23/01/2006

Uno de los más eclécticos talentos del cine francés ambiciona... volverse guionista. Justamente, habla mejor que nadie de los guionistas con los cuales él ha colaborado y de la comedia, ese género que lo caracteriza a pesar de los 27 años que separan Les Bronzés 1 y 3.

Gazette des Scénaristes: ¿Cómo se implicó en el proyecto Bronzés, Amis pour la vie ?
Patrice Leconte: Me dio por escribir, con los seis miembros del grupo del Splendid, el guión del primer Bronzés. Se trataba entonces de la adaptación de una pieza que ellos habían presentado en el café-teatro. Partía en todos los sentidos, y por la noche, después de las sesiones de trabajo, trataba de poner un poco de orden en todo eso.
Desde entonces cada uno tenía su recorrido, y ojalá, algunos progresos. La escritura del guión específicamente, no les pone ningún problema y los intimida menos que hace 27 años.
Un domingo por la mañana, Thierry Lhermitte me llama y me dice: "Vamos a hacer Les Bonzés 3, ¿te unes a nosotros?" Yo le contesté: "Magnifico, no se ha escrito una línea pero no me importa, cuando el guión esté listo démenlo para leerlo."

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¿Han escrito realmente los seis, juntos?
Son seis autores que escriben para seis personajes interpretados por ellos mismos. No se trata de decirse que cada uno asume su personaje y no se preocupa de los otros, en absoluto. Pero es cierto que cada uno enriquece lo mejor posible a su propio personaje.

Hace mucho tiempo que no había vuelto a la comedia pura. Ha hecho otras apuestas, y éstas se revelaron acertadas desde el estreno de Tandem.
E incluso de Spécialistes que era una película de aventuras. Pero es verdad que para el tipo que hizo Les Bronzés, es realmente difícil ser tomado en serio para pasar a Monsieur Hire, Ridicule ou La Fille sur le pont. Sin embargo, adquirí esta forma de legitimidad. Al mismo tiempo, mucho productores estaban impacientes de verme volver a la comedia. Con todo, se habría podido decretar que para ,Les Bronzés 3, yo no era el hombre adaptado, que había podido perder el sentido de la comedia. Pero no, eso te queda.

Efectivamente, habríamos podido interrogarnos. Ud. ha hecho muchos filmes contemplativos, lentos...
Hay una palabra que me no gusta mucho pero que es sin embargo la principal palabra de todo eso, es la eficacia. Ser eficaz en la risa, el ritmo, lo espectacular, lo inesperado, o ser eficaz en una determinada forma de emoción, en los no dichos, las miradas, los sobrentendidos, intentar plantearse las buenas interrogantes para saber lo que va a hacer reír, lo que va a sorprender, lo que va a conmover o lo que va a encantar, es la base incluso de nuestro trabajo. Y es la base de ' su ' trabajo, ustedes, los guionistas . Es a nivel del guión que todo se juega. Soy de los que siempre han pensado que con un muy buen guión, es prácticamente imposible hacer un filme malo.

En casi todos sus filmes, la situación de comedia interviene. La risa es un elemento de sorpresa esencial.
Me di cuenta de que en todas las películas que hice a partir de Tandem, hay algo que pertenece al humor. El único que escapa realmente, es Monsieur Hire.
Pero lo más divertido precisamente, es imaginar que una situación inicial, cualquiera, puede, en función de la voluntad del guionista pasar a ser esto o aquello. Debo decir que mi gusto me impulsaría aún más a establecer historias y personajes en un contexto que no sea el contexto oficial de la comedia, luego dejar planear un humor subyacente, para que sea una escapatoria posible cuando me parezca. No caer tampoco en la trampa de la seriedad.

Se tiene la impresión que los personajes no le interesan sino a partir del momento en el cual dejan la normalidad, lo que se manifiesta en Ud. mediante lo absurdo y el humor.
No reflexiono mucho a construir una filmografía pero al final, tengo una pequeña idea sobre los puntos comunes que podrían referirse a mi trabajo. Los personajes de mis películas son personajes bastante cotidianos, que por la gracia de la imaginación, la voluntad del guión, ruedan de costado, tratando de escapar a su cotidiano. La gracia, es ser alguien completamente normal pero que a uno le guste, incluso diariamente, escapándose. Y bien, es la imaginación que permite eso.

Desde el principio de su carrera, confió en los guionista. Sin embargo, Ud. es capaz de escribir, lo ha probado.
El trabajo solitario no vuelve sordo pero tiene límites terribles. Estando solo uno se puede equivocar y no darse cuenta. A dos, con un alter ego talentoso es infinitamente más constructivo.
Conocí momentos apasionantes de trabajo a dos, con Patrick Dewolf, en particular, con Sarga Frydman también, y con otros. Momentos que descansaban, y es curioso, sobre la seducción. Con Dewolf, se escribía por turno devolviéndose las escenas. Me acuerdo muy bien que cuando escribía la escena 17, mi primera motivación era que se despatarre diciendo "es formidable". Mientras que cuando escribes la escena 17 para nadie más que tu mismo, puedes superarte y encontrar trucos que te encantan, pero hace falta esta especie de alter ego, que es como un espejo extraño, a quien sometes tu trabajo mientras que él te somete el suyo.

¿Conoció verdaderos fracasos en la colaboración?
Sí. Por ejemplo, escribí una primera versión de Tandem completamente solo, para sentar las bases del guión que tenía en la cabeza. Me gusta tener una trama, personajes, un contexto, y luego comunicar eso a un guionista para trabajar con él. Inicialmente, propuse mi versión de Tandem a Martin Veyron. Nos entendíamos bien, y escribimos una versión de Tandem que no estaba nada mal. Tenía todo lo que yo quería pero sin embargo faltaba lo esencial.
El proyecto quedó así durante mucho tiempo antes de encontrar a un productor, entonces decidí volver a escribir Tandem, con Patrick Dewolf, sin Martin Veyron. No fue muy elegante de mi parte, lo reconozco. Y Tandem pasó a ser, creo, un buen guión porque Dewolf me abrió los ojos sobre algunos puntos básicos que le permitieron hacer progresos enormes. Se convirtió en una película realmente conforme a lo que tenía en la cabeza.
Pero la aventura que realmente me abrió los ojos, es Ridicule , escrita por Rémi Waterhouse. De un golpe, tuve entre las manos un guión perfecto. Realmente brillante. No veo porqué yo iba a poner mi grano de sal dentro, como si hubiera tenido ganas de atraer este guión a mi, para que se volviera mi cosa. No, era perfecto. Sólo tenía un objetivo, volverlo lo mejor posible para que Rémi Waterhouse esté encantado del resultado y no se sienta desposeído.