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Irene Dionisio • Directora del Lovers Film Festival – LGBTQI Visions

“Estamos asistiendo a una pequeña revolución en el cine”

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- Hablamos de temáticas LGBT y de cómo el cine documental se transforma en cine de ficción con la cineasta Irene Dionisio, directora del 32° Lovers Film Festival – Torino LGBTQI Visions

Irene Dionisio • Directora del Lovers Film Festival – LGBTQI Visions

La cineasta Irene Dionisio dirigirá el 32° Lovers Film Festival – Torino LGBTQI Visions, que se celebrará en la Multisala del museo nacional del cine de Turín entre los días 15 y 20 de junio próximos. Esta edición del histórico festival, que cambia nombre (antes se llamaba Torino Gay & Lesbian Film Festival)y dirección artística, tendrá a Jasmine Trinca como guest star y programará 83 películas (3 estrenos internacionales, 3 europeos y 56 italianos), muchas de ellas provenientes de los principales festivales del panorama internacional, como la Berlinale, la Mostra de Venecia, Sundance, Tribeca o el BFI Flare. Entre las siete películas a concurso, se encuentran las producciones europeas Just Charlie [+lee también:
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, de Rebekah Fortune (Reino Unido), y The Wound [+lee también:
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, de John Trengove (Sudáfrica, Alemania, Holanda y Francia). Tras su debut en el largometraje de ficción con Le ultime cose [+lee también:
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, presentada en numerosos festivales tras su participación en la Semana de la Crítica de la Mostra de Venecia de 2016, Irene Dionisio afronta un nuevo desafío en su carrera profesional.

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Cineuropa: Un nuevo nombre y nuevas secciones en un festival con una larga e importante trayectoria para la comunidad LGBT.
Irene Dionisio: Me honra y siento el peso de la responsabilidad. Me importa mucho aclarar mi posición de directora artística, con Giovanni Minerva de presidente: el festival no cambia sus raíces sino que hay un punto de vista diferente por parte de un equipo más joven, en cuyo seno se mantienen, en cualquier caso, algunas de las personas de la anterior organización. El equipo dialoga con la historia de este festival y trata de representar algunos elementos sobre las cuestiones contemporáneas de la comunidad LGBT y su representación cinematográfica. Creo que es una señal fuerte y es importante que el festival mantenga el paso con otros festivales europeos, vinculándose asimismo con los movimientos del “orgullo”. El certamen debe salir de una modalidad ghettizada con la que nos arriesgamos a no llegar a nadie que esté fuera de la propia comunidad, cuando las cuestiones identitarias son universales. A mí me interesa sobre todo la posibilidad de poder formularse nuevas preguntas y pedir a los participantes que traten de responderlas en el festival.

¿Pueden buscarse estas respuestas en el cine contemporáneo italiano?
Como directora y como persona interesada en la producción actual, creo que el cine italiano está cada vez más adquiriendo una óptica de narración de la contemporaneidad. De hecho, una inmensa parte de la nueva producción proviene del documental, que está asumiendo un enfoque cada vez más político y adquiriendo una importancia cada vez mayor desde el punto de vista industrial y distributivo.

Eso quiere decir que tratará de ampliar el público del cine LGBT.
Hay un cierto cine que tal vez se ha anquilosado y corre el riesgo de acabar dirigido al mismo público. Muchas veces se queda a medio camino porque busca una mediación y puede acabar no teniendo éxito ni en festivales ni en cines. Los certámenes de temática LGBT en cuanto tales son considerados como de serie B porque los distribuidores temen el estigma. La industria debe plantearse el problema. Este año, el 25% de la producción norteamericana afrontaba temas LGBT y Moonlight ganó un Oscar. Sundance, Berlín, Cannes y Venecia contienen cada vez más películas que tocan estos asuntos. Este cine puede interesar a un público cada vez más amplio. Estamos asistiendo a una pequeña revolución.

¿Cómo se siente, siendo cineasta, dirigiendo un festival?
Después de todo, no veo una gran diferencia. Son dos maneras distintas de acercarse al cine. Como realizadoras, tratas de aportar tu visión del mundo; como directora de festival, coordinas diferentes sensibilidades: en mi caso, un grupo muy competente, para dar una visión total, con un común denominador. La diferencia radica en el hecho de que ves una cantidad enorme de películas. Siempre he vivido en Turín, me siento muy ligada a mi ciudad. Me siento en el lugar adecuado y es importante que el papel de directora artística no se limite a escoger películas sino también en crear un vínculo con la comunidad del territorio.

Usted es una documentalista que se pasó al cine de ficción: una tendencia que se viene repitiendo, como decía antes.
Hay una fuerte relación entre mis documentales y mi primera película de ficción. Mi primer documental era sobre una fábrica abandonada, en la que trabajaron mis padres cuando llegaron a Turín. Aquella fábrica fue desmantelada y se convirtió en un lugar en el que se acogía a personas sin techo, inmigrantes sin permiso, etc. Durante 18 meses estuvimos yo y un pequeño equipo siguiendo la vida de dos vagabundos rumanos, jugando con las esperanzas del pasado y las esperanzas del presente, como en una especie de Esperando a Godot. El segundo fue una película sobre objetos, que después regresaron en Le ultime cose. De hecho, Le ultime cose nace de una búsqueda a través de un banco de empeño de Turín, esto es, con un enfoque documentarístico, aunque al final haya acabado adquiriendo la forma de una ficción.

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(Traducción del italiano)

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