email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

Ralitza Petrova • Directora

"Mi propósito es dominar lo más posible lo que yo llamo la forma "haiku" de hacer cine"

por 

- LOCARNO 2016: La directora búlgara Ralitza Petrova habló de su primer largometraje, Godless, reciente ganador del Leopardo de Oro, y del cinismo social y la apatía que hay en su país

Ralitza Petrova  • Directora
(© Alessio Pizzicannella)

La ganadora del Leopardo de Oro del festival de cine de Locarno de 2016, Godless [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Ralitza Petrova
ficha de la película
]
, prueba que Bulgaria cuenta con recursos ilimitados de talento. En esta historia, tan desalentadora como eficaz, sobre la manera en que los ancianos del país son tratados por los tiburones de la sociedad, Ralitza Petrova ha empleado el mínimo de elementos para contarla de manera que deje poso. La directora estuvo con Cineuropa para hablar tanto del enfoque narrativo eficaz como de los problemas sociales y creativos que actualmente tiene Bulgaria.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

Cineuropa: Desde el momento en que le vino la idea para Godless, ¿cuál fue el mayor reto al que se enfrentaba, desde el punto de vista de la narración?
Ralitza Petrova:
Cómo hacerme cargo de la verdad emocional de la historia y cómo retener la autenticidad de cada personaje y cada situación de la película con una economía máxima de medios. Mi objetivo es dominar lo más posible lo que llamo la forma “haiku” de hacer cine. Creo que la tensión emocional de una película reside en el riguroso contraste entre elementos opuestos, como en los haikus. Requiere un repaso muy preciso sobre las cosas y sobre lo que van.

Usted eligió trabajar con muchos actores aficionados para hacer Godless. ¿Por qué?
Siento que alguien que no es actor y cuya vida se acerca a la del personaje de la historia añade profundidad a la película. Godless tiene que ver con el dolor emocional de la sociedad búlgara y era para mí muy importante mostrar el dolor impreso en los rostros de los actores. Arrastran más significado en su silencio de lo que habría podido sacar de un actor o una actriz de clase media que habría interpretado una idea. Me interesa ver “ser” a la gente, no “parecer”. También depende del tipo de historia. Ésta es austera y con este enfoque podía elaborar una mayor tensión. 

¿Usted cree que es general este aspecto de la sociedad búlgara, en la que algunos individuos hacen de los débiles sus presas?
Por desgracia, el cinismo y la apatía están muy arraigados en la sociedad búlgara. La desaparición de los valores ha conllevado un fracaso total en la manera en que funciona el país. El sistema judicial es una broma y un juguete en manos criminales con dinero. La gente desconfía enormemente de la ley, de la policía y de los servicios sociales, ya que no ofrecen protección alguna. Esta falta de confianza se lleva consigo la confianza en sí misma y el coraje de la gente. Repercute en la intuición de la gente respecto a lo que está bien, puesto que premia la sensación de que todo está permitido, hasta el asesinato.

En estos últimos años, dos millones de búlgaros han abandonado el país. Es gente que habría preferido quedarse pero que no vio ninguna perspectiva para crecer como personas. Es muy doloroso presenciar esto. Yo misma volví al país que dejé en los 90. Me duele ver que la situación actual se parece mucho para la nueva generación a lo que yo viví. Aún así, mi esperanza está con aquellos que se quedan, con los que, a pesar de todo, hablan bien, hacen el bien y trabajan duro.

¿Hasta qué punto resulta difícil debutar tras las cámaras en Bulgaria?
Yo tuve la gran suerte de tener a una de las productoras más sólidas de Bulgaria, Rossitsa Valkanova, a quien le gustó mi proyecto y que decidió embarcarse en sus fases iniciales. En este sentido, no tuve problemas para debutar. Le estoy especialmente agradecida por el tipo de productora que es: no hace que el director se comprometa con su visión sobre el valor de producción o el atractivo para las ventas. Dicho esto, la producción fue todo un reto pero todos nos mantuvimos fuertes y unidos y que acabamos satisfechos con el trabajo hecho.

¿El hecho de ser mujer complica las cosas? ¿Qué comentarios le merece la relación entre los jóvenes directores y el National Film Center, dado que el apoyo del centro resulta primordial para sacar adelante una película?
Es difícil para los nuevos directores. Digo esto no sólo por el statu quo en el National Film Center y en el ministerio de cultura, que no ha cambiado en años. El mayor problema es la falta de diálogo entre generaciones y la ausencia de interés en fomentar la aparición de nuevos talentos y nuevas ideas. Muchos cineastas jóvenes de Bulgaria estarán de acuerdo con que Rossitsa Valkanova es probablemente la única productora con pasión e interés en la nueva generación. La gente que a menudo acaba sentándose en los comités de selección parece reacia a aceptar que el tiempo avanza y, con él, las historias y la manera de contarlas.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

(Traducción del inglés)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Lee también

Privacy Policy