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ANNECY 2020

Dalibor Baric • Director de Accidental Luxuriance of the Translucent Watery Rebus

"¡Dadme libertad para jugar!"

por 

- Hablamos con el director de Accidental Luxuriance of the Translucent Watery Rebus, Dalibor Baric, sobre la importancia de dejar cosas sin explicar (incluido ese título)

Dalibor Baric  • Director de Accidental Luxuriance of the Translucent Watery Rebus

La hipnótica animación Accidental Luxuriance of the Translucent Watery Rebus [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Dalibor Baric
ficha de la película
]
, de Dalibor Baric, producida por Ivan Katic para Kaos y que compite en la competición Contrechamp del Festival Internacional de Cine de Animación de Annecy, gira en torno a una investigación. Pero salvo por el sombrero de fieltro ocasional, es una historia mucho más colorida que el género negro habitual. Hablamos con el director para saber más.

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Cineuropa: ¿Por qué quisiste combinar técnicas tan diferentes? No te has puesto límites.
Dalibor Baric: De vez en cuando, tengo la idea de grabar una película “correcta” con actores reales y una cámara, pero nunca consigo la financiación necesaria. Así que grabamos sus voces en un estudio, como un radioteatro. Pensé en cómo contar esta historia sin aburrir a los espectadores y con un solo estilo. Hay gente que cuando escucha hablar de una película experimental que dura más de una hora, piensa: “¡Por favor, no!”. El principal reto fue la dirección de arte: empecé con un collage, pero para algunas partes, volví al rotoscopio y así sucesivamente. Fue como escribir un manuscrito medieval y añadir varias capas. ¡Hay muchas versiones diferentes debajo de lo que ves!

Es divertido que lo compares con un “manuscrito medieval” porque se tardaba muchos años en completarlos. La animación también requiere mucho tiempo y en tu caso, lo hiciste todo solo: dirigir, escribir, animación, gráficos, edición y hasta la música.
Me gusta el acercamiento creativo de los escritores: escribes y no necesitas a nadie más. Es lo que hago cuando creo mis películas: disfruto viendo todo el material, creando y ahorrándome los problemas de logística. A veces, no conseguía concentrarme por completo en lo que estaba haciendo o había lapsos entre las sesiones de trabajo y era muy frustrante, aunque es lo que suele pasar cuando no puedes delegar. Pero es cuando mejor me siento: cuando estoy a solas con mi trabajo.

En la película hay algunas referencias directas a artistas como Ursula K. Le Guin o Andréi Tarkovsky, pero otros permanecen ocultos. ¿Enmarcarlo dentro de una investigación propia del género negro ayudó a estructurarlo?
Alguien, quizás Alain Robbe-Grillet, dijo que el género de detectives es el más importante del siglo XX. ¡Y yo quería seguir su ejemplo! Es más evidente en una parte de la película, cuando los personajes debaten sobre metaficción, y dicen: “Es importante que tu investigación termine con una pregunta, no con una respuesta”. Es decir, está basada en la novela negra pero actualizada con un punto absurdo.

Las escenas, recuerdos personales, sensaciones o historias como la del pueblo que vive con tanto miedo a las avalanchas que sus habitantes hablan en susurros, ¿están basadas en tu vida personal?
En realidad, esa historia es una referencia a Careful, de Guy Maddin, que trataba el mismo tema. Algunas cosas eran inconscientes, pero mi esposa y yo vivimos en un pueblo. Era muy Tarkovsky: teníamos que cortar leña para calentar la casa, había carámbanos en el techo y un bosque como el de la novela El nombre del mundo es Bosque, de Ursula Le Guin. Solíamos bromear sobre ello. Teníamos un bebé, así que nos comunicábamos muy poco con la civilización y después de un tiempo, casi olvidé que había ciudades, tranvías y aeropuertos. Es algo que se repite en la película como un mantra. Todo empezó cuando una noche escribí esta frase: “La columna de cenizas de cigarrillo entre sus dedos está a punto de derrumbarse”. Había algo anticipatorio. “Si está a punto de derrumbarse, ¿qué pasa después?”.

Yo nací en 1974 y recuerdo haber visto películas europeas que tenías que “soportar”: eran lentas y confusas. Ahora, me encanta este tipo de cine. Como El ángel exterminador, donde Buñuel muestra a un grupo de personas que no puede marcharse después de una fiesta, sin llegar a explicar por qué. Vivimos en una época puritana y lo que antes se consideraba normal ahora se considera experimental, como El año pasado en Marienbad. Me preocupa. Queríamos darle una buena narrativa al conjunto y, en especial, cuando se graba ficción, es importante la verosimilitud. Pero aquí podía hacer algo. ¡Esta película no es animación ni es un largometraje serio, así que dame un poco de libertad para jugar!

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(Traducción del inglés)

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