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Iglika Triffonova • Directora

"Las historias reales son las metáforas más poderosas para el mundo en el que vivimos”

por 

- Hablamos con Iglika Triffonova, cuyo drama judicial The Prosecutor, The Defender, the Father and His Son forma parte de la competición oficial en el Tallinn Black Nights Film Festival

Iglika Triffonova  • Directora
(© Black Nights/Pastakeda)

Rodada en tres países europeos, y con un reparto conformado por actores de ocho nacionalidades distintas, la nueva cinta de Iglika Triffonova, The Prosecutor, The Defender, the Father and His Son [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Iglika Triffonova
ficha de la película
]
, se presenta en la sección oficial de Tallinn como una de las producciones búlgaras más internacionales de todos los tiempos. Basada en hechos reales, la película se centra en un caso de la Corte Penal Internacional de La Haya, relacionado con la antigua Yugoslavia, y ofrece una visión caleidoscópica de uno de los episodios más siniestros de la historia de Europa.

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Cineuropa: Tu película está inspirada en un caso real de la Corte Penal Internacional referente a Yugoslavia. ¿Dónde termina la realidad y empieza la ficción?
Iglika Triffonova: La idea viene de una historia real que atrajo el interés de los medios de comunicación en Holanda y Bulgaria durante el verano de 1997. Yo creo que las historias reales son las metáforas más poderosas para el mundo en el que vivimos.

Durante el proceso de escritura del guion, y en la fase de documentación, viajé a través de Bosnia y los Países Bajos, tuve reuniones con especialistas y consulté a distintas personas; leí muchas declaraciones, libros, artículos e historias. Quería crear personalidades auténticas en situaciones verosímiles, así que los personajes protagonistas están tomados de la realidad; pero esto es completamente secundario en la película, ya que mis personajes son ahora ficticios.

¿Querías presentar el caso de manera objetiva en tu guion? ¿El hecho de que los diálogos fuesen en tres lenguas distintas al búlgaro ayudó de alguna manera?
La “distancia temporal” que nos separa de los eventos se ha transformado, en mi opinión, en una “distancia perceptiva”, haciendo que esta última sea mucho más amplia, más objetiva, pero también más humana.

En la película se hablan muchos idiomas, y esto es algo real y poético al mismo tiempo, ya que ayuda a crear una imagen lingüística del mundo globalizado en el que vivimos, nos guste o no. Las dificultades a la hora de comunicarse a través de un intérprete son también una herramienta teatral. Hay momentos en los cuales traducir se vuelve imposible, y ellos mismos se niegan a hacerlo. En algunas escenas, los personajes principales escuchan un lenguaje que no entienden, e intentan adivinar su significado a través de las emociones que expresa, por lo que creen entender lo más importante. En algunos momentos parece que faltan palabras, mientras que en otros los terribles hechos hablan por sí solos.

Uno de los personajes en tu película dice: "Soy una mujer con una misión". ¿Podrías desarrollar un poco más esta declaración desde tu punto de vista como directora y mujer? ¿Es difícil en la actual Bulgaria?
Nunca me he encontrado con grandes dificultades con respecto a mis compañeros por el hecho de ser mujer. Lo que sí fue difícil para mí a la hora de hacer esta película fue el hecho de contar la historia de otra gente sin que parezca que lo hago desde el punto de vista de una extranjera. Cuando la gente de Bosnia y Holanda vea esta película, lo que me gustaría es que me considerasen una más. Espero que se convierta en algo así como la “Weddings and Funerals Orchestra”, de Goran Bregović, cuando las cuatro vocalistas empiezan a cantar “Aide Jano!”: nadie se para a pensar en el hecho de que una de ellas es bosnia, otra macedonia y las otras dos búlgaras. El éxtasis, la intensidad del dolor y la indescriptible belleza de la esperanza se convierten en un todo. La canción resuena como si la cantasen cuatro hermanas, y yo espero que la película pueda llegar a causar la misma impresión –como una confesión tardía de nuestro amor hacia nuestros vecinos, que tanto han sufrido, y hacia toda la gente que busca descubrir las causas detrás de las pruebas y dificultades a las que nos enfrentamos.

El equipo internacional que trabaja en esta película es la mejor prueba de la popularidad y creciente apertura del cine búlgaro. Para ti, ¿cuál es el mayor desafío al que se enfrenta la cinematografía nacional en este momento?
Para mí fue un privilegio trabajar con todos estos grandes profesionales de tantos lugares distintos, y con un reparto de actores magnífico, proveniente de ocho países diferentes. Pero las producciones internacionales deberían ser simplemente un hecho ocasional en la industria nacional. El remedio para el cine búlgaro, o para el de cualquier otro país, es producir más películas, y apoyar proyectos distintos de manera continua.

Te encuentras ahora mismo en la fase de postproducción de una película de bajo presupuesto, Lift for Patients. ¿Cómo fue pasar de la anterior película, rodada en tres países, a un proyecto de estas características?
Como volver a casa después de mucho tiempo.

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(Traducción del inglés)

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