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BIOGRAFILM 2019

Rachel Leah Jones y Lea Tsemel • Directora y protagonista de Advocate

“Es esencial compartir un sentimiento de humanidad”

por 

- Hablamos con la directora de Advocate, Rachel Leah Jones, y su protagonista, Lea Tsemel, en el Festival Biografilm de Bolonia sobre su documental, que ha sido criticado por la ministra de Cultura israelí

Rachel Leah Jones y Lea Tsemel • Directora y protagonista de Advocate
Lea Tsemel (izquierda) y Rachel Leah Jones (© Monica Straniero)

Durante muchos años, la abogada Lea Tsemel ha defendido los derechos de ciudadanos palestinos en juzgados israelíes. Como consecuencia, Advocate [+lee también:
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, el documental sobre su vida dirigido por Rachel Leah Jones y Philippe Bellaïche, ha recibido críticas de la ministra de cultura israelí, Miri Regev (ver nuestras noticias). Hablamos de esto y más con la directora y su protagonista en el Festival Biografilm de Bolonia (del 7 al 17 de junio), donde Advocate participa en la sección Contemporary Lives.

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Cineuropa: Después de triunfar en Docaviv y de ser seleccionado para los Óscars, la ministra Regev criticó el documental por considerarlo indigno para representar a Israel en el mundo. ¿Qué opináis?
Rachel Leah Jones: En primer lugar, una aclaración técnica: en la categoría de documentales de los Premios de la Academia, las nominaciones se basan en la calidad de los trabajos, no en si son representativos de un país o no. Así que ha habido un malentendido por parte de la ministra. En cuanto al contenido, las obras cinematográficas cuyos argumentos no encajan con la postura del gobierno actual no suelen ser bien vistas, principalmente en el caso de la ministra Regev, que ha creado una alianza entre la lealtad y la cultura: no tiene nada en contra de la libertad de expresión pero si tu mirada se dirige hacia temas que rozan el límite, puedes olvidarte de la financiación pública. El debate está abierto desde hace cuatro años porque es un sistema bastante cuestionable.

Lea Tsemel:
Me gustaría decirle a nuestra ministra de cultura que debería estar contenta con la película porque las cosas pasan exactamente como a ellos les gustan: perdemos todo el tiempo.

Os conocéis desde hace más de veinte años. ¿Cómo surgió la idea de hacer el documental?
R. L. J.: Tengo 48 años y conocí a Lea cuando tenía 22. Mi sueño era ser como ella. Cuando empecé a hacer películas, me pareció que era una muy buena temática; y cuando conocí a mi codirector, Philippe Bellaïche, los dos pensamos que teníamos que hacerlo. Philippe, que también es operador de cámara, grabó a Lea y comprendió que es la personificación del cinéma vérité: se olvidó de la cámara y fue ella misma todo el tiempo.

  1. T.: No es una película sobre mí, es la historia de una abogada que se encuentra a sí misma mientras lucha contra las atrocidades que se cometen todos los días contra los palestinos. Queda mucho por hacer en nuestro país. Nosotros nos enfrentamos todos los días a veredictos, juicios y demandas: es nuestra vida, el trabajo que hemos elegido, y tenemos que trabajar duro.

La película se centra en dos casos: el de un niño y el de una mujer. ¿Por qué estos casos en particular?
R. L. J.: Empezamos a pensar en el proyecto a mediados de 2015. Era una época de relativa calma, por lo que nos centramos en casos históricos de la carrera de Lea. Después, llegó este niño. Nos sorprendió su habilidad para luchar a pesar de tener trece años y nos hizo reflexionar sobre la tragedia de los niños que se ven obligados a cargar con una lucha que nuestra generación no ha sabido concluir con un final feliz. Más tarde, llamó nuestra atención el caso de la mujer, otra víctima forzada a cometer un crimen presa de la desesperación. Omitimos las causas anteriores y enmarcamos estos dos casos en la vida de Lea.

¿Por qué decidiste representar a los acusados con dibujos?
R. L. J.: Israel no es un país progresista en muchos aspectos. Sin embargo, hay una ley de protección de menores que prohíbe grabarlos durante su juicio. Esta ley es ignorada por los medios de comunicación pero nosotros decidimos dar ejemplo y no reproducir dicha violación. En cuanto a la mujer, fue una cuestión de ética: perdió su humanidad, su dignidad, su feminidad, pero sigue siendo una persona y merece respeto. Difuminar o pixelar sus caras hubiese sido borrarlos. Queríamos garantizar su anonimato manteniendo su humanidad. La idea era crear un collage a partir de lo que había en el escritorio de Lea: recortes de prensa, libros de derecho, resoluciones y garabatos. La idea también era ofrecer una representación visual de estas personas y de lo que se han convertido después de 50 años de ocupación y de constructos históricos y políticos.

“Perdemos todo el tiempo”: Lea dice eso en la película. Y también nos habla de una gran victoria: la lucha contra los métodos de tortura de las fuerzas de seguridad israelíes.
L. T.: El fallo de la Corte Suprema de Israel contra los métodos de tortura de las fuerzas de seguridad, que fueron considerados ilegales e inadmisibles, fue una victoria que me hizo muy feliz. Pero la felicidad no duró mucho: siguieron haciéndolo a través de nuevas normas y excepciones. La situación no ha mejorado para los palestinos en cuanto al respeto y al reconocimiento de sus derechos humanos. Para los que me preguntan por qué sigo adelante, les respondo que alguien tiene que ayudarles y que es esencial compartir un sentimiento de humanidad.

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(Traducción del italiano)

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