email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

BERLINALE 2022 Forum

Max Linz • Director de L'état et moi

"Quería un personaje que me dejase espacio para la ficción"

por 

- BERLINALE 2022: La actriz alemana Sophie Rois da vida a un papel doble en la intrigante nueva película de su compatriota

Max Linz • Director de L'état et moi
(© Christian Werner)

Después de presentar Music and Apocalypse [+lee también:
crítica
tráiler
ficha de la película
]
en la Berlinale 2019, el director alemán Max Linz vuelve a la sección Forum del festival con su nuevo largometraje, L'état et moi [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Max Linz
ficha de la película
]
, protagonizado por Sophie Rois. En la película, el director orquesta un caso judicial ficticio con algunos giros curiosos. Hablamos con el director sobre sus personajes y el desarrollo del concepto de la película.  

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

Cineuropa: ¿Cuáles fueron tus fuentes de inspiración para la película?
Max Linz: Para la escritura, Jerry Lewis fue una figura importante. Un espía en Hollywood fue una especie de punto de partida para la película. Al igual que el personaje, tenías que recorrer los departamentos y experimentar algo diferente detrás de cada puerta que abrías en el juzgado. Otra fuente fue la gran avalancha de películas judiciales que salieron mientras escribíamos el guion. Nos mostraron los estereotipos que intentábamos evitar a toda costa.  

¿Cómo creaste el personaje de Hans List?
Para la construcción del caso, buscaba un protagonista que hiciera posible mostrar el reparto de roles que existe en la administración de justicia. El acusado tenía que ser un personaje que no se pudiera identificar como perteneciente a un grupo realista. Quería evitar que hubiera asociaciones en relación a la sociología del crimen. Quería un personaje que me dejara lugar para la ficción. El nombre Hans List es una referencia al compositor Franz Liszt.

Hay muchas confusiones en la película. Una muy popular es la del compositor y el comunista.
Estos malentendidos que tienen lugar a lo largo de la película, estas incorrecciones constantes son motivo de comedia. Pero me fascina —y lo observé en mis visitas al juzgado— lo que ocurre cuando, por ejemplo, los jueces malinterpretan algo. Crea una tensión increíble. Hay algo encerrado en esos malentendidos, algo inconsciente que luego se materializa. Además, fonéticamente, “compositor-comunista” forma un par de palabras interesante. Incluye la conexión inestable entre el arte y la política.  

¿Cómo hiciste tu investigación para la película?
He experimentado que la investigación en sí misma es inútil. Básicamente, el objetivo cuando observamos los procesos en un juzgado no es encontrar material para la ficción, sino más bien trazar paralelismos con nuestra propia metodología y práctica cinematográfica. El punto fue analizar la forma en que se llevan a cabo las negociaciones.

El personaje del abogado en prácticas es ingenuo y torpe. ¿Cómo lo desarrollaste?
No tiene ninguna autoridad todavía. Dondequiera que esté o dondequiera que se siente, es superfluo, como un pasante inútil. Esto abre un ámbito dramatúrgico en torno a él. Parece una figura cómica cuyas acciones permanecen sin consecuencias. Puede morir y, en la próxima escena, reaparecer como si nada hubiera pasado. Hay algo indeciso y sin valor en el personaje. Te permite tratar todos los espacios que atraviesa y todos los procedimientos ritualizados como citas. Así que cuando corteja a la violonchelista, es como una cita de galantería. No siente nada muy fuerte al respecto. Camina por el mundo como una cita. Además, mira todo como si fuese un extraterrestre o un viajero del tiempo. Además, se convierte en una especie de guía para que el público desbloquee la trama.  

¿Cómo hiciste para construir el escenario?
Creamos condiciones de estudio, pero fuera del estudio. La parte histórica es un fondo exterior del estudio en Babelsberg. El resto se grabó en State Opera Unter den Linden en Berlín. Instalamos el juzgado, las oficinas, el conservatorio y otras localizaciones allí, e incorporamos las características arquitectónicas ya existentes. Modificamos los espacios existentes de acuerdo a nuestros propósitos. Centrarnos en la ópera como localización principal nos permitió hacer la película con muy poco presupuesto y un equipo pequeño.  

¿Qué era importante en el concepto visual?
Además de la escenografía de Robin Metzer y el vestuario de Nina Kroschinske, había mucho que hacer con la mirada del director de fotografía, Markus Koob. Había que producir muchos primeros planos y tenían que ser consistentes. Fue un proceso de producción continuo, donde cada toma se disolvía en momentos individuales, pero en total, estaban destinadas a formar una historia concisa.  

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

(Traducción del inglés)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Lee también

Privacy Policy