29/01/2020 - Hemos entrevistado a David Aronowitsch, el director de Idomeni, que compite por el Dragon Award en la sección Nordic Documentary del Festival de Göteborg

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entrevista: David Aronowitsch
ficha de la película], de David Aronowitsch, estrenada mundialmente en el Festival de Cine de Göteborg, se centra en dos familias yizadíes que huyen de la violencia a mano del ISIS. Sin embargo, como es de esperar, irse del país no garantiza seguridad, ni siquiera unas condiciones de vida dignas, y se pasan los días esperando que algo cambie. Hablamos con el director sobre la película.

Cineuropa: Muestras momentos muy íntimos, centrados en la experiencia individual. ¿Qué te llevó a estas personas y sus historias?
David Aronowitsch: Estas familias nos aceptaron casi desde el principio. Sonará algo cliché, pero tuve la sensación de que ellos nos eligieron tanto como nosotros a ellos. Fue un proceso largo, por supuesto, para ganar confianza y acostumbrarse a la cámara, pero fue algo mágico. Ellos han pasado por muchas cosas. Han visto a familias siendo destruidas por el ISIS y lo han vivido en primera persona. Por ejemplo, el caso de Yasir: su mujer Khalida fue encarcelada por el ISIS y su hijo fue asesinado. Este ataque tan brutal contra la población yazidí es algo que el mundo debería saber más y también de su situación en los campamentos, primero en Turquía y después en Grecia [fuera del pueblo de Idomeni]. Viven en condiciones pésimas, sin posibilidad de poder salir adelante. Al principio, hubo manifestaciones contra el cierre de la frontera, con todos los medios más importantes informando del evento. Parecía que había esperanza. Pero después todo el mundo se fue, ya no era “noticia”. Supongo que sintieron que hacer esta película era importante. Ni siquiera tuvimos que hablarlo mucho.

Se ha hablado mucho sobre lo que les sucede a las mujeres capturadas por el ISIS, pero decidiste no compartir muchos detalles. ¿Por qué? ¿Por respeto a la familia?
No quería agobiarles. Cuando volvieron a reunirse, cuatro años después de que ella fuese capturada, estuvimos allí, justo donde se encontraron en el aeropuerto. Además, no era realmente el “protagonista” de la película. Hay sólo una entrevista. No sé todo por lo que ella ha pasado. Sé algunas cosas y quizás un día quiera hablar con ella sobre eso. Así que sí, fue una decisión muy consciente. Una decisión muy humana, diría yo. Fue un momento muy feliz cuando se reunieron, pero también muy duro. Creo que se percibe en la película.

También es un poco extraño que la familia le recibiese con flores, como si hubiese vuelto de algún viaje. Nadie sabe cómo reaccionar.
No sabes cómo reaccionar. Se esforzaron mucho para que sucediese, nunca perdieron las esperanzas. Y cuando finalmente ocurre, se tarda un tiempo en asimilarlo, ¿sabe? Durante el rodaje de esta película hubo muchos momentos en los que a algo feliz le seguía algo trágico. La cosa es que hablamos de cientos de personas que aún siguen obligadas a vivir bajo estas circunstancias. He hecho otras películas sobre este tema desde diferentes perspectivas durante muchos años. Me centraba más en instituciones y estructuras en el pasado, pero con el tiempo, me comencé a centrar más en las personas. Fue un paso natural. Intenté hacer una película política al hacer una película no política. De este modo, poco a poco vas conociendo a las personas víctimas del genocidio y también a las víctimas del sistema migratorio.

Hay una escena en la que te sientas al lado de Yasir, en lugar de mirarle a los ojos. Una vez comenzó a acercarse un poco más a ellos, ¿cambiaste también tu enfoque como director?
Incluir esta entrevista fue una decisión importante con el fin de romper con este enfoque en el que las cámaras capturan la realidad con la intervención mínima del director. Aunque era un poco tonto el fingir que la cámara no estaba ahí. No quería estar sujeto al formato y era necesario obtener esta información, escuchar cómo perdieron a su hijo de un año. En los documentales, todo gira entorno a la información, cuánta se tiene y cómo la transmites al espectador. ¿O cuánto se puede omitir? Sólo quería saber más, no como director, sino como mi persona, David. Lo mismo con [la otra familia] Nadia y Nawaf. Yasir es una persona sensible, escribe poesía romántica, aunque a veces puede ser una un poco duro. Esta escena es una entrada. Debo haberla visto cientos de veces y aún se me siguen poniendo los pelos de punta.

(Traducción del inglés por Eva Martínez)