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ESPAÑA México

Horacio Alcalá • Director de Finlandia

“El plagio se da en todos los sectores e industrias”

por 

- El cineasta mexicano afincado en Madrid debuta en la ficción, tras facturar varios documentales, con un film que reivindica el llamado tercer sexo en Oaxaca, las muxes

Horacio Alcalá • Director de Finlandia

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ha llegado a las salas de cine españolas el 10 de junio de la mano de #ConUnPack tras un periplo festivalero que incluye Seattle (donde obtuvo el premio a la mejor dirección), Miami y Toulouse, entre otros. Su director, Horacio Alcalá, nacido en Guadalajara (México) en 1978 pero vecino madrileño desde hace años, rodó previamente A ras del cielo, A nosotros tu reino y Hasta el alba. Sobre su primera incursión en la ficción (que se estrenará el 7 de septiembre en México) charlamos a continuación.

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Cineuropa: ¿Por qué se titula Finlandia si la acción transcurre en Oaxaca?
Horacio Alcalá:
No quería intrigar con ese título. Finlandia es un país que quiero mucho y representa una tierra lejana. Todos tenemos un sitio donde queremos ir cuando tenemos algún problema y puede ser una palabra inventada: en la película no hablo de ella como una nación, sino como una tierra alejada, fría y completamente opuesta a donde viven las muxes.

¿Cómo llegaste a conocer el mundo de las muxes?
Este tema no es tan conocido en México. Hace cuatro años, en una cena, un amigo de Barcelona me habló de ellas: pensé que era ficción, pero pasé la noche viendo documentales e investigando sobre este tercer sexo, y al siguiente día ya tenía un dossier preparado, que le presenté al productor Aitor Echeverría. A los tres meses estábamos en Oaxaca para conocerlas antes de escribir: pasamos mucho tiempo con ellas, hicimos entrevistas y con fragmentos de hechos que le sucedieron empezamos a construir el guion. Fue un viaje muy interesante, porque Oaxaca es, dentro de México, como otro país: muy rico culturalmente, con cosas muy concretas sobre su ideología, religión y forma de vivir, como un mundo paralelo. Yo soy de una zona completamente distinta, por lo que fue un viaje para mí también.

Has mostrado un Oaxaca no demasiado turístico.
Las muxes no están allí, sino en Juchitán de Zaragoza, ciudad que está a cinco horas en bus y donde el 16% de la población es muxe. Allí ellas conducen taxis, son cocineras o trabajan en el ayuntamiento. Están perfectamente integradas en la comunidad y, además, son un pilar importante de la economía, porque el estado de Oaxaca es una sociedad matriarcal. No pudimos rodar en Juchitán, pues la destrozó un terremoto en 2017, y hemos reproducido la ciudad en doce diferentes poblaciones cercanas, dentro del estado de Oaxaca. Yo quería representar en la película la comunidad muxe, pero no una localidad concreta.

En una sociedad machista como la mexicana, sorprende que estas personas consigan ser ellas mismas: son unas pioneras reivindicando la identidad.
Son pioneras, pero también un mensaje de resistencia: el tercer género existía, distribuido por las comunidades indígenas, incluso antes de la llegada de los españoles, pero el catolicismo no lo permitía. En Juchitán ellas han resistido a través de la Historia y ahora, que es un lugar violento y con problemas de seguridad, son como una flor en el desierto o entre la guerra.

La película posee una estética y fotografía que resaltan la belleza.
No había mucho que hacer, pusieras la cámara donde fuera, porque las imágenes quedarían así: los colores son naturales, tal como están. Los interiores están basados en los pintores flamencos y los exteriores en la película El lugar sin límites (Arturo Ripstein, 1978).

Esta es tu primera incursión en la ficción tras rodar varios documentales. ¿Se pueden reconocer huellas de tus anteriores trabajos en Finlandia?
Sí, pero exploré algunos tipos de planos durante los documentales que finalmente no utilicé, pero me arriesgué a usarlos en esta ficción. De todas maneras, mi carrera como documentalista ha sido la base para hacer toda la estética en Finlandia, ha sido mi escuela. Sin olvidar que yo vengo del mundo del circo, donde aprendí también a trabajar la estética visual.

En tu largometraje hay una contraposición de Oaxaca con el mundo capitalista, mostrando un Madrid sofisticado y rico. ¿Por qué oponer ambientes tan distintos?
Son mundos que conozco: la situación del plagio la he visto y presenciado, y sucede así, desde un grupo capitalista con mucho poder. No juzgo, sino que pongo el tema sobre la mesa. Hay ya cinco casos internacionales de comunidades que han denunciado y han ganado juicios contra marcas de moda, desde Gucci a Carolina Herrera o Dolce & Gabbana. El plagio se da en todos los sectores e industrias, por ejemplo, de los europeos a los asiáticos y viceversa; en todas las culturas y hacia todas las culturas.

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