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PELÍCULAS / CRÍTICAS

Corridor

por 

- Un thriller angustiante y claustrofóbico dirigido por dos suecos que domina brillantemente los códigos del cine de género. Premio Cineuropa en el Festival de Cine de Bruselas de 2010

Un estudiante de medicina concentrado en sus exámenes, un vecino recién instalado y bastante insoportable, y el amante de la vecina, el tipo de hombre que nadie quisiera tener como enemigo. Tres personajes que giran en torno a un pequeño apartamento y al pasillo de un edificio que significa hacer frente al terror, un terror mayor cuando se tienen dificultades a enfrentarse a la realidad. Con pocos medios, compensados con un control irreprochable de los códigos del cine de género, los suecos Johan Lundborg y Johan Storm entregan con su primer largometraje Corridor [+lee también:
tráiler
entrevista: Johan Lundborg y Johan Storm
ficha de la película
]
un thriller claustrofóbico que no pasó inadvertido en la edición 2010 del Festival de Cine de Bruselas.

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Corridor utiliza a un personaje creado por Johan Lundborg en 2003 en su cortometraje de final de estudios en la Universidad de Gotemburgo: Frank, un estudiante en medicina competente y vecino asocial. Siete años después, en Corridor, versión larga de este cortometraje, Frank no ha cambiado. Su creador, en cambio, decidió co-realizar su película con Johan Storm, también graduado de la Universidad de Gotemburgo.

Cobarde y calculador, Frank es el antihéroe por excelencia que hace pensar al espectador en sus propios miedos. Johan Storm crea una especie de anti-Harrison Ford. En las películas interpretadas por este último, los personajes se comportan como quisiéramos hacerlo idealmente, mientras que en Corridor actúan como la mayoría de la gente haría en la vida real. Interpretado como en el cortometraje por el noruego Emil Johnsen, el joven estudiante de medicina está convencido de que su vecina Lotte (Ylva Gallon) ha sido asesinada por su celoso novio (Peter Stormare). Siguen una serie de aventuras, fraudes, llamadas telefónicas y persecuciones con consecuencias inesperadas.

La fascinación que Frank parece ejercer sobre los dos jóvenes cineastas se manifiesta a través del tiempo y los detalles que el relato le consagra. El guión, basado sobre una narración más bien visual y que deja poco espacio a largos diálogos, permite al espectador ver a Frank “crecer” bajo su mirada, hasta el punto que, durante toda la película, las esperas y los temores del público están condicionados por lo que el personaje piensa, hace o se imagina. Una apuesta ganada en la manera subjetiva de narrar esta historia rodada casi totalmente al interior (la universidad, el apartamento de Frank y los corredores de su edificio). Corridor saca su fuerza de la mezcla de esta sólida construcción del protagonista y la estructura a puerta cerrada del relato. La angustia del personaje aumenta en paralelo a la limitación de su espacio.

Con una dirección innovadora y sin recurrir nunca a efectos especiales para crear tensión, Corridor confirma la idea clásica según la cual lo que no se dice y los fantasmas son a menudo más peligrosos (y más seductores) que la sofocante realidad. La cinta confirma también que es posible que un thriller psicológico de calidad no permanezca confinado a los mercados y festivales especializados en el cine fantástico, intentando al mismo tiempo, de manera brillante, emocionar al público.

Esta producción de Anita Oxburgh para Migma Film AB se estrenará en Suecia a finales del año. Las ventas internacionales están en manos de la austriaca EastWest.

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(Traducción del francés)

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