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CANNES 2022 Quincena de los Realizadores

Thomas Salvador • Director de La Montagne

"Mi personaje principal deja mucho atrás para encontrar algo profundo en sí mismo, para renacer"

por 

- CANNES 2022: El cineasta francés habla sobre la realización de su nueva película, que tiene lugar casi en su totalidad en alta montaña, y cuenta con un componente fantástico

Thomas Salvador  • Director de La Montagne

El francés Thomas Salvador, que se dio a conocer con Vincent n’a pas d’écailles [+lee también:
crítica
tráiler
ficha de la película
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(San Sebastián New Directors en 2014), ha presentado su segundo largometraje, La Montagne [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Thomas Salvador
ficha de la película
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, en la Quincena de los Realizadores del 75º Festival de Cannes, y se ha llevado el premio SACD.

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Cineuropa: ¿Cómo surgió la idea de dirigir una película de ficción que se desarrolla casi por completo en la alta montaña y en concreto en un glaciar, con los contratiempos logísticos que eso implica?
Thomas Salvador: Siempre he sabido que haría una película de montaña. Cuando era adolescente, quería ser cineasta y guía de alta montaña: era una pasión, aunque había un componente de fantasía en mi relación con la montaña. Hace veinte años, tenía un proyecto de película de montaña con un alpinista que era una especie de ídolo de mi adolescencia, en la que yo hubiera interpretado a un joven alpinista que está bien en la montaña, no quiere descender, algo que inquieta a la sociedad, al mundo de abajo. Ya tenía al personaje de La Montagne. Pero en esa época, el alpinista en cuestión estaba muerto y dejé de lado el proyecto. Cuando lo retomé, lo adapté a mi edad y a las problemáticas ecológicas actuales que son muy importantes. Sabía que necesitaba un equipo pequeño para el rodaje. Teníamos que ser pocos para ser muy receptivos porque en la montaña la meteorología es muy cambiante, tanto que tuvimos el peor clima en veinte años y en la montaña, y eso se transforma en peligro. Había que dejarse invitar por la montaña, no ir a conquistarla, ser humilde y aceptar grabar lo que nos ofrezca, cambiando el plan de trabajo de forma permanente.

¿El rechazo a descender del glaciar es una huida? ¿Un deseo de volver a lo esencial? ¿Ambos?
La huida no está contada, está fuera de la pantalla, pero yo la escenifiqué para que podamos proyectarnos sobre nuestros propios motivos para huir. Pero la cuestión de lo que es esencial es preponderante porque se trata de un personaje que aprende a cuestionar sus deseos, sus necesidades, sus prioridades. Se hace a un lado y se da ese tiempo y ese espacio, algo que muchas personas no hacen ni tampoco se plantean. Porque estamos en la rapidez, haciendo tantas cosas que pasamos por alto otras. La fuerte llamada de la montaña le permite a Pierre tomar altura en un sentido propio, cambiar su relación con el tiempo, encontrar placer en la lentitud, en la distancia, liberarse de muchas cosas materiales, dejar su trabajo, etc., para encontrarse también, encontrar algo profundo en él, poder renacer.

Al igual que en Vincent n’a pas d’écailles, hay una dimensión fantástica en La Montagne. ¿Por qué te atrae este género?
La fantasía permite, sin verbalización ni psicología, hablar de la sociedad, de filosofía, casi de política, todo a través de la materia, el desfase, la imagen, el sonido. Mis películas plantean la pregunta del lugar exacto que deseamos ocupar en la sociedad. En La Montagne, alguien que tiene una vida “normal” siente la necesidad de enfrentarse a los elementos, a la materia. Yo también quería que hubiera un encuentro con el Otro y hasta había pensado en un momento con extraterrestres (risas). Pero, mientras escribía, tomé consciencia de que eso debía venir de la montaña y eso mezcló con una realidad: las montañas se vienen abajo debido al calentamiento global. Así que los seres que Pierre conoce viven en las montañas y su hábitat está simplemente en mal estado. En la película, no hay discursos sobre ecología, pero el personaje se enfrenta a la misma realidad que los alpinistas y los guías de alta montaña que cambian de trabajo porque en verano la montaña es mucho menos practicable debido a las caídas permanentes de piedras y a los grandes derrumbes. Y como no tiene demasiadas ataduras, ni tampoco deseos de volver abajo, Pierre sigue el impulso de la curiosidad y tiene que llegar muy lejos para encontrar la razón, el amor, de dar media vuelta y retomar su vida de hombre que ya no es el mismo, que se ha transformado, y transmitir con tranquilidad su experiencia.

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(Traducción del francés)

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