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CANNES 2021 Semana de la Crítica

Charline Bourgeois-Tacquet • Directora de Les amours d’Anaïs

"Este es sobre todo una película sobre la fuerza del deseo"

por 

- CANNES 2021: La cineasta francesa habla de su primer largometraje, una comedia de costumbres existencialista y dinámica, desvelada en la Semana de la Crítica

Charline Bourgeois-Tacquet  • Directora de Les amours d’Anaïs

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entrevista: Charline Bourgeois-Tacquet
ficha de la película
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, el primer largometraje de Charline Bourgeois-Tacquet, es una película refrescante, divertida y dirigida con sutileza. Se ha proyectado en una sesión especial para celebrar el 60º aniversario de la Semana de la Crítica, en el marco del 74º Festival de Cannes.

Cineuropa: ¿Cómo surge el personaje de Anaïs?
Charline Bourgeois-Tacquet: Es un personaje inspirado en mí y podríamos hablar de autoficción. Hace tres años, hice un cortometraje que se llamaba Pauline asservie con Anaïs Demoustier, donde ponía en escena al personaje de una joven un poco tumultuosa, extenuante, encantadora, es decir, muchas cosas al mismo tiempo, y que se caracterizaba por una cierta energía. Después de este cortometraje, tenía muchas ganas de volver a trabajar con Anaïs Demoustier y escribí el guion del largometraje. Es una mezcla de mí, la Pauline del cortometraje, Anaïs y muchas otras chicas de 30 años que me rodean y, sin duda, también de personajes de cine o de novelas.  

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¿Cómo definirías la película? ¿Una comedia sentimental?
Es ante todo una película sobre la fuerza del deseo, la forma en que podemos ponernos en movimiento en la vida y servir de motor, y hablo de deseo en un sentido extenso, no solamente erótico y amoroso. También es el retrato de una joven de 30 años que se encuentra en una especie de encrucijada en la vida porque está en una edad donde se supone que debes elegir lo que quieres hacer, lo que quieres ser, la vida amorosa, conyugal, familiar, el desarrollo profesional. Es el retrato de una chica que se busca, pero también la historia de un encuentro entre esta joven, Anaïs, y el personaje interpretado por Valeria Bruni Tedeschi, que es una mujer más consagrada, una mujer de 55 años, escritora, una mujer fuerte.

La película gira en torno a la literatura. ¿Cómo se inserta la literatura en el cine sin caer en el intelectualismo?
Yo estudié letras, trabajé en edición. Nunca aprendí a hacer películas. Mi puerta de entrada al cine es la escritura y también trabajo mucho la puesta en escena para dar forma a la lengua, a los diálogos y para poner todo en movimiento. Yo quería que la película se ambientara en el mundo literario porque es un universo que conozco de cerca. Como era una ópera prima y yo tenía una historia bastante fuerte que contar, pues era un gran reto para mí este triángulo amoroso con todo lo que puede tener de primer grado sentimental, no sólo de comedia ligera, me dije que tampoco iba a explorar un entorno que no conocía. Al final, como es muy importante en mi vida, me parecía bonito contar una historia de deseo y de amor, pero que también pasa por la mente porque es un encuentro entre dos subjetividades, dos mujeres que tienen esta especie de apetito intelectual.  

Pasamos de un inicio casi burlesco a una gran sensualidad. ¿Cómo trabajaste la mezcla de géneros?
En la escritura, en el rodaje, en el montaje, una de las cosas más importantes era hacer coexistir los registros, tener esa tonalidad de comedia que me interesaba y que iba bien con el personaje, pero a veces también podemos añadir más gravedad, más profundidad, y lo que yo llamo el primer grado sentimental en la historia de amor y de deseo. Pero no quería recrearme en la parte dolorosa de la vida de Anaïs, como por ejemplo la enfermedad de su madre o su aborto, porque es un personaje que siempre tiene el reflejo de estar en acción, en movimiento, de no pararse a reflexionar, de lo contrario colapsa. También quería que todos estos registros, todas estas tonalidades cohabitaran, pues es lo que ocurre en la vida: podemos pasar de la risa a las lágrimas en un cuarto de segundo. Me interesaba restituir la complejidad de la vida y de no encerrarme en un género o una tonalidad.

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(Traducción del francés)

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