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Sergio Caballero • Director

“El cine sufre el yugo de la narrativa”

por 

- Sergio Caballero, laureado en Rotterdam con Finisterrae, compite en Sitges con La distancia, un film que, de nuevo, desafía los límites del cine

Sergio Caballero  • Director

El artista catalán Sergio Caballero, laureado en el Festival de Rotterdam 2011 con su ópera prima, Finisterrae [+lee también:
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, compite en el Festival de Sitges con La distancia [+lee también:
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, un film que, de nuevo, desafía los límites del cine.

Cineuropa: Hay gente que, tras ver su nueva película, quiere ponerle un altar y otra que pide su cabeza. ¿Le estimula provocar estos extremos?
Sergio Caballero:
Estamos en una época que vive bajo el yugo de la narrativa: las películas tienen que contarte algo; y eso es antiguo. Hay menos libertad que en los setenta, debido a la distribución o la industria, mientras es el momento en que resulta más fácil distribuir, gracias a internet. Pero la gente está encasillada, desea que le expliquen las cosas y no tenga que pensar. La distancia es un lugar, existe en mi cabeza y lo enseño. Cuando presento una pieza así, le digo al público: “No penséis, relajaros y entrar”. Si no entras, te perderás la película, que tiene más capas, ricas y sutiles, como los vinos: los hay con mucho cuerpo y hay otros, que parece que no pasa nada, pero tienen largo sabor de boca. Así es La distancia: hay gente que se queda días pensando en ella, porque toca zonas del cerebro no habituales.

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En su propuesta se apuesta por sensaciones y estímulos...
Hay también una historia, pero no hay que darle tanto peso. En mi primera película, Finisterrae, tenía la excusa de la road movie, del viaje. Aquí he dado un paso adelante a nivel de factura: al estar en un sitio fijo, he podido trabajar mejor y, al incluir diálogos, he tenido que rodar plano-contraplano, pero con trípode siempre, buscando la plasticidad y trabajando el sonido. No había guión, sino secuencias que yo quería rodar: como cuando hago música, pensaba cosas y las apuntaba. Los actores no son actores, hacen de ellos, así que siempre están bien.

El lugar de la acción: una central térmica… ¿lo encontró casualmente o lo buscó?¿Le inspiró la película?
Buscaba un sitio abandonado para crear las escenas que había pensado, pero luego, cuando vi la presencia que tenía, me di cuenta de que el protagonista de La distancia es ese espacio tan brutal: conforme iba pasando por ahí, las piezas iban construyendo un puzzle que formaba la historia. Eso es genial: la plasticidad de poder trabajar así, que sea el elemento quien te lleva. Al ser todo real, eso le da potencia a la película: ni el sonido, ni el espacio ni los personajes son ficción.

El humor es otro ingrediente de La distancia.
Parece que el cine de autor está reñido con el humor: los grandes cineastas son algo transcendentes. Pero yo me río de mí mismo y de mi trascendencia: mi film es una mezcla entre Tarkovsky y Kung Fu Panda. Porque mis hijas me dan ideas para mis films: la mayor me sugirió rodar con fantasmas en Finisterrae.

¿Ha rodado con libertad absoluta porque es su propio productor? Desde pequeño me expulsaban de los colegios y desde los 18 años soy autónomo. Yo reivindico que la gente se abra, porque cada vez está más cerrada. Es como mirar un cuadro o escuchar música: ahora todas las canciones tienen que ser cantadas, pero en esta película no hay cantante, ¿entonces no es cine o no sería música?

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