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Luc Jacquet • Director

El pingüino de los 80 millones de dólares

por 

10 millones de euros recaudados en el cine francés, 80 millones de dólares en la taquilla norteamericana (mejor resultado desde siempre, del otro lado del océano, para un filme francés). Números que hacen de El viaje del Emperador [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, filme del biólogo y documentalista Luc Jacquet, el caso del año. Sobretodo porque no se trata de un coloso rico de efectos especiales, o una historia de amor entre estrellas superpagadas, sino de un punto de vista documental sobre la reproducción de los pingüinos en Antártica. El documental más visto desde siempre, en la gran pantalla, después del éxito de Fahrenheit 9/11 de Michael Moore, hace dos años.

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¿Cómo se explica el gran éxito de su filme?
Luc Jacquet: Aún hoy me pregunto como ha hecho un filme con pocos medios, sin efectos especiales, una historia muy simple, a tener un tal éxito. Un filme sin violencia, sin sexo, sin carreras de autos. No existen recetas a priori. Conté una historia simple y estoy encantado que el público haya reaccionado tan bien.

No se trata, sin embargo, del acostumbrado documental naturalista. La marcha de los pingüinos es una historia de amor entre los hielos, enriquecida con golpes de escena.
Es cierto que esta es una historia fuerte y bellísima, y el pingüino es un animal dotado de una simpatía natural, que siempre ha atraído a los seres humanos. Es una fábula. La antiquísima historia de los pingüinos y su lucha para perpetuar la vida dormía en el hielo. Es extraño que hasta ahora nadie la hubiese contado.

Y a los americanos le ha gustado a un tal punto que ha batido en la taquilla La guerra dei mondi (La guerra de los mundos) de Cruise y Spielberg...
¡Nunca lo hubiera creído! Creo que el público está saturado de efectos especiales, cansado de ansias. En mi filme hay vida, amor y muerte. Pero el mensaje es optimista. el pingüino emperador es expresivo como un hombre: te mira, asume una apariencia. Lo que he buscado hacer fue un híbrido entre documental y filme de simulación: la historia es verdadera pero traté de transmitir al publico mis emociones. Más que un documentalista soy un narrador. Aposté sin embargo sobre... los actores. Es esto lo que hace la diferencia con las películas clásicas. Por ejemplo Free Willy, el filme americano sobre la orca. O L’orso o el reciente Due fratelli de mi connacional Jean-Jacques Annaud. Son los animales que se pliegan a la imagen que el hombre tiene de ellos. Yo creo en el proverbio que dice: "Si quieres dominar la naturaleza, obedécele". Me reconozco más en Kipling que en Disney o Cousteau.

¿Por qué los pingüinos? ¿Cómo nació la idea del filme?
La película nace por casualidad cuando era todavía estudiante de biología y respondí a un anuncio en el cual buscaban un biólogo que estuviera dispuesto a transcurrir 14 meses en los confines del mundo para observar el comportamiento de esta especie. Aquella experiencia ha cambiado mi vida. Cuando volví decidí abandonar la universidad para convertirme en documentalista: sentía la fuerte necesidad de contar lo que había visto. Después de 12 años y tantos documentales para la televisión francesa finalmente realicé La marcha de los pingüinos.

13 meses de tomas entre el hielo a 40 grados bajo cero. ¿Cuáles fueron las dificultades a girar en la Antártida?
En realidad lo más difícil fue encontrar un productor, porque mandar un grupo a la Antártida es una aventura un poco loca y comporta diversos riesgos porque es un lugar bastante peligroso. Afortunadamente teníamos operadores polares allí que nos han ayudado. Pero la mayor incógnita es la naturaleza misma por lo que nunca se sabe si el día después se podrá girar, ya que si las condiciones meteorológicas son pésimas te impiden trabajar. Fue un gran desafío pero también un gran placer.

De todas formas alguien ha creído en tu proyecto.
No fue fácil encontrar la financiación. Te imaginas la cara de los productores a los cuales iba a pedirles dinero para hacer ver una hora y media de pingüinos que marchan. Obtuve la financiación de una pequeña sociedad de producción, la Bonne Pioche, pero el sujeto parecía tan interesante que de película para la tv se transformó en un verdadero largometraje, con la participación de Buena Vista y Canal + y la coproduccíon de APC. Lo he realizado con medios muy limitados y gracias al apoyo del Instituto Polar franco-italiano que nos ha dado todo el sostén posible: un lugar donde dormir, comer, soporte técnico y también un médico en caso de necesidad.

¿El interés creciente por el documental es una buena señal?
Me permite esperar sobre el futuro del cine, quiere decir que todavía hay espacio para hacer algo diverso.

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