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DOCAVIV 2019

Ljubomir Stefanov, Tamara Kotevska • Directores de Honeyland

“Una historia humana conmovedora, con un importante mensaje medioambiental”

por 

- Los macedonios Ljubomir Stefanov y Tamara Kotevska, que visitan en la 4ª edición del Nuoro IsReal Festival, nos hablan de su documental Honeyland, triunfador del Festival de Sundance

Ljubomir Stefanov, Tamara Kotevska • Directores de Honeyland

“Toma la mitad y deja la mitad” es el consejo para vivir en armonía con la naturaleza que da la apicultora Hatidze, la extraordinaria protagonista de Honeyland [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Ljubomir Stefanov, Tamara …
entrevista: Tamara Kotevska, Ljubomir …
ficha de la película
]
, el documental de los directores macedonios Ljubomir Stefanov y Tamara Kotevska. Después de obtener el World Cinema Grand Jury Prize al Mejor documental en el Festival de Cine de Sundance 2019, la película empieza a viajar por todo el mundo. Hemos hablado con los directores durante su estancia en Italia con motivo de la 4ª edición del IsReal - Festival di cinema del reale di Nuoro  (del 7 al 12 de mayo).

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Cineuropa: Vuestra película ha sido muy bien recibida por el público de Nuoro. ¿Creéis que en la actualidad la gente está más receptiva hacia temas medioambientales?
Tamara Kotevska: Creo que la película se corresponde con el concepto de este festival. Cuando el director Alessandro Stellino nos explicó que el festival se desarrolla en un único espacio porque a la gente del lugar le gusta así, pensé: ¡Es el principio fundamental de nuestra película! ¿Por qué hacer más y arriesgarse a romper el equilibrio? Aquí las personas tienen todo lo que necesitan. La película es un reflejo honesto de cómo vivimos y de los errores que cometemos. 

Ljubomir Stefanov: Esta película es una historia muy conmovedora y humana, pero también contiene un importante mensaje medioambiental. Leímos mucho sobre medioambiente, sobre todo en internet. Te impacta pero quieres saber más. El mensaje de nuestra película es fuerte y claro porque es simbólico. Puede resumirse en una palabra: avaricia. Hacemos un uso excesivo de los recursos naturales; el reparto equitativo es fundamental.

¿Cómo empezó esta aventura de tres años con la protagonista de la película, Hatidze?
T.K.: Conocer a esta mujer cambió nuestros planes. Al principio, se suponía que íbamos a hacer un pequeño documental sobre la región del río Bregalnica. Este río es interesante porque cambia su curso natural cada diez años y los pueblos de alrededor se mueven según su trayectoria. Contactamos con varios granjeros pero cuando conocimos a Hatidze, decidimos quedarnos con ella porque nos interesaba contar su historia. Es la historia de una vida que sigue las tradiciones de una minoría turca que vive en Macedonia: la hija menor debe hacerse cargo de sus padres y no puede casarse ni tener su propia familia mientras sus padres vivan.

Grabasteis momentos muy íntimos entre madre e hija. ¿En algún momento pensasteis en apagar la cámara, como por ejemplo cuando muere la madre?
T.K.: No podíamos predecir que su madre iba a morir pero sabíamos que sería el final lógico de esta historia porque a partir de ese momento, la vida de Hatidze cambia de forma drástica. Ocurrió durante el rodaje. Es el final de una era. No mostramos a dónde va Hatidze después, pero sabemos que es libre de vivir su vida. 

L.S.: Pasamos mucho tiempo con ellas; grabamos su vida cotidiana al completo. La película incluye seis o siete escenas madre-hija, pero teníamos más de 25 y todas eran muy poderosas. Éramos un equipo pequeño: dos directores, dos directores de fotografía, un editor y un ingeniero de audio. Dormíamos en tiendas de campaña y comíamos todos juntos, incluida Hatidze: éramos un grupo muy unido.

La película es un documental observacional pero también es muy alegre. A veces, parece una película de ficción, sobre todo cuando la otra familia llega al pueblo. ¿Cómo conseguisteis eso?
T.K.: Desde el principio, queríamos que la película pareciera ficción aunque no lo fuese. En nuestra mente, el límite entre documental y ficción debía desaparecer; una buena historia es una buena historia. Yo estaba más centrada en las personas y Ljubomir en los temas medioambientales. Nos interesaba mantener un equilibrio perfecto entre la historia humana y el mensaje medioambiental. No queríamos hacer el típico documental con voz en off, entrevistas, etc. Nos comprometimos a seguir grabando hasta que estuviésemos seguros de tener la cantidad suficiente de material para desarrollar los aspectos dramáticos de la historia.

¿Cómo vive Hatidze en la actualidad? ¿Le comprasteis una casa con el premio en metálico que recibisteis en el Festival de Cine de Sarajevo, verdad?
L.S.: Como norma, no se les paga a los protagonistas de los documentales. Pero cuando alguien abre su vida a ti, tienes que dar algo a cambio; es lo mínimo que puedes hacer.

T.K.: Hablamos mucho sobre lo que podíamos hacer por ella, así que la ayudamos a volver al pueblo donde viven sus familiares. Pero ella dice que las relaciones humanas son el mejor regalo que ha obtenido de todo esto. Un periodista de Londres vio la película, quedó impresionado con su historia y viajó a Macedonia para conocerla. A Hatidze le encanta estar rodeada de gente. Sufrió mucha soledad a lo largo de su vida y ahora nos ve como a una gran familia.

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(Traducción del italiano)

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