email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

CANNES 2010 Una Cierta Mirada / Francia

Los juegos de pista de Simon Werner a disparu…

por 

Un toque de suspense, una pizca de comedia y un retrato de la adolescencia de hoy día. Todo ello arropado por una banda sonora de Sonic Youth en una ópera prima que parte de un guión muy hábil. Presentada hoy en la sección Una Cierta Mirada de Cannes, Simon Werner a disparu… [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, de Fabrice Gobert, es un interesante ejercicio de estilo que sus nada disimuladas influencias (Elephant, Bricks y Las vírgenes suicidas) no impiden entrever una identidad bastante personal gracias a un muy buen reparto y una fina percepción del universo de los alumnos de secundaria y de su capacidad para fantasear sobre la realidad.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

Dando la espalda a las tentaciones individualistas de los autores, a menudo características de las óperas primas sobre la adolescencia, Fabrice Gobert trata un misterio (un cadáver es descubierto en el prólogo de la película), a través de un relato que se aclara con cuatro puntos de vista sucesivos que exploran el mismo acontecimiento: Simon Werner, un joven de cerca de 18 años, desapareció.¿ Se trata de una fuga o de una tragedia?, visto que hay sangre en un salón de clase. Otras desapariciones alimentan los rumores y las hipótesis entre los alumnos. Tantas pistas que hacen progresar el relato y que definen con pequeños detalles a los principales protagonistas: el guapo Jérémie (Jules Pelissier) que tiene tiempo de observar al ritmo de sus muletas, Alice (Ana Girardot) que es la más bella del liceo y que acaba de romper con el desaparecido, Rabier el impopular (Arthur Mazet), y el mismo Simon Werner (Laurent a Delbecque) para concluir y tener la última palabra.

Respaldado por la fotografía de Agnès Godard con cuatro estilos distintos para los cuatro relatos (flashbacks y entrelazado de los puntos de vista), Simon Werner a disparu… logra mezclar con éxito géneros sin perder el hilo de su relato. Los ingredientes clásicos de la película de angustia adolescente están presentes (bosque en la noche, cabaña aislada, conversaciones intrigantes oídas por casualidad…), la diversión despunta con las inevitables obsesiones de los adolescentes en pleno desorden hormonal y tentativas sentimentales, y la mecánica sofisticada del guión preserva los resortes de una intriga que juega con éxito al escondite con el público. Un juego de pistas que nace, como lo sugiere un deber de filosofía de la cuestión: “¿Se puede representar la realidad sin idealizarla?”. Un tema que da seguramente la clave de la confrontación permanente en la película del imaginario y de la experiencia de los adolescentes, y también de la estrategia de un realizador que asume un planteamiento lúdico a la vez cercano y distante.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

(Traducción del francés)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Privacy Policy