email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

BERLINALE 2021 Generation

Hamy Ramezan • Director de Any Day Now

"Vivir la guerra no te hace menos niño; cuando llegué a Finlandia, los de mi edad estaban viviendo, y yo estaba jugando a la Nintendo"

por 

- BERLINALE 2021: Según la película del director iraní-finlandés, presentada en Generation, puedes hacer de todo excepto ponerte en contra de tu familia

Hamy Ramezan  • Director de Any Day Now

Los Mehdipour son una familia cariñosa, y Ramin (Aran-Sina Keshvari) se acuerda de esto cada día cuando su madre lo despierta con ternura. Asimismo, se trata de una familia que espera cada día una carta que les pueda conceder asilo en Finlandia. Mientras tanto, únicamente se tienen los unos a los otros. Hablamos con el director iraní-finlandés, Hamy Ramezan, acerca de su película, Any Day Now [+lee también:
tráiler
entrevista: Hamy Ramezan
ficha de la película
]
, que participa en la competición Generation del Berlinale.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

Cineuropa: Has expresado previamente tu deseo de centrarte más en la familia que en la denominada “historia de refugiados” en esta película. Asimismo, también le prestas mucha atención a los niños.
Hamy Ramezan: Los niños siempre aparecen en mis películas, pero no considero que sean para niños. Tuve que batallar un poco y convencer a algunos de que Ramin no es el protagonista. Esa carta del principio afecta a todo el mundo, no solo a los padres. Ese es el motivo por el que no se cruza de brazos, ya que los niños no se andan con chiquitas. Para ellos, es una época fascinante; van a la escuela, pero, además de centrarme en ellos, quería seguir a la gente que se lo merecía cuando se lo merecía.

Es complejo; tratas de reflejar lo que es ser un refugiado o un solicitante de asilo, ¡pero este tema es tan inmenso! Es como decir que estás haciendo una película sobre el alcoholismo. Quería romper ciertas expectativas que se suelen asociar al tema, así como demostrar que la película trata sobre la familia, la humanidad y de una vida normal. El hecho de ser refugiados no define su identidad. Eso implicaba que debía arriesgarme y descubrir cuánta información podía desvelar de Ramin para no confundir a los espectadores. Sé que es una película bastante simple, pero es por una buena razón; era la única opción que tenía de abordarlo todo.

Siempre asumimos que los niños no se dan cuenta de lo que sucede, pero en realidad sí, ¿no crees? Esto se debe también a que en esta familia se comunican con la mirada. Están muy unidos.
En Irán, todo se basa en esa mirada [ríe]. Me acuerdo de que mis padres me miraron “de esa forma”. Cuando mi familia estaba huyendo, era muy consciente de todo lo que sucedía [tras huir de las persecuciones en Irán, Ramezan se quedó en un campo de refugiados de Yugoslavia antes de llegar a Finlandia]. Mis padres me advirtieron de que si fallábamos nos iban a matar, ¡así que nos tuvimos que abrochar los cinturones! Y lo hice. Cuando la madre [interpretada por Shabnam Ghorbani] llora en la película, no lo hace solo por la mera cuestión de que les concedan asilo o no; llora preguntándose qué tienen de horrible para que no les acepten. Muestro las rutinas matutinas que tienen, y te preguntarás: “¿Esa es la única arma que tienen?” No obstante, nunca los vencen como familia; pueden ganar con esta ternura. Le comenté a mi director de fotografía que la película no es nuestra, sino que pertenece a los Mehdipours. Se trata de su autorretrato; únicamente nos estamos encargando de rodarlo.

Ramin parece tan feliz en este nuevo entorno. Nadie le hace sentir como un extraño, lo que es bastante raro, porque en las películas de este tipo suele suceder esto, ¿no te parece?
Todo el mundo ha tenido una infancia horrible, de una forma u otra. A todo el mundo le han acosado, de un modo u otro; o quizás no, como sucede en esta película. Cuando elegí a la chica de la que se enamora, pensé: “nunca vas a conseguir a esa chica”. No se trataba únicamente de que la chica fuera bella, sino más bien de que él no terminaba de estar en esa escuela. Las cosas se tornan peliagudas ahora, pero es un chico listo; sabe que lo pueden deportar y que hay ciertas cosas que puede perder. Aun así, vivir la guerra no te hace menos niño. Cuando llegué a Finlandia, la gente de mi edad bebía y yo jugaba a la Nintendo.

Sencillamente quería ver el mundo de la forma en la que los Mehdipours lo hacían, desde dentro. Ahora llevamos las mascarillas, y la situación va a empeorar, así que mejor que vayamos acostumbrándonos a cómo el mundo está cambiando. La única forma de sobrevivir es percatarnos de que también somos los “gigantes”; no podemos dejarlo todo en manos de los políticos. Hay mucha gente buena ahí fuera, y detesto el hecho de que no se les dé cobertura en las noticias. Mi familia y yo acabamos en Finlandia gracias a gente muy corriente. Estoy feliz de poder mostrar eso ahora, como director.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

(Traducción del inglés por Patricia Caravaca Blasco)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Lee también

Privacy Policy