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CRACOVIA 2020

Aleksandra Potoczek • Directora de xABo: Father Boniecki

"Quería hacer una película sobre un ser humano"

por 

- Hablamos con Aleksandra Potoczek, la directora de xABo: Father Boniecki, sobre un cierto hombre siempre de viaje, y sobre su túnica

Aleksandra Potoczek  • Directora de xABo: Father Boniecki
(© Joanna Miklaszewska-Sierakowska)

Aleksandra Potoczek sigue la vida del padre Adam Boniecki, alias “xABo”, que es tal y como firma los documentos y las cartas que envía a sus amigos, en su documental xABo: Father Boniecki [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Aleksandra Potoczek
entrevista: Timo Malmi y Milja Mikkola
ficha de la película
]
, que acaba de estrenarse a nivel mundial en el Festival de Cine de Cracovia y que se espera que llegue a las salas de cine de Polonia el 24 de julio de la mano de Gutek Film. Es toda una hazaña, ya que, a pesar de tener más de 80 años, no quiere estarse quieto (puedes ver un fotograma del protagonista al final de esta entrevista).

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Cineuropa: Al acompañar al padre Boniecki en sus interminables viajes, en verdad hicisteis una película de carretera. ¿Eso le hizo estar más cómodo?
Aleksandra Potoczek:
Tras trabajar los primeros meses sin cámara, me di cuenta de que no había otra forma de hacerlo. Necesitaba encontrar una solución que le resultara natural y que nos hiciera invisibles. Que nos sentáramos o que realizáramos cualquier otro movimiento que controlara el director sencillamente no funcionaría, ya que él podría percibir falsedad y engaño. Además, nadie se imagina que este hombre de 85 años viaje durante 300-320 días al año. Se monta en el coche o en el tren, y allá va, al auxilio de quienes lo necesiten: vive en la carretera.

Que sea susceptible a la falsedad es probablemente una de las razones principales por la que es popular. No le gusta la cháchara. ¿Cómo trabajas con alguien así?
No planeamos para nada esto, pero cuando hablé con mi director de fotografía [Adam Palenta], coincidimos en que no habíamos utilizado los típicos métodos que se emplean al hacer documentales en este largometraje. Por lo general, quedas con el protagonista, lo conoces y entabláis una amistad. Este también fue el caso, pero enseguida le pusimos las cartas sobre la mesa.

La Iglesia católica no permite que el padre Boniecki hable con los medios [esto es debido a que recientemente elogió a un protestante que iba en contra del gobierno], así que, ¿cómo se adapta un documental a eso? Me pareció escuchar que el padre rezaba para que os rindierais.
Dicho así, la situación parece terrible, pero recuerdo que fue más bien divertida. Le dije que quería hacer una película excelente, y él me contestó que rezaría para que eso no sucediera [ríe]. Al principio, no le entusiasmaba la idea, pero no por la prohibición, sino porque no lo necesitaba. No se nutre con este tipo de interés, así que al principio le fue incómodo, pero pronto se acostumbró a que el equipo le siguiera. No quería causarle más problemas, así que me reuní con el obispo y le expliqué que se trataba de un proyecto artístico y no de un reportaje periodístico. Asimismo, le comenté que yo no era periodista. No estaba interesada en que me diera su opinión acerca de temas de actualidad, controvertidos y políticos. Quería hacer una película sobre una persona.

Esto es algo sorprendente. Se ha abordado mucho el tema de la pedofilia en la Iglesia, y un ejemplo de ello son las delicadas películas de los hermanos Sekielski. No obstante, tú has hecho una película sobre la historia de un buen sacerdote.
Estas películas eran muy necesarias, y yo no es que pretendiera fortalecer la imagen del “buen pastor”. Quería hacer una película sobre este hombre: un retrato íntimo de alguien que tiene autoridad, pero también dudas. Ve lo que está sucediendo en la Iglesia, no lo aprueba, y aun así sigue formando parte de esta institución. No es tan sencillo. No queríamos tomar partido (aunque esto es motivo de división en Polonia), sino más bien mostrar nuestra necesidad de orientación, de alguien que nos pueda decir cómo debemos vivir.

Muchos le plantean las siguientes preguntas: ¿cómo vivir? ¿cómo ser una mejor persona? Su mensaje es muy sencillo: “Merece la pena hablarlo”. Sin embargo, tal y como bromea, quizás no todo el mundo a la vez.
Durante todo el rodaje, sentimos una mezcla de preocupación y de ira. Todos sienten que son los únicos que se acercan a él, pero esto sucede 24/7. Él no para de dar, pero es su elección. A veces se cansa de ello, pero no sería más feliz si no hiciera eso. Descubrimos que cuando alguien se acercaba a él, teníamos que esperar, porque la conversación con esa persona se volvía su prioridad. No es que se involucrara siempre en largas disputas, pero esto también le hacía especial. Recuerdo que una vez dijo: “No lo sé; no tengo la respuesta”. Otras veces, simplemente se sentaba al lado de alguien y permanecía en silencio. Me preguntaba cómo la gente se animaba a acudir a él, cuando en realidad todo es gracias a él: te hace una señal diciendo que puedes.

(© Grażyna Makara)
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(Traducción del inglés por Patricia Caravaca Blasco)

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