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DOCSBARCELONA 2020

Valentina Pedicini • Directora de Faith

"Mi idea era hacer una película sin juicios pero no por ello sin perspectiva"

por 

- La italiana Valentina Pedicini tuvo la oportunidad de hablar con Cinema Femme sobre la realización de su documental Faith, ahora seleccionado en el DocsBarcelona

Valentina Pedicini  • Directora de Faith

Charlamos con la directora pullesa Valentina Pedicini sobre la realización de su último documental, Faith [+lee también:
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. En noviembre, la cinta de Pedicini tuvo su estreno mundial en la competición principal del Festival Internacional de Cine Documental de Ámsterdam (IDFA). Con Faith, Pedicini se centra en los “Guerreros de la Luz”, una secta fundada hace más de veinte años y formada por alrededor de veinte personas, de las cuales la mayoría son antiguos campeones de artes marciales. Tras su estreno mundial, Faith ha sido proyectada en Berlín, Gotemburgo, Vilna y CPH:DOX, entre otros festivales internacionales. El 28 de mayo el documental se estrenará en España como parte del DocsBarcelona (del 20 al 30 de mayo).

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Cinema Femme: ¿Cuándo empezaste a trabajar en Faith?
Valentina Pedicini: La historia comenzó hace once años, cuando tuve la oportunidad de hacer un corto sobre los Guerreros de la Luz. Sucedió por pura casualidad, mientras estudiaba en una escuela de cine en Bolzano. Un día, al ver una de sus actuaciones callejeras, me llamó la atención una discípula llamada Laura, que más tarde se convirtió en la protagonista de mi película. Me impresionó por su personalidad fuerte y ambigua. Mi objetivo inicial era contar una historia sobre el deporte. En aquella época ya había desarrollado un enfoque inmersivo para la obra, así que decidí seguir al grupo de atletas mientras entrenaban en un gimnasio. Sin embargo, pronto me di cuenta de que la historia en la que estaba trabajando no tendría nada que ver con el deporte. Mi historia acabaría centrándose en algo mucho más grande, algo relacionado con la fe y los estilos de vida radicales. No obstante, en ese momento aún no estaba preparada, así que durante once años estuve trabajando en otros proyectos. Finalmente, hace dos años decidí visitar de nuevo la comunidad. Sentí que había una gran historia que contar y necesitaba un cierre. Además, tenía mucha curiosidad por ver cómo había cambiado el mundo de los personajes después de once años. Esa visita marcó el comienzo de mi trabajo en este largometraje.

Faith es sin duda un relato sobre el aislamiento, por lo que la crisis actual lo hace aún más oportuno. ¿Has podido comparar las reacciones del público antes y después de la pandemia?
Tan solo puedo hablar sobre mi experiencia personal. Me di cuenta de que había hecho una película que no solo es oportuna, sino que de alguna forma también es "profética". El entorno, el aislamiento de los personajes, la idea del mundo exterior como algo "impuro", la ausencia de contacto social... Básicamente viven bajo un estado permanente de cuarentena, ¡fue una coincidencia realmente extraña! Había decidido trabajar en Faith justo antes de que esta pandemia afectase al mundo entero. En cuanto a los espectadores, puedo decir que la película ha seguido viajando por todo el mundo, aunque desde el inicio de la epidemia solo se ha proyectado de forma online. Lamento no poder ver las reacciones del público como lo haría durante una proyección en directo, pero estoy segura de que ha provocado algún tipo de respuesta.

Hasta este momento, Faith ha tenido un impacto mayor en mí y en el equipo de la película. Hemos acabado viviendo de nuevo la experiencia de aislamiento forzado que tuvimos mientras rodamos la película. ¡Ya hemos experimentado varias cuarentenas [risas]!

No puedo imaginar lo difícil que habrá sido filmar a este tipo de personajes. ¿Cuáles fueron los principales desafíos técnicos y psicológicos?
El principal desafío a nivel técnico fue encontrar el enfoque adecuado para ser honestos y precisos, manteniendo una buena calidad cinematográfica. En mi trabajo, siempre he tratado de combinar estos dos aspectos. Mucha gente considera el documental como una especie de género secundario en el cine, donde no hay necesidad de desarrollar una gramática o lenguaje adecuado. Creen que solo tienes que encender la cámara para capturar la realidad. Por lo tanto, sabía que en este caso era esencial contar una verdad tan hostil e incómoda desde una perspectiva cinematográfica adecuada, lo que se convirtió en un auténtico desafío. Mi idea era hacer una película sin juicios pero no por ello sin una perspectiva clara. La verdad es que fue bastante difícil encontrar este equilibrio. Además, el equipo era reducido y tuvimos que rodar principalmente en interiores pequeños con muchas limitaciones. Tuvimos que adaptarnos a este mundo para tener un acceso total. En cuanto a los desafíos psicológicos, el más grande fue experimentar este tipo de aislamiento y entrar en "otra" dimensión, muy alejada de nuestra vida cotidiana. Hemos seguido al grupo durante aproximadamente tres o cuatro meses. Los hemos estado observando durante unas 16 o 17 horas al día, con la esperanza de filmar una o dos tomas buenas. Durante ese período, vivimos en un pequeño apartamento donde podíamos seguir trabajando: repasando las imágenes, haciendo un balance del día e intentando mejorar nuestro trabajo paso a paso. Debo agradecer a mi productora, Donatella Palermo, por permitirnos dedicar el tiempo necesario al proyecto. La película es el resultado de esta espera paciente.

Puedes leer la entrevista completa aquí.

En colaboración con

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(Traducción del inglés)

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