28/08/2020 - Hemos hablado con el director sueco Johan von Sydow sobre su documental Tiny Tim – King for a Day y un hombre que no pertenecía a esta tierra

(© Andreas Ide)

Tiny Tim – King for a Day [+lee también:
entrevista: Johan von Sydow
ficha de la película], de Johan von Sydow, es un documental que se ha estrenado en el Fantasia Film Festival y que ya está preparado para su distribución en los cines de Suecia y Estados Unidos el próximo otoño. Se trata de un documental que muestra los múltiples altibajos, siendo más numerosos los bajos que los altos, del cantante Herbert Khaury, alias Tiny Tim, olvidado por muchos con el tiempo, pero no por “Weird Al” Yankovic.

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Cineuropa: ¿Cuándo conociste la historia de Tiny Tim? Y, ¿cuándo decidiste contársela a los demás? Hubo un momento en el que llegué a pensar que tu película era un falso documental.
Johan von Sydow: ¿Podemos lanzar el rumor de que lo es, y de que Tiny Tim en realidad no existió? Todo se remonta a una película que hice sobre un artista sueco [Nils Olof Bonnier] que desapareció en los años 60. Durante una de las entrevistas, uno de sus amigos dijo que a este artista le encantaba Tiny Tim, y luego se echó a reír de tal forma que le saltaron las lágrimas. Esto hizo que me picara la curiosidad y lo buscara. Unos segundos después, me pregunté: “¿Quién es este tío?” Por aquel entonces, mi amigo y compañero Malik Bendjelloul estaba trabajando en un documental llamado Searching for Sugar Man [+lee también:
tráiler
ficha de la película], así que pensé: “Si él puede contar la historia de un artista estadounidense, ¿por qué no iba a poder hacerlo yo también?”. Poco después, conocí a Justin Martell, que estaba en proceso de escribir una biografía sobre Tiny Tim, titulada Eternal Trobadour: The Improbable Life of Tiny Tim.

El New York Times escribió en su momento que “coqueteó vagamente con la fama”. Es la historia de alguien que la alcanza, pero no la conserva. Me recordó a El Joker en el sentido de que, después de sufrir tantos abusos, era feliz solo con que le aplaudieran.
Los aplausos lo eran todo para él, todo el mundo lo decía. Necesitaba tener público, aunque fuera solo una persona. Después de haber leído su diario, en el que escribía casi todos los días, puedo afirmar con total seguridad que se trataba del hombre más loco que ha llegado a convertirse en una estrella. Y lo digo sin ánimo de ofender: no estaba “loco”, pero tenía algún tipo de trastorno y sus padres querían internarlo en un psiquiátrico.

Creo que enseguida se dio cuenta de que la gente se reía de él, pero como igualmente captaba la atención, no le importaba. No se portaban bien con él, pero al fin y al cabo, toda publicidad es buena publicidad. Johnny Pineapple, un amigo suyo durante los últimos años de su vida, dijo: “Era el hombre más inteligente que he conocido nunca”. Leía mucho, y sabía mucho.

Es curioso que menciones a Sugar Man, ya que el protagonista de tu documental también, a día de hoy, sigue siendo todo un enigma.
Hasta el día de su muerte, todo el mundo se refería a él como una “ex estrella” que siempre intentaba volver a la fama. Pero todo lo que había conseguido hacía que fuera un hombre casi feliz. Solía decir: “Llegué a lo más alto, y la mayoría de gente ni se acerca”. Aparentaba ser una persona optimista delante de los demás. Solo en su diario se podían observar todos aquellos pensamientos oscuros. Cuando se maquillaba de blanco, con esa melena y esa voz de falsete, ¡la gente decía que parecía un extraterrestre! No podía ser verdad que procediera del planeta Tierra, era totalmente diferente al resto. Me acuerdo que en su diario, escribió: “Algún día, me convertiré en una gran estrella.” ¡Y lo mejor de todo es que lo logró! Es algo increíble.

¿Y qué mejor narrador para el documental que “Weird Al” Yankovic?
Teníamos en mente a alguien que tuviera relación con Tiny. Pensamos, por ejemplo, en Jim Carrey, ya que había rumores de que tenía la intención de interpretarlo en una película; pensamos también en Bob Dylan… teníamos unas expectativas altas. Tiny y “Weird Al” actuaron juntos en algunos programas de televisión. La gente solía pensar que “Weird Al” era su hijo. De hecho, me contó que una vez, en un concierto de Ringo Starr en California, de repente uno de los focos se iluminó sobre “Weird Al” y Ringo dijo: “Parece que tenemos un invitado especial esta noche, ¡Tiny Tim!

En una de mis anécdotas favoritas sobre Tiny, le pregunté a Wavy Gravy, uno de los iconos del underground de los 60, si sabía qué ideología política tenía Tiny. “Era como nosotros, supongo”, dijo. Pero en realidad no, era un radical de derechas que estaba a favor de la guerra de Vietnam y votó por Nixon. Sin embargo, a pesar de ser tan extremista, Tiny encajaba en cualquier sitio. Era religioso y, no obstante, ambiguo en cuanto a su sexualidad, decía que todo eso quedaba entre Dios y él. Como escribió en su diario, esa era la razón por la que dejaba que la mafia se encargara de sus asuntos. No le quitaban el ojo de encima para que no se fuera con cualquier mujer. Realmente sufrió mucho en ese aspecto.

(Traducción del inglés por Jaume Joan Buforn Baldó)