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Andrzej Wajda • Realizador

El cine polaco vuelve a abrirse un hueco

por 

Andrzej Wajda – el cineasta polaco de mayor eminencia – ya cumplirá el próximo año sus ochenta. Laudeado por su obra entera con el premio especial, Los Leones de Platino, del 30 Festival de Cine Polaco de Gdynia, el cineasta, ante esto dijo: "Permítanme dejar este premio aquí y recogerlo el año que viene, cuando me presente con mi nuevo trabajo".

Se le ha premiado con un Oscar, un Felix y otros premios por su obra completa.. También ha sido usted galardonado en muchísimos festivales, entre ellos Cannes, Venecia, Berlín, San Sebastián, Moscú, etc. En esta edición del Festival de Gdynia, era usted quien presidía el jurado…
Cierto, ya no tengo porque estar como realizador que compite, pero sí debía apreciar esta vez los trabajos de los demás. Ya he recibido bastantes premios en mi vida, así que me parecía no tener sentido presentarme en competición junto a los otros cineastas. De todos los premios recibidos, al que verdaderamente le tengo más aprecio es al de 1977: después de haber presentado, El hombre de mármol en el festival de Gdańsk (predecesor al festival de Gdynia anterior al 1987) los periodistas me ofrecieron un ladrillo, sobre la escalera del edificio donde se celebraba el festival. Era un premio un tanto oficioso, ya que la censura se encargaba de que la información no viera la luz.

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Después usted realizó El hombre de hierro. Con ella, la reacción tanto de los periodistas como del público, un público europeo, fue incluso más entusiasta – Usted ganó la Palma de Oro. Este filme, evocador de los eventos relacionados al gran movimiento de protesta de 1968, 1970, y 1980 que llevaron al cambio en el sistema político, influenció indirectamente el curso de la historia de Polonia..
Es una situación peculiar cuando el director que rueda su película participa activamente en los sucesos históricos de importancia. Este fue el caso con nuestro equipo – rodamos justo en un momento extremadamente emocionante, en el centro de toda la acción, junto a los obreros, sin saber como acabaría todo. El hombre de hierro nos enseñó una gran lección a todos – comprendimos con todo detalle las ideas de la revuelta y lo que esperábamos de nuestro país. Todo se nos hizo muy claro y, nosotros mismos junto a todos los presentes, nos convertimos en la gente de Solidarność.

Polonia acaba de celebrar el 25 aniversario de Solidarność. Los más grandes cineastas también honraron el histórico evento, realizando una obra conjunta, una recopilación de relatos que dan una interpretación contemporánea de lo sucedido.
Estoy muy contento de que los cineastas aceptasen la invitación a participar en el proyecto. Aunque, hemos podido ver igualmente las reacciones de la sociedad polaca durante diversas manifestaciones a causa de este aniversario. Se puede escuchar a la gente quejándose de que una parte de las ideas de Solidarność han sido escondidas o menospreciadas. Es verdad, lo que se hizo en el pasado fue realmente bello y sólo una parte de las ideas se han realizado. Es como el primer amor, corto y que se pasa volando..

¿Siempre tuvo la intención de continuar con las vidas de los personajes de El hombre de mármol y El hombre de hierro, y mostrar que es de ellos hoy en día?
Hubo un tiempo en el que quise rodar la tercera parte, una especie de continuación a estas dos películas. Pero no creo que ahora esto tenga sentido, puesto que los guiones que he recibido eran lóbregos, presentaban a los personajes en situación de compromiso. Lo que yo quería mostrar es que los hombres producidos por Solidarność son personas que han triunfado. Como muestra la vida, mis actores de El hombre de mármol y de El hombre de hierro, Krystyna Janda y Jerzy Radziwiłowicz, aparentemente llevan a cabo sus ideales: Krystyna manda construir un teatro, y Jerzy actúa en los teatros y películas de Polonia y Francia.

Los 70 y 80 eran la época del cine con una misión. Por un lado, el valor artístico jugaba un gran papel, por otro lado, la película constituía una forma de lucha. La realidad actual es completamente diferente, los actores no tienen una misión propiamente dicha. ¿Cómo juzga usted la condición del cine contemporáneo en Polonia?
La tradición del cine de reivindicación siempre ha sido más fuerte en Polonia que en otros lugares, siempre bien apreciada y con buenos resultados. Pero, como ya sabemos, el cine polaco ha sufrido en los últimos años. El 30 Festival de Cine Polaco de Gdynia muestra que la situación cambia. Compiten muchas películas de directores jóvenes. Y creo que tienen, al igual que nosotros anteriormente, la necesidad de reflejar aquello que les rodea. Las buenas prácticas del cine renacen. De nuevo, la película se convierte en espacio de reflexión, donde nos planteamos preguntas sobre nuestra identidad. La generación joven sabe expresarse, lo hemos visto con los tres estudiantes de la escuela de Łódź (Anna Kazejak, Jan Komasa, Maciej Migas) cuyo filme Oda do radości (Oda a la alegría) está compitiendo. También hay que remarcar la cooperación con socios de otros países. En la competición hay obras realizadas en coproducción con Alemania, Francia, China… Hay actores rusos, alemanes y franceses que actúan para realizadores polacos y nuestras obras se presentan a menudo en festivales internacionales. El cine polaco vuelve a abrirse un hueco en el mundo. La situación financiera del cine polaco también va a mejorar. Se ha votado la nueva ley, y espero que esto signifique un verdadero apoyo.

Post mortem, su nueva obra, se centra exclusivamente sobre el crimen de Katyn de 1940. ¿Por qué eligió este tema?
Este tema lo llevo conmigo desde hace muchos años. La masacre de miles de oficiales por parte de los servicios de Stalin en Katyn, es un tema aun no abordado por los artistas, exceptuando a Zbigniew Herbert (que hace referencia en poesía) y al compositor Krzysztof Penderenki (Polskie Requiem). Al igual que con el asunto la Insurrección de Varsovia o del genocidio de Auschwitz, los cineastas no han producido nada sobre ello. Por consiguiente, hay que empezar a hacerlo.

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