleja relación, hecha con sinceridad y talento a través de una refrescante mezcla de géneros. Será bien acogida en el circuito de festivales, donde su debut internacional se producirá en Gotemburgo.

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