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KARLOVY VARY 2019

Jonás Trueba • Director de La virgen de agosto

"Me gusta sentirme turista en mi propia ciudad"

por 

- Jonás Trueba visita por primera vez el Festival de Karlovy Vary con su quinta película, La virgen de agosto, rodada en las calles de Madrid durante el último caluroso y festivo verano

Jonás Trueba • Director de La virgen de agosto

Jonás Trueba ha contado con la colaboración de Itsaso Arana en el guion y además la actriz protagoniza su largometraje número cinco (si no contamos el proyecto Quién lo impide [+lee también:
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), La virgen de agosto [+lee también:
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, una película que rezuma amor por Madrid, por sus fiestas y por los encuentros que pueden ocurrir en sus calles. Con ella compite en el Festival de Karlovy Vary 2019. Dialogamos con él antes de que suba al avión que le traslade hasta la República Checa.

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Cineuropa: Hay una escena en La virgen de agosto en la que aparece Francesco Carril, protagonista de La reconquista [+lee también:
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junto a Itsaso Arana. De alguna manera, ¿es esta película fruto de la anterior?
Jonás Trueba: Las películas que hacemos están en contacto: cuando terminas una, siempre te deja una sensación incompleta, lo cual te pone en marcha para la siguiente. Cada film que he rodado nacía a la vez que el anterior moría; se da esa retroalimentación entre unos y otros. La reconquista fue una película de cierre, circular, y esta la he planteado como una película más abierta, de estructura y forma. No tienen una continuidad clara, pero siempre somos nosotros girando sobre lo mismo.

La virgen de agosto captura excelentemente el espíritu del verano, cuando te quedas en Madrid y visitas lugares que no conoces, convirtiéndote en un turista de tu propia ciudad.
Eso siempre me ha gustado, pero no la mirada fácil o crítica, sino más virginal, de observar las cosas como por primera vez, con curiosidad, como cuando viajamos y nos fijamos en el entorno de otra forma; en cambio, en nuestros lugares conocidos, tendemos a bajar la mirada y a no prestar tanta atención. El acto mismo de rodar películas me hizo volver a mirar lo que tenemos cerca, algo siempre inspirador.

La película está impregnada de estío: tanto que se preestrenará en España, el 1 de agosto, en una pantalla de verano (instalada para la ocasión) en los castizos jardines de las Vistillas de Madrid.
Cada película tiene su propia personalidad y hay que intentar, cuando llega el momento de enseñarla al público, hacerlo siendo fiel a su carácter. Por eso, estrenarla en octubre hubiera sido frustrante, mientras la experiencia del espectador va a ser mejor al verla en agosto. Queríamos ofrecer una película que habla de lo mismo que le está pasando esos días al público y hacer un preestreno para la gente que esté en Madrid el 1 de agosto, en Las Vistillas, va a ser muy bonito. Luego, que esté en salas comerciales a partir del 15 de agosto va a hacer que la película responda de una manera más orgánica: hemos intentado que la película se estrene tras las fiestas de la Paloma y que tu experiencia como espectador sea como revivir el pasado más inmediato a través de la película.

El viaducto de la calle Bailén, que se eleva sobre la de Segovia y es escenario urbano en La virgen..., ya aparecía en tu película anterior y hasta en el póster de la primera: Todas las canciones hablan de mí [+lee también:
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.
Sí, tengo la suerte de vivir cerca de este entorno y el viaducto, más allá de que sea una construcción emblemática de Madrid, me gusta porque en este barrio nació la ciudad, pasaba el río y se dividía en dos partes, y eso sigue estando ahí. Hay un misterio concentrado en esas calles. Y me gusta rodar en los mismos espacios, porque nunca son los mismos; al viaducto lo hemos filmado desde varios ángulos, en distintas películas, pero nunca en la misma época ni con la misma luz. Volver a insistir en los mismos espacios y lugares a lo largo del tiempo es esencial del cine, con esa idea de registro e inventario.

El bello póster de la película, con ese título y con algún que otro santo que aparece en escena, me hace pensar que La virgen de agosto está orgullosa de un halo religioso...
A mí también me sorprende esa connotación, pero ha venido dada de una forma natural. Sin ser yo creyente, hay algo que se ha ido adhiriendo a la película y que es propio de esos días que retrata el film: algo místico, pues en agosto se da, y también con algo femenino, que es una manera más abierta de entender y estar en el mundo. Además, muchos cineastas –creyentes o no– entendían que el cine tenía que ver con la fe: con creer o no lo que se proyecta sobre una pantalla.

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