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PELÍCULAS / CRÍTICAS

Complices

por 

- Mezcla perfecta de novela policíaca, romanticismo y prostitución juvenil, la película del suizo Frédéric Mermoud proporciona a este género una gran densidad humana

En la vida real, como en Complices [+lee también:
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, los jóvenes sacan a los “cuarentones” varios cuerpos de ventaja. Con la convicción de que su amor puede imponerse a todos los obstáculos, Rebecca (Nina Meurisse) y Vincent (Cyril Descours) vuelan en todos los sentidos, codiciosos de placeres, inhalando el perfume de libertad que desprende el dinero ganado con el sudor de su cuerpo. El de Vincent, de Rebecca, el de ambos. Es precisamente ante el cuerpo sin vida de un joven a las orillas del Ródano donde comienza la investigación de los inspectores Karine Mangin (Emmanuelle Devos) y Hervé Cagan (Gilbert Melki), dos solteros de mediana edad unidos por el uniforme y por un tipo de vagabundeo sentimental, dos profesionales más liberados de los demonios del resto de gente que de sus propios tormentos

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Frédéric Mermoud, realizador y guionista de la cinta, sabotea los códigos del género revelando que la historia termina mal. Así, libre de la opresión del suspense, desenreda los hilos de la intriga dejando el escenario a personajes complejos, convincentes y vibrantes, en lugar de los típicos iconos esterilizadas de la novela policíaca. En cada episodio del amor a muerte de los dos jóvenes despreocupados, se descubre poco a poco a los investigadores. La sorda inquietud de Mangin y Cagan se contrapone a la extrema audacia de los dos despreocupados enamorados, que se dirigen a ojos cerrados hacia su trágico destino. Este desarrollo paralelo de dos lógicas diametralmente opuestas - el orden y la moderación por una parte, el desorden y el impulso del otro – acercándose muy imperceptiblemente al mismo tiempo, revela un gran control de la tensión dramática y la dirección.

Frédéric Mermoud no carece tampoco de audacia, afrontando el tabú de la prostitución juvenil por Internet sin caer en el moralismo, describiendo muy superficialmente el recorrido de dos jóvenes demasiado codiciosos para pensar en el futuro. Su intención es personificada extraordinariamente por la frescura y la espontaneidad de Nina Meurisse y Cyril Descours, sus dos jóvenes intérpretes. El cineasta tiene también el descaro de imaginar un tándem de polis un poco descuajaringado afectivamente, pero suficientemente dotado de humanidad como para evitar destruir una joven vida por la prisión. ¡A este respecto, el dúo Emmanuelle Devos y Gilbert Melki es digno de figurar en la antología de los polis atípicos!

Las cortometrajes de Frédéric Mermoud (L' escalier, premio del cine suizo en 2004, Rachel, Le créneau) o su telefilme Bonhomme de chemin dejaban vislumbrar un talento que confirma el éxito de Complices. El cineasta, nacido en Suiza en 1969 y ex graduado de la Escuela de Arte de Lausana, acaba por otra parte de crear la productora Bande à part Films con otros tres excelentes realizadores, Ursula Meier (Home [+lee también:
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), Lionel Baier (Un autre homme [+lee también:
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) y Jean-Stéphane Bron (Mon frère se marie [+lee también:
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), y ya ha comenzado a trabajar en un nuevo proyecto, titulado Hannibal.

Complices, una coproducción de Francia (Tabo Tabo Films) y Suiza (Saga Productions), ha contado con un presupuesto de aproximadamente tres millones de euros. La cinta será distribuida por Pyramide en Francia y por Vega Distribution en Suiza.

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