Como en tu primer largo, Ratcatcher, abordas el tema del traumatismo, y En realidad, nunca estuviste aquí es casi experimental y alucinatoria, con una narración no lineal. ¿Por qué te apasiona ese tema?
Creo que la mayoría de los cineastas tienen un planteamiento psicológico y un interés por la cuestión de la condición humana. En lo que a mí respecta, me gusta profundizar en los personajes, con su belleza, sus defectos, sus diferentes vertientes. Además, en el rodaje tenía la impresión de estar viviendo yo misma una experiencia postraumática, porque la historia de la película tiene una fuerte influencia sobre la mente. 

¿Tu objetivo era retranscribir visualmente la vida interior del personaje principal?
He reflexionado mucho sobre eso. Había que encontrar algo. Así que puse mucha atención en el modo en que vemos al personaje principal: no sabemos quién es, tratamos de descubrirlo. He intentado contar la historia a través de las imágenes.

¿Es tu film un homenaje indirecto a Taxi Driver?
Es evidente que esa es una película magnífica que aborda el género de una manera muy interesante, pero no he pensado en ella particularmente mientras rodaba la mía. Quizás haya alguna referencia aquí o allá, pero no las establecí de manera deliberada. De hecho, cuando era joven me gustaban muchas películas de género, y quizás me he inspirado en ellas. Pero lo que yo quería era plantear un relato de cine de género de una manera diferente. 

Con la música y la banda sonora habéis hecho un trabajo increíble.
Siempre le he dado una gran importancia al sonido, en mis cortos también. A veces, los productores no lo ven o no lo entienden, pero yo siempre me imagino la música y el sonido antes del rodaje. Y, para esta película, quería prestarle a esto más atención que al guion. Jonny Greenwood es un músico genial, y estoy muy contenta de que aceptara participar en la película. No compone de manera intelectual, sino intuitivamente. En cuanto a la banda sonora, el trabajo es fantástico, porque fue realizada en solo cinco días.

Tu personaje principal utiliza un martillo y no una pistola. ¿Por qué?
En primer lugar, porque en el libro de Jonathan Ames que he adaptado es así. Luego, porque es algo extraordinario en términos cinematográficos: el personaje puede ir y venir silenciosamente. Eso permite también mostrar la violencia, que forma parte del personaje. Y hemos visto pistolas en tantas películas que ya me aburren.

Tu film ha sido financiado por Amazon. ¿Cuál es tu opinión sobre la cuestión de las plataformas y las salas?
Como cineasta, creo que las películas deben ser proyectadas en una gran pantalla. Pero mi persona de contacto en Amazon es un gran cinéfilo.

(Traducción del francés)