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SAN SEBASTIÁN 2019 San Sebastián Industria

Laura Baumeister • Directora de La hija de todas las rabias

“Esta va a ser la primera película de ficción dirigida por una mujer nicaragüense”

por 

- Hemos entrevistado a la directora originaria de Nicaragua Laura Baumeister, que recibió el Premio EFADs-CAACI en San Sebastián por su proyecto coproducido con Europa La hija de todas las rabias

Laura Baumeister  • Directora de La hija de todas las rabias
(© Pablo Gómez / SSIFF)

Otra vez este año, EFADs (European Film Agency Directors) ha vuelto a unir fuerzas con CAACI (Conferencia de Autoridades Audiovisuales y Cinematográficas de América) para participar en el Foro de Coproducción Europa-América Latina del Festival de San Sebastián entregando el Premio EFADs-CAACI de Coproducción Europa-América Latina, dotado con 20.000€ para el productor mayoritario, a uno de los proyectos seleccionados. Este año, el jurado, “impresionado por la calidad de todos los proyectos”, eligió para ello, en sus palabras, “la ópera prima de una directora con mucho talento y una coproducción orgánica”: La hija de todas las rabias [+lee también:
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entrevista: Laura Baumeister
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de Laura Baumeister. La película será coproducida por dos países latinoamericanos (Nicaragua y México) y tres europeos (Países Bajos, Alemania y Francia), involucrando así países de coproducción menos tradicionales, lo que ha sido un aspecto crucial del proyecto para ser elegido por el jurado.

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La película se centrará en María, una niña que vive en el inmenso basurero de Managua, y que tras envenenar accidentalmente a los cachorros que su madre estaba criando para vender, es llevada a una fábrica de reciclaje para que aprenda a trabajar en el basurero, pero las semanas pasan y su madre no regresa a por ella, decidiendo ir en su búsqueda sin saber que en la ciudad hay una ola de protestas violentas que la pondrán en peligro. La propia Baumeister nos contó más sobre su proyecto.

Cineuropa: ¿Cuál es la idea que originó este proyecto?
Laura Baumeister:
En mi adolescencia, en el colegio al que yo iba, en algún momento me tocó dar clases, o sea, alfabetizar, a niños de la comunidad de La Chureca, el basurero más grande de mi país, en el que está inspirada, y en buena parte situada, la historia. Cuando yo conocí a estos niños, me impresionaron sus condiciones, pero me maravillaron; son niños, tienen fantasías, tienen sueños, te cuentan todos tipos de chistes, se van a cacerías de tesoros… Hacen todo lo que hace la infancia. Ahí, inmediatamente, yo conectaba, con la resiliencia de la imaginación, la resistencia a partir del mundo propio que uno se crea. Tras conocer el lugar, y pasar la vida, estudié sociología, estudié cine en México e hice algunos cortos, y cuando me sentía lista para enfrentarme a una ópera prima, regresé a Nicaragua a escribir, y en concreto, a este lugar, porque siempre se me había quedado ahí. Comencé un proceso de investigación, y sabiendo que quería tratar una relación madre-hija, porque eso ya lo había hecho en cortos anteriores, quise combinar las dos cosas.

¿A nivel técnico, cómo se ha iniciado el proyecto?
Mi productora es mi hermana, Rossana Baumeister, que ha estado ahí desde siempre, literalmente. La coproducción con México (Martha Orozco para Martfilms) se iba a dar naturalmente, ya que vivo ahí, y los lazos se dieron de un modo familiar: primero nos hicimos amigos y luego trabajamos juntos. Al tener esto, es proyecto nos fue llevando. Nos seleccionó el Hubert Bals Fund, nos dan desarrollo y nos llevan al CineMart, y de ahí sale una productora holandesa (Christine Anderton para Halal), y también una productora alemana (Bettina Brokemper para Heimatfilm), y a través de nuestra productora mexicana, conocimos a Samuel Chauvin (Promenades Films), que ya había trabajado con colegas mías latinoamericanas, y se armó el paquete.

Ya que los mencionas, supongo que los mercados de coproducción como el CineMart de Róterdam y el que nos ocupa, el Foro de Coproducción Europa-América Latina de San Sebastián, han sido cruciales en tu proyecto. ¿Cómo valoras su utilidad?
Son fundamentales. En CineMart también nos dieron un premio, y ahí el proyecto saltó. De otra manera no hubiera sido posible. En mi país no hay industria, no hay escuelas de cine, hay un par de películas de ficción y esta va a ser la primera película de ficción dirigida por una mujer nicaragüense. Es una presión, pero también tengo muchas ganas; las primeras veces pueden ser geniales. Este momento, después del Premio EFADs-CAACI, parece el impulso final.

¿Qué calendario tenéis previsto?
Nos estamos preparando muy rápido para filmar en abril del 2020, ya que nuestra niña protagonista está creciendo, y Nicaragua solo tiene dos estaciones, la lluviosa y la seca, algo que nos condiciona tanto que si perdemos está oportunidad nos tenemos que ir al 2021. Pero estos apoyos van a ayudarnos a conseguirlo.

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