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VENECIA 2010 Controcampo italiano

20 sigarette, una mirada subjetiva sobre la masacre de Nassirya

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Al margen de las polémicas, que como estaba previsto no se hicieron esperan (una persona cercana al Ministerio de Defensa, según el realizador, ha presionado a los familiares de las víctimas de la masacre de Nassiriya para impedir la realización de la película), ¿qué queda de 20 sigarette [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, ópera prima de Aureliano Amadei, recién premiada en la sección Controcampo italiano del Festival de Venecia?

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La película ofrece una mirada inédita sobre un evento importante de la Historia reciente de Italia (dentro de una edición del festival que se ha interesado sobre todo a la Reunificación con Martone y Pannone en los años 60 de Salvatores): el atentado de noviembre de 2003 contra el cuartel de Nassiriya, en Irak, que hizo 19 víctimas italianas (además de los civiles iraquíes). Amadei (bien interpretado en la película por Vinicio Marchioni) estaba allí: estudiante en el DAMS, pacifista convencido, había desafiado la perplejidad de sus amigos yendo a Bagdad junto con el realizador Stefano Rolla (Giorgio Colangeli) para hacer la localización de una película, guiados por soldados y oficiales. La experiencia fue breve: el tiempo de familiarizarse con un pacifista enfrentado al teatro de una guerra, el tiempo de fumar los veinte cigarrillos del título.

Y luego un camión lanzado sobre un puesto de cordón de seguridad, causó una explosión, derrame de sangre, en una palabra, causa una tragedia. Todo ello es rodado por una cámara subjetiva (la fotografía es de Vittorio Omodei Zorini), no por costumbre sino por razones narrativas: se trata de adherir completamente al recuerdo de este día, una perspectiva tanto más preciosa visto que no coincide siempre con la versión oficial (en particular, con relación a presuntos “actos de heroísmo”). Estos pocos minutos son el centro de la película, “cruda e innegable”, como lo afirma el realizador. En otra parte, el tono es a veces el de la comedia “de formación” (con un relato sentimental secundario un poco borroso confiado a Carolina Crescentini), ya que Amadei no renuncia a la ironía, aunque lanza su divertido “J’accuse” contra el circo mediático que se desencadenó a su regreso a Roma: los medios y hombres políticos se encontraron reunidos a la cabecera de su cama de hospital (mientras que se curaba de una gangrena al tobillo, de una perforación de los tímpanos y de centenares de lesiones causadas por esquirlas, algunas aún en su carne). Buscaban a un mártir pero encontraron a un testigo. En griego antiguo, las dos palabras coinciden, según los cursos de catecismo con respecto a los primeros cristianos; actualmente, los testigos son mucho más incómodos.

Esta producción de R&C Produzioni, escrita por propio Amadei y Francesco Trento (a partir de la novela “Venti sigarette a Nassirya”) con Gianni Romoli y Wolfango De Biasi, ya ha sido distribuido en Italia por Cinecittà Luce.

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(Traducción del italiano)

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