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BLACK NIGHTS 2021 Competición Óperas primas

Malachi Smyth • Director de The Score

"Me gustan estos pequeños momentos en los que las vidas se cambian para siempre"

por 

- Hemos hablado con el director de este musical británico ambientado en un bar de carretera que cuenta con las composiciones de Johnny Flynn

Malachi Smyth • Director de The Score

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, el primer largometraje de Malachi Smyth, cuya banda sonora ha sido compuesta por Johnny Flynn, gira en torno a una pareja de amantes no muy convencionales (Naomi Ackie y Will Poulter) cuyos caminos se cruzan por primera vez en un lugar todavía menos convencional: una pequeña cafetería donde el café es barato y las tensiones están a flor de piel. Ambos tienen la esperanza de que su encuentro, por breve que sea, traiga consigo el gran cambio que tanto ansían. Nos hemos sentado a hablar con el director sobre la película, que acaba de presentarse en la competición de óperas primas del Festival Black Nights de Tallin.

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Cineuropa: ¿Cuál es la razón por la que decidiste ceñirte a esta única localización durante la mayor parte de la película? ¿Qué impulsó tu decisión de hacer que los personajes se limitaran a hablar mientras permanecían sentados en la cafetería?
Malachi Smyth: Hay varias razones —tanto prácticas como creativas— detrás de esta decisión. Muchos de los que han añadido comentarios en internet sobre la película han afirmado que se nota que se trata de una película hecha durante la pandemia, pero nada más lejos de la realidad. Lo que en realidad se ha demostrado con estas percepciones es que mucha gente no es consciente de la dificultad de sacar adelante un largometraje de bajo presupuesto, sobre todo para un director novel. No puedes empezar haciendo Star Wars; lo normal es hacer la primera película en un lugar donde todo sea lo más manejable posible.

Como dramaturgo, la idea de rodar en un único lugar y no exactamente —pero casi— en tiempo real me entusiasmó desde el principio. No quería que la película resultara demasiado escenográfica, ya que lo que realmente pretendía era explorar el espacio, pero también era consciente de que los períodos de atención de la gente suelen ser cortos. No obstante, hay muchas grandes películas que han seguido este mismo enfoque, como Doce hombres sin piedad, por ejemplo. Mi intención consistía en generar tensión de un modo sutil, así como en contar todas estas historias al tiempo que la mecha se consumía lentamente en el fondo.

Todos conocemos películas que transcurren íntegramente en una habitación o en un edificio, pero no es algo habitual en lo que respecta a los musicales, si bien es cierto que en Chicago sí que pasan algún tiempo en la cárcel.
La idea de hacer un musical no se me ocurrió en primera instancia. Fue después de los dos primeros borradores, mientras buscaba una forma de hacerlo más mágico, cuando se me ocurrió esta idea. Al escuchar las canciones de Johnny, lo primero que pensé fue: "Parece bastante interesante. Tal vez podría hacer algo con ello". Además, como el decorado ya estaba fijado, las canciones se convirtieron en la guinda del pastel. Todo lo demás estaba ya en su sitio.

La forma en que cantan es, digamos, realista. No está del todo pulida, ¿verdad?
Quería que las canciones actuaran como un portal hacia sus vidas interiores. Hay momentos en los que realmente no sabes si los demás pueden oírles o no. A medida que se desarrolla la historia de amor, empiezan a oírse el uno al otro, pero nadie más lo hace. El espectador empieza a entender las emociones implícitas en ellos, ya que pueden estar diciendo una cosa, pero cantando algo completamente distinto. Ahora que la película ya se ha proyectado, puedo decir con total seguridad que una de las cosas que más me han satisfecho es el hecho de que la gente me diga que la ha entendido, porque estaba un poco nervioso respecto a este aspecto. Tuvimos suerte de contar con estos actores, aunque tenía claro que, independientemente de que no supieran cantar, lo incluiría en la película [risas]. De todas formas, todos estos aspectos se pulirán en la banda sonora.

Este tipo de interpretaciones pueden suscitar reacciones muy dispares, y un claro ejemplo de ello es la actuación de Pierce Brosnan en Mamma Mia! [+lee también:
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El público tiene que estar dispuesto a dejarse llevar. Algunos simplemente dirán: "Ugh, películas con canciones. No, gracias". Para mí, que Pierce cante así es genial, ya que forma parte de su personaje. Es como en el soliloquio de Shakespeare cuando, de repente, un personaje pasa al frente y te cuenta lo que está pensando. Si al público no le chirría en el teatro, ¿por qué no iba a gustarle verlo en el cine?

¿Qué pretendías transmitir con el romance central? Empieza de forma muy incómoda, pero está claro que, a partir de un momento determinado, se empieza a producir cierta conexión.
Cuando cuentas la historia de dos personas que se conocen y se enamoran en el espacio de unas pocas horas, tienes que sentir que realmente hay algo ahí. Tienes que notar que se entienden a un nivel más profundo, que efectivamente están cantando la misma canción. Si lo piensas, la trilogía Before, de Richard Linklater, se basa únicamente en dos personas caminando y hablando. Son películas en las que me fijé, al igual que hice con ese largometraje alemán titulado Victoria [+lee también:
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. En The Score, los dos protagonistas se dedican un poco a tantear el terreno, y esa sensación de que se "investigan" mutuamente me parece hermosa. Y es que ambos dan un auténtico salto de fe, porque quieren aferrarse a algo bueno de una vez por todas. Me fascinan los pequeños momentos que cambian nuestra vida para siempre.

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(Traducción del inglés)

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