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Riccardo Tozzi • Productor

“Obtener una mejor calidad”

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de Cristina Comencini, la sociedad de producción italiana Cattleya encadena desde hace unos años una impresionante serie de éxitos. Incluyendo, en particular, Viaggio chiamato Amore [+lee también:
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de Marco Tullio Giordana, la lista va a enriquecerse pronto con Romanzo criminale de Michele Placido (salida el 30 de septiembre),N de Paolo Virzi con Daniel Auteuil y Monica Bellucci y las próximas películas de Roberta (Mare buio), Edoardo Winspeare (La guerra privata del tenente Guillet), Cristina Comencini (La Mia mano destra) y también Gianni Amelio (La stella che non c’e). Responsable de la parte creativa en Cattleya que dirige con sus asociados Giovanni Stabilini y Marco Chimenz, Riccardo Tozzi revela las claves del éxito de la estructura y elabora un rápido estado de la situación de la industria cinematográfica transalpina.

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¿Existe un estilo de producción Cattleya?
Queremos hacer cine de autor, de calidad, que emocione al público. Un cine con una fuerza en los temas, los repartos o el valor de producción. Pensamos que el público italiano tiene buen gusto en materia cinematográfica. Es uno de los países donde Almodovar realiza sus mejores ingresos por ejemplo. Otra de nuestras características es apoyarnos mucho en la literatura. Prestamos una atención muy especial a la producción literaria italiana, a veces antes mismo de la publicación de las obras. Las películas italianas tienen un presupuesto medio más bien bajo, prácticamente menos del 50% del presupuesto medio de los largometrajes en Europa. Nuestro objetivo es aumentar el valor productivo para obtener una mejor calidad, hacer películas que cuestan más caras que lo que puede permitirse el cine italiano. Nuestras inversiones en la producción cinematográfica ascienden a 25 - 30 millones de euros al año.

¿Cuál es su estrategia de montaje financiero de los proyectos?
Del lado de la distribución, tenemos un acuerdo con Rai Cinema que funciona muy bien, pero trabajamos también con Medusa como para Je n’ai pas peur de Salvatores o también con Warner Romanzo criminale). En cuanto a las ventas, nos asociamos lo más posible con sociedades de ventas internacionales como Capitol para la película de Salvatores o también TF1 International para La bestia nel cuore, Romanzo criminale y Une fois que tu es né.Por otra parte, deseamos volver a poner sobre pie la red europea que funcionaba bien muy hasta los años 70, encontrar coproductores europeos para nuestras películas (Cattleya trabaja a menudo con Babe Filmsen Francia, Aquarius Films en el Reino Unido y Alquimia Cinema en España) y también coproducir las de los otros como lo hicimos con Va, vis et deviens de Radu Mihaileanu (producción francesa de Elzévir)

¿Qué piensa de la situación actual de la cinematografía italiana?
La nueva ley por la que se regulan las financiaciones públicas es una buena cosa ya que la anterior hizo daños terribles . Pero no habrá nunca bastante dinero para solucionar todos los problemas. Toda la industria cinematográfica italiana es sub-capitalizada y sería necesario recurrir a otras fuentes de financiación, en particular, una clase de tax shelter. Por otra parte, los importes concedidos por la -TV pay (Sky) son demasiado bajos mientras que el número de suscriptores aumenta. Finalmente, multi-complejos discriminan a mi modo de ver el cine italiano en el medio ambiente global de una explotación que no está aún bastante desarrollada .

¿Sobre cuáles terrenos Cattleya puede aún progresar?
Nuestro oficio sigue siendo muy imprevisible. Empezamos en la producción TV (miniserie sobre Dalida). Sin embargo, en un momento u otro, se planteará la cuestión de volver a entrar en el sector de la distribución. Pero necesitaremos otros medios financieros ya que si Cattleya es la sociedad italiana que tiene el más fuerte capital, no es suficiente. A pesar de todo, se puede decir que al menos una parte del cine italiano salió del coma en el cual se encontraba desde hace más de 20 años y es ahora esencial derribar las barreras de comprensión entre los distintos países europeos.

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