14/04/2015 - Nanni Moretti ha respondido a las preguntas de la prensa tras el preestreno de su nueva película, Mia madre

Desafiando su naturaleza reservada a la hora de comentar su cine y añadir palabras que “en lugar de esclarecer, podrían confundir”, Nanni Moretti ha respondido a las preguntas de los periodistas ayer, en el cine Nuovo Sacher, tras el preestreno de su nueva película, Mia madre [+lee también:
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ficha de la película], que llegará a los cines transalpinos el 16 de abril. Quien lo protagoniza es una espléndida Margherita Buy, que encarna a una directora que, junto con su hermano, a quien da vida el propio Moretti, debe afrontar la enfermedad de su madre. John Turturro es otro de los miembros destacados del reparto.

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¿Qué le ha llevado a hacer esta película y por qué ha escogido a una mujer para encarnar a su alter ego?
Desde que redactamos el tratamiento, con Gaia Manzini, Valia Santella y Chiara Valerio, la protagonista era una mujer y nunca tuve la intención de ser la estrella de esta película. Hace ya tiempo que no soy protagonista, felizmente. Me gustó transferir ciertas características masculinas a un personaje femenino. A mí me parecía perfecto el papel de hermano, aunque por algunas facetas y por sentido de inadecuación, me veo más en el personaje de Margherita. La muerte de la madre es un tránsito, como muchos saben, importante. A mí me sucedió durante el montaje de Habemus papam [+lee también:
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ficha de la película]. Quería relatar, sin ningún sadismo para con el espectador, este paso en la vida de una persona.

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ficha de la película] y Habemus papam. Se echó a la espalda todo el peso de la película. En 70 días de rodaje, estuvo siempre en el plató. A menudo me decía: “cómo me gusta hacer de directora; ¡es divertido gritar a los actores!”. Todo en el personaje de Margherita se reúne en el mismo momento y con la misma urgencia: su no estar presente, la inadecuación con respecto a su madre, las preocupaciones por la hija, los problemas de trabajo, sus recuerdos, sus pensamientos, sus sueños. Me gustaba que en determinadas escenas, el espectador no entendiese inmediatamente si lo que estaba ocurriendo era algo real o imaginario. 

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ficha de la película], Caos calmo (en las que también trabajó como actor) y ahora Mia madre tienen una matriz común: el tema de la pérdida. ¿Qué le fascina exactamente de este tipo de reflexión?
Tengo problemas a la hora de teorizar mi trabajo; explicando las cosas te arriesgas a confundir más que a esclarecer. En cualquier caso, a la edad de 20 años no me habría venido a la cabeza interpretar o dirigir películas así; con el tiempo se piensa más en la muerte. En La habitación del hijo había miedos y fantasmas; en Mia madre, una experiencia vivida por muchos.

¿Cuánto influyó su madre en su formación?
Mis padres poco tuvieron que ver con el cine. Cuando terminé el instituto con 19 años y decidí probar con esta cosa vaga del cine, se limitaron a apoyarme con discreción y afecto, que no es poco. Me da vergüenza hablar de mi verdadera madre pero es verdad que había generaciones enteras de antiguos alumnos que seguían visitándola para hablar de todo. Esto lo supe después de su muerte. Nunca tuve puntos de apoyo y referencia entre el profesorado.

En la película, hay una especie de estribillo que Margherita repite a sus actores: el actor debe estar dentro y a la vez al lado de su personaje. ¿Así lo piensa usted?
Es algo que también yo digo a mis actores; no es una broma a la Brecht. Creo que el actor no debe habitar solamente una dimensión. Por ejemplo, cuando se cabrea, Margherita no sólo grita sino que también experimenta dolor: hay algo más.

Margherita es su alter ego, pero en la película la vemos dirigir un film que de “morettiano” tiene más bien poco: una producción media, con huelgas, fábricas… como tantas otras.
Quería que hubiera un distanciamiento entre la vida privada de Margherita, fluida y delicada, y una película muy estructurada. Ella siempre está en otra parte (en el trabajo piensa en su madre, donde su madre piensa en la hija...), mientras que la película que rueda es un bloque sólido. Pero no, no es una película estándar mía. Era eso lo que quería.

¿Comparte el sentido de inadecuación de Margherita?
Hace varias décadas ya que desempeño este trabajo pero no he adquirido frialdad y seguridad: el día anterior al rodaje sigo soñando lo mismo que soñaba cuando era un crío (verme sin preparación en el plató, algo no funciona o falta …). El sentido de inadecuación lo conozco muy bien y no sólo en público. Antes pensaba que con el tiempo me habría crecido, como dicen en Italia, “el pelo en el estómago”, una expresión terrible, y, sin embargo, me doy cuenta de que me sucede lo contrario: cuanto más tiempo pasa, más crece el malestar. En cuanto al tema, pienso que cuando se hace una película, se hace una película y punto, por muy fuerte que sea el tema, como en el caso que nos ocupa. Cuando el director se concentra en la escritura, el reparto, la dirección, la interpretación, el montaje, el tema que se está tratando no puede inundarlo con su fuerza… lo digo ahora pero tal vez no esté de acuerdo. 

El jueves se anunciará la programación del próximo festival de Cannes. ¿Aceptaría una selección fuera de concurso?
Yo, de Cannes, acepto lo que sea.

(Traducción del italiano)