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CANNES 2021 Quincena de los Realizadores

Maureen Fazendeiro y Miguel Gomes • Directores de Diários de Otsoga

"La película está condicionada por esa sensación de vivir una alteración en la percepción del tiempo"

por 

- CANNES 2021: El dúo de directores portugueses hablan sobre amor y parejas, la falta de diversión en el cine contemporáneo, y los dilemas de la era del COVID-19

Maureen Fazendeiro y Miguel Gomes  • Directores de Diários de Otsoga
(© Telmo Churro/O Som e a Fúria)

Considerando que Diários de [+lee también:
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, presentada este año en la Quincena de los Realizadores de Cannes, avanza mediante carteles de cuenta atrás, del “Día 22” al “Día 21” (al estilo de Memento), tal vez esta entrevista debería publicarse de la misma forma. Esto no haría más que resaltar la principal preocupación de Maureen Fazendeiro y Miguel Gomes con esta película: la sensación de un "presente eterno" al comienzo de la era COVID-19. Los cineastas han hablado con Cineuropa en el pabellón de la Quincena, en medio de un fuerte viento.

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Cineuropa: ¿Podríais explicar el desarrollo de vuestra colaboración como directores?
Maureen Fazendeiro:
Hemos trabajado juntos anteriormente, principalmente en la escritura de guion para los proyectos de Miguel, no solo nosotros dos, sino con dos personas más. Quizás estamos acostumbrados a trabajar en equipo. De hecho, lo llamamos el “comité central”. Tenemos una forma colectiva de pensar y escribir las películas. Esta fue la primera vez que ambos codirigimos, pero también compartimos nuestras vidas. Para mí, fue bastante simple.

Miguel Gomes: Todo comenzó con el deseo de hacer algo compartido; cuando la gente estaba filmando con un teléfono en su casa. Todo el mundo estaba haciendo eso, así que pensamos: "Esto está bien, es comprensible y tiene como resultado buenas películas". Pero queríamos hacer otra cosa: una película de confinamiento, pero juntos, filmada en celuloide en lugar de en digital. Más tarde lo comprendimos, cuando nos fuimos a esta casa e hicimos las pruebas PCR. Lo que realmente queríamos era vivir y hacer una película juntos, como una reacción a esta idea del confinamiento.

Es como un diario del encierro, pero también es un diario anti-confinamiento, porque encuentras todo lo que los registros del encierro no están mostrando: exteriores, jardines, gente junta. Era importante tener un beso, porque también era una de las cosas más prohibidas. Estábamos decididos a hacer cosas íntimas con los actores. Pensamos: "Hagamos la prueba y encerrémonos en esta casa. No vamos a salir". Íbamos a rodar en orden, pero luego lo montaríamos al revés, así que comenzamos filmando el último día, pero el riesgo era bastante manejable.

M.F.: Al codirigir, también se podría decir que cada uno de nosotros tenía deseos. Debido a que la película no tiene guion, se trataba de hablar sobre nuestros deseos: “Realmente me gustaría filmar esta cosa en particular. Esa luz, ese color, ese tractor, esa fruta".

Durante el coloquio posterior a la proyección, hablasteis sobre el proceso de creación de la película.
M.G.:
Queríamos estructurar la película partiendo de una idea más convencional del cine, que es el beso al comienzo de la historia, y el trío protagonista. Tras la tensión del triángulo amoroso, la película comienza a abrirse. Nuestra idea era que el movimiento de la película debía pasar de un cliché de la ficción a aquello que la ficción oculta realmente. Seguimos este movimiento, pero creo que la parte supuestamente no ficticia de la película, el equipo humano, es tan ficticia como el resto.

La noción de “cine pandémico” es interesante. Hace más de un año, teníamos la perspectiva horrible de películas filmadas en Zoom. ¿En algún momento valorasteis estas nuevas posibilidades?
M.G.:
La película está condicionada por esa sensación de vivir una alteración en la percepción del tiempo, y lo que podemos esperar cuando el tiempo cambia de esta forma. Teníamos la sensación de estar viviendo un presente eterno, como el Día de la Marmota, y el concepto de futuro se convierte en algo diferente. Queríamos crear algo que desafiara esta idea de tiempo lineal.

¿Tenéis presente la posible reacción del público cuando diseñáis un proyecto?
M.G.:
Para mí, y a veces también para Maureen, al cine de autor y al cine convencional les falta algo. Es algo que me gusta mucho, un tema que a la gente parece no importarle: la alegría de estar vivo. Esta alegría es el tema perfecto para una película. Amo a Jean Renoir, quien hizo muchas obras sobre el placer de estar vivo. Estar vivo te causa problemas. Si estás muerto, ¡no tienes este tipo de inconvenientes!

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(Traducción del inglés)

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