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Joaquín Oristrell • Director

“Nuestro trabajo consiste en ser testigos del momento que vivimos”

por 

- El cineasta catalán Joaquín Oristrell vuelve al ataque con la combativa Hablar, un film que denuncia el desconcierto social

Joaquín Oristrell  • Director

El cineasta catalán Joaquín Oristrell vuelve al ataque con la combativa Hablar [+lee también:
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, un film que denuncia el desconcierto social, rodado en un único plano secuencia y con una veintena de amigos actores improvisando. La película inauguró el reciente Festival de Málaga y llega ahora a las salas españolas.

Cineuropa: En tu película de 2003, Los abajo firmantes, ya usabas esta fórmula de echar mano de amigos para denunciar una situación política, entonces la guerra de Irak.
Joaquín Oristrell: Sí, me gusta trabajar con los actores con improvisaciones y que sean responsables del texto, de lo que quieren contar. Cuando se les propone hacer un retrato de la España de hoy, unos quieren hablar de la corrupción, otros de la miseria, de las carencias laborales…

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¿No ha habido una criba, una selección de temas, para que no se repitieran?
En principio se les plantea participar en este plano secuencia: se apuntan todos porque están locos y aman mucho su trabajo y se fascinan con la idea de hacer la película en un solo plano. Les pedí que me enviaran sus propuestas. Estuve durante tres meses esperando y no llegaba nada, porque son vagos, pero luego empezaron a llegar: primero la de Juan Diego Botto y su familia, y a los demás les costó más, pero fueron llegando. A los últimos les di un guión, que ya tenía escrito. Fue una amalgama de ambas cosas, pero bastante ensamblada. Era un puzle y hasta el rodaje estuvimos cambiándolo. En una semana los actores llegaron y nos encerramos a hacer improvisaciones. Luego, el rodaje fue pura logística, gracias a Javier Soto, mi ayudante de dirección, con una disciplina militar para que entrara todo el mundo en su momento y en su sitio.

¿Ha habido actores que se han quedado fuera?
Algunos tenían la voluntad y no pudieron, como Paco León, y otros se apuntaron en el último momento: pensé que se iban a rajar, que no íbamos a tener este gran reparto, pero no, salió.

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, de Juan Cavestany, tu película tiene uno de los mejores castings del cine español…
Sí, y son dos películas pobretonas. Aquí hay presupuesto porque había que pagar el equipo técnico y hay posproducción (etalonaje de color, efectos de sonido, la grabación musical, la promoción y la publicidad) que se pone en un pico; no es como el de una película convencional, pero había un gran riesgo por parte de los productores, porque al principio no se pensaba que esto iba a ser finalmente una película, era toda una experiencia.

Sin el digital, ¿hubiera sido imposible rodarla?
Sin una cámara Epic, que tiene buena sensibilidad para la noche. Si tuvieras que rodar esto en celuloide, tendrías que iluminar toda la calle y parar el tráfico… por lo que era imposible. Los famosos planos de Sed de mal están filmados en un plató, preparados durante semanas.

Hablar es un grito contra el desbarajuste que estamos sufriendo y no parece que vaya a acabar…
Me dicen que trata de la crisis, pero yo digo que sobre el estupor que ha dejado: cuando empiezas a ver que hay robos y te preguntas ¿de mí quién cuida? ¿Y de mi sanidad, educación, pensión? Eso produce un estupor general, de orfandad, que hace que la gente hable mucho y escuche poco, porque somos un pueblo que no escucha. Estamos tan perdidos… me apetecía mostrar a personajes que no saben a dónde van. Quería hablar de este momento emocional tan raro y único que vivimos.

¿Hubiera surgido esta película en otro tiempo y lugar?
Esta película es de este momento. Ese es uno de nuestros trabajos: ser testigos del momento, pero convirtiendo la realidad en drama o en comedia; la ficción se imbrica con la realidad. Los retratos de una época están realizados con la ficción y ésta provoca empatía: esa representación acaba quedando en la memoria de la gente.

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