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VILNA 2019

Aistė Žegulytė • Directora de Animus Animalis

"Todos tenemos el deseo de mirar fijamente los ojos de una bestia"

por 

- Cineuropa habla con la directora lituana Aistė Žegulytė sobre su debut en el largometraje documental, Animus Animalis, ganador del Premio Cineuropa en el Festival de Vilna

Aistė Žegulytė  • Directora de Animus Animalis

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entrevista: Aistė Žegulytė
ficha de la película
]
, de Aistė Žegulytė, revela el curioso mundo de cazadores, ganaderos de ciervos e incluso taxidermistas que trabajan en un museo local, un mundo en continuo flujo entre la vida y la muerte; el film se llevó el Premio Cineuropa en el Festival de Cine de Vilna 2019 tras proyectarse en la competición de primeros largometrajes europeos. "Es un auténtico e inesperado descubrimiento que nos hace sentir cómo es la vida en medio de la muerte y cómo es la muerte en medio de la vida", declaró el jurado.

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Cineuropa: Hay mucho humor en tu película, humor que suele ser muy sutil y que roza el absurdo. ¿Este tipo de humor está próximo a tu propia sensibilidad, o es algo que percibiste después de comenzar a rodar?
Aistė Žegulytė: Me parece que he llevado el tema de la película en mi corazón desde la infancia. Cuando era niña, me encantaban los animales, y tenía miedo a la muerte. Equilibrando el absurdo y el humor, encontré un espacio adecuado para esa relación con las bestias y la tristeza que a veces siento como ser humano. No creo que sea un rasgo personal o una visión particular del mundo, es el resultado de la realidad en que vivimos.

También es algo que viene del trabajo de mi director de fotografía, Vytautas Katkus, que logró crear una atmósfera estéticamente absurda y agridulcemente graciosa. Él comprendió los sentimientos conflictivos que quería transmitir. Cuando no puedes creer la situación o la imagen que ves ante tus ojos, ahí es cuando surge la risa, que a veces es sincera, y otras, desesperada, pues nuestra vida es una gran tragicomedia. Eso es lo que nos da a algunas personas esperanza y la posibilidad de sobrevivir. 

La escena en la que alguien pide al museo que embalsame un tejón que todavía está vivo es tan graciosa como preocupante, pues muestra hasta dónde puede llegar la indiferencia de la gente por la vida. ¿Te sorprendieron algunas de las cosas que viste?
Sí; hacer documentales siempre me depara sorpresas. Supera todas las expectativas, pues los temas no nos pertenecen realmente; contienen regalos que simplemente tomas, encuentras y descubres. Me desborda la curiosidad de buscar estas sorpresas, pues pueden ayudar a encontrar el significado de crear y vivir, siempre que se tenga algo de paciencia, por supuesto. Para mí, el documental es el arte de la intuición y la espera, de pensar dónde tienes que ir y cuánto tiempo tienes que esperar.

No puedo mencionar ningún acontecimiento concreto y decir que fue el que más me sorprendió, pero algunas de las emociones más intensas las sentí en la iglesia [donde un sacerdote celebraba misa rodeado de animales muertos], o cuando presencié una operación de urgencia a una paloma, o cuando vi a las chicas que bailaban en el campeonato de taxidermia. 

Hay un amplio abanico de personajes que tratas de abarcar, desde taxidermistas hasta cazadores. ¿Cómo decidiste a qué personas seguir?
Cuando rodaba la cinta, las propias personas parecían hacer avanzar la historia. Los taxidermistas me invitaron a la cacería, y entonces sentí claramente la necesidad de esa chispa de vida, de la bestia viva que serviría como contrapunto a la muerte: el simulacro de la vida. Escenas como la de los pequeños bichos que se comen la cabeza de una marta, que se convirtieron en una especie de metáfora filosófica, surgieron más tarde, durante el proceso de montaje. No fue fácil, y tomó mucho tiempo. Mi montador, Mikas Žukauskas, y yo pasamos mucho tiempo hablando y debatiendo cada aspecto, pero creo que al final nos ayudó a clarificar las cosas para el espectador y para entender cuáles eran las cosas más importantes en que centrarse.

¿Por qué hay gente que tiene esa fascinación con embalsamar animales, arrebatando vidas solo para recrearlas lo mejor posible? En la película aparece una exposición de taxidermia, pero decidiste no hablar sobre sus asistentes.
No les hice esta pregunta, pero intenté comprenderla. Me parece que todos tenemos esa fascinación enterrada en algún sitio del subconsciente, ese deseo inexplicable, arcaico, primitivo y oculto de mirar fijamente a los ojos de una bestia. Con esa mirada, queremos poseerla y derrotarla.

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(Traducción del inglés)

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