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VENECIA 2018 Competición

László Nemes • Director de Atardecer

“A veces tenemos la ilusión de entender el mundo”

por 

- VENECIA 2018: Nos reunimos con el director húngaro László Nemes para descubrir todo sobre Atardecer, su última cinta en competición

László Nemes  • Director de Atardecer
(© La Biennale di Venezia - foto ASAC)

El director húngaro László Nemes fue el asistente de Béla Tarr durante el rodaje de El hombre de [+lee también:
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. Posteriormente, Nemes se trasladó a Estados Unidos para estudiar dirección en la Universidad de Nueva York. Su primer largometraje, El hijo [+lee también:
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, fue estrenado en el Festival de Cannes en 2015, donde resultó premiado con el Gran Premio del Jurado, y recibió posteriormente el Golden Globe y el Óscar a la Mejor Película de habla no inglesa en 2016. Atardecer [+lee también:
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es su segundo largometraje, en competición en el Festival de Venecia

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Cineuropa: Esta es tu segunda película, y ambas tienen una perspectiva muy singular. ¿Qué es lo que te atrae de este enfoque?
László Nemes: Me interesa mucho la experiencia subjetiva y lo interesantes que son las visiones particulares. Aún así, es curioso como el cine transmite tan poco esta subjetividad. Cada vez las películas intentan buscar más una perspectiva objetiva, donde la cámara puede estar en cualquier parte. Nos estamos alejando de un punto de vista único.

Esto se refleja en el trabajo de cámara, que sigue cada movimiento de Irisz, al igual que hacía con el protagonista de El hijo de Saúl.
Hay un parecido técnico entre ambas películas, ya que las dos permanecen junto al protagonista. Nos encontramos en un laberinto, descubriendo el mundo desde su perspectiva. En el caso de Atardecer, nos preguntamos acerca de su hermano: ¿Quién es? ¿Qué ha pasado con su familia? ¿Quién soy yo? Es una pregunta para nosotros mismos, y eso era algo que me interesaba especialmente, al igual que acompañar a Irisz durante toda la película.

La protagonista recibe nueva información constantemente, tanta que a veces llega a saturar, y es difícil comprender qué está pasando. ¿Por qué decidiste hacer eso?
Creo que en la actualidad, con todos los avances tecnológicos, la continua revisión del pasado y los innumerables estudios académicos, a veces tenemos la ilusión de entender el mundo. Creo que el cine también produce la sensación de saberlo todo, y eso tiene un impacto a nivel dramático, a nivel visual y en la forma en la que representamos las cosas. Esta es una nueva perspectiva. 

¿Existen paralelismos entre el fragmentado Imperio austrohúngaro que vemos en la película y las divisiones que existen en Europa en la actualidad?
Como periodistas, es nuestro trabajo hacer esa comparación. Existen ciertas tendencias comunes, y algunas similitudes con respecto a la situación de hace 100 años. En ambos periodos compartimos el amor por la tecnología, la creencia de que somos invencibles y de que la muerte no existe. Hoy en día tenemos una imagen virtual de nosotros mismos. Se trata de una visión de nuestro estado ideal, en el que casi parecemos ángeles. Pero lo cierto es que no lo somos, y esta película trata acerca de la autodestrucción.

¿Cuál crees que es la mayor amenaza para la sociedad a día de hoy?
Creo que es la confianza absoluta en los avances de la tecnología y nuestra adicción a ella, lo que genera un deseo por encontrar satisfacciones inmediatas. El cine también sigue ese camino: el público ya no tiene la oportunidad de sumergirse en las obras.

En algunos momentos la película es realmente frustrante.
Es una película sobre la frustración. Me declaro culpable, porque la frustración es parte del proceso, especialmente en un mundo en el que no queremos sentirnos así y sólo buscamos esa satisfacción inmediata. Me opongo totalmente a esta tendencia.

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(Traducción del inglés)

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