22/09/2017 - SAN SEBASTIÁN 2017: La directora argentina Natalia Garagiola lleva su ópera prima Temporada de caza a la sección Horizontes Latinos después de haber sido premiada en Venecia

(© Montse Castillo / Festival de San Sebastián)

Natalia Garagiola finalizó el reciente Festival de Venecia llevándose el Premio del Público de la 32ª Semana Internacional de la Crítica por su ópera prima Temporada de caza [+lee también:
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entrevista: Natalia Garagiola
ficha de la película]. Ahora, la cinta participa en la sección Horizontes Latinos del 65^o Festival de San Sebastián. Hablamos con la directora argentina sobre las fuentes de su inspiración, el uso de la luz en su cine y la experiencia de coproducir con muchos países.

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Cineuropa: ¿Qué te inspiró para narrar esta conmovedora historia paternofilial?
Natalia Garagiola: Al principio, todo empezó con una imagen. Dos hombres peleando dentro de una cabaña. A la distancia parecía una danza que terminaba en un abrazo. Afuera nevaba.

¿Es la caza un símbolo del paso a la adultez o va tu película más allá?
Lo es, aunque también va más allá de eso. Es la actividad que une a ambos personajes y a ellos con la naturaleza.

¿Fue fácil construir el personaje de Nahuel, con Lautaro Bettoni, tu actor principal?
Sí, en algún punto fue fácil porque cuando lo vi por primera vez estaba segura de que era él, algo de él era el personaje. Lautaro es muy tranquilo y conciliador pero sabía que podía lograr trabajar sobre esa pulsión violenta que domina por momentos al personaje. Trabajamos mucho en la composición.

Aparte de esos impresionantes paisajes, el trabajo de la cámara es algo que llama la atención en la película. ¿Podrías hablarnos un poco de esa decisión, y de su resultado a nivel visual? ¿Cómo se relaciona con los personajes?
Desde un principio teníamos pensado con Fernando Lockett, el director de fotografía, trabajar con puestas de luces muy livianas o casi inexistentes. Queríamos priorizar el trabajo de los actores desde un tipo de registro naturalista igual que la interpretación que estábamos buscando desde la composición de los personajes.

Sabía que Lautaro iba a ser la fuerza que nos arrastrara a través de la historia por lo que era necesario hacer un seguimiento del personaje al que nos pudiéramos entregar.

¿Fue fácil coproducir con tantos países? ¿Qué has ganado con esta experiencia?
Creo que incorporar la mirada de productores de otros países sobre un material nos ayuda a esclarecer lo particular y lo universal de cada película. Esa mirada externa, que además se manifestó con mucha intensidad en los sucesivos laboratorios y talleres en los que fui participando a lo largo del desarrollo, me dijo mucho sobre mí misma y el universo en el que habito a lo largo del proceso. Y me ayudó a ampliar la paleta expresiva de las interpretaciones cuando buscaba alejarme del naturalismo y los esquemas sociales típicos que vemos en Argentina. 

Luego, desde otro punto de vista, pienso que estar acompañada por coproductores de diversos países puede marcar una diferencia importante a la hora de maximizar la visibilidad de la película.