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SAN SEBASTIÁN 2020 New Directors

Christian Johannes Koch • Director de Spagat

Spagat no es una película sobre los "sin papeles", es una película sobre la sociedad al completo"

por 

- Cineuropa habló con el joven director suizo Christian Johannes Koch en San Sebastián sobre Spagat, su primer largometraje

Christian Johannes Koch • Director de Spagat
(© Alex Abril/Festival de San Sebastián)

Christian Johannes Koch vuelve al Festival de Cine de San Sebastián después de haber presentado su primer corto de ficción, Über Uns Elektrizität, en la sección Nest del mismo festival en 2013. Spagat [+lee también:
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cuenta la historia de una pareja imposible, una historia que refleja las contradicciones de la sociedad.

Cineuropa: ¿Cómo surgió la idea de hacer la película?
Christian Johannes Koch: Durante años me ha preocupado la desigualdad en un estado del bienestar como Suiza. He pensado mucho en cómo contarlo en una película sin limitarme a hacer un drama social. La película también trata de las relaciones, la situación de dependencia de otra persona y de tener a alguien que dependa de ti. En Spagat, quería extender esta relación de dependencia a una sociedad específica, un país específico, y fue en esa etapa del proceso que, poco a poco, desarrollé la historia de Marina. Todo mi trabajo hasta ahora se ha centrado en el tema de la identidad, pero también en los sistemas económicos y sociales. Para mí, es muy interesante formar parte de la sociedad de la que estoy hablando; en cierto modo, estamos atrapados en ella pero también podemos cambiarla. 

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Dado que existen varias películas suizas recientes sobre inmigración, ¿temías abordar un tema similar? ¿Qué novedades ofrece Spagat en comparación con lo que ya se ha hecho?
Bueno, el tema de la “inmigración ilegal”, un término que no me gusta, y cómo lo afronta la gente, en parte fue inevitable porque me gusta tratar a las personas antes que nada como personas. Quería hacer una película sobre las relaciones y los privilegios que conllevan, y eso es algo que no he visto en una película hasta ahora. Las personas sin papeles viven completamente integradas en sociedades como Suiza sin tener perspectivas ni posibilidades. Esto se ve claramente en los niños porque en Suiza hay una ley (bueno, un derecho humano) que les permite ir al colegio, pero al mismo tiempo, a estos niños no se les permite vivir en Suiza. Me parece una gran contradicción, un tema para reflexionar: ¿cómo funcionamos como sociedad?

También quise tener varios protagonistas diferentes. No quiero decir que Spagat sea una película de múltiples perspectivas porque, al final, cuenta una sola historia, pero tenemos este añadido de diferentes hilos narrativos de personajes que plantean diferentes preguntas expresando su deseo de ser ellos mismos. Por supuesto, Spagat es una película sobre inmigración pero también es una película de amor, lealtad y traición. Y también es muy importante aclarar que no es una película sobre “sin papeles” porque de ser así habríamos elegido una historia y un estilo de grabación diferentes. Es una película sobre la sociedad.

Tu enfoque de la puesta en escena es bastante sofisticado. ¿Cuáles son tus fuentes de inspiración como director?
Bueno, tengo muchas referencias pero creo que pueden resumirse en tres estilos diferentes de cine: Bergman, Bresson y Claire Denis. Quizás deberíamos empezar por mi elección de mezclar actores profesionales, como Alexey Serebryakov, que es casi una superestrella en Rusia, con actrices no profesionales: hay muchos adultos jóvenes en la película. El proceso de ensayo fue muy largo. Desarrollamos el universo de cada personaje juntos antes de grabar. Mezclamos muchos de los sentimientos, recuerdos o experiencias personales de las actrices con los personajes. Supe desde el principio que necesitaba un reparto capaz de dar mucho de sí mismo. Tuve mucha suerte con el casting porque si quieres hacer una película en alemán suizo, tus opciones son bastante limitadas, en especial si necesitas a un adolescente que haga gimnasia y hable ruso y alemán suizo.

Lo que ocurrió con Alexey, que me impresionó y conmovió en Leviatán [+lee también:
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, fue bastante surrealista. Como he dicho, en Rusia es una superestrella, y ahora vive en Toronto. Primero, pensé que iba a ser imposible llegar a él, pero después, tres meses antes de grabar, decidí volar a Toronto, y llamar a su puerta. Pasé toda la tarde y la noche con Alexey y su familia; tuvimos conversaciones muy entretenidas (acompañadas de vodka) y, al final de la velada, quedó claro que iba a participar en mi película.

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(Traducción del inglés)

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