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Laurent Cantet • Director

"Tenia ganas de desmontar el sueño americano"

por 

- En Foxfire: Confessions of a Girl Gang, presentada en competición en San Sebastián, Laurent Cantet lanza su mirada a la cara oculta y desconocida del mito de la felicidad en Estados Unidos

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, adaptación de la novela de Joyce Carol Oates presentada en competición oficial en el festival de San Sebastián [+lee también:
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, Laurent Cantet lanza su mirada a la cara oculta y desconocida del sueño americano a través de un grupo de chicas adolescentes de los años 50 que nada tienen que ver con el imaginario que el cine estadounidense ha transmitido sobre su país.

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¿Por qué eligió la novela de Joyce Carol Oates?
Laurent Cantet: Descubrí el libro y lo leí de un tirón. Tuve la sensación de volver a temas como el grupo, la resistencia o la violencia social, que son los que trato de abordar en cada película.

Por qué Estados Unidos?
Porque la autora es de allí y por la historia. Intenté adaptar la historia a Francia pero no funcionaba. En los años 50 en Francia no había un anticomunismo ni tampoco existía “el sueño americano”, que siempre he visto como un mito. Quería ver la cara oculta del mito. La novela siempre me devolvía a espacios y modos de vida de Estados Unidos. Hay una mitología americana que el cine nos ha mostrado y yo tenía ganas de desmontar.

La película está muy conectada a hechos que ocurren en la actualidad.
Lo que me interesa mostrar es la constancia de las luchas y también su herencia. Por eso me interesaba mucho el personaje del padre Theriault, que parece muy dogmático pero encarna también la historia de la lucha. A mí me emociona pensar que este hombre vivió en directo la revolución de 1917 y lo que hace realmente es pasar la antorcha a estas chicas, que van a luchar de forma menos dogmática, e inventar una nueva forma de lucha, que nos recuerdan las de hoy en día a través de la invisibilidad. Me gusta cuando dicen que somos fuertes porque somos invisibles.

Lo que se ve en la película es que ese movimiento es revolucionario, de liberación, pero acaba siendo una dictadura.
Por desgracia, es también el recorrido de muchos grupos. Por una parte, cuanto más duros seamos, más dura será la reacción de la sociedad hacia nosotros y más nos obligamos a radicalizar el discurso y la acción. Como en todos los grupos, la supervivencia depende de las nuevas incorporaciones porque deben reivindicar su sitio endureciendo las posiciones de partida para merecer su lugar en el grupo. Por eso el personaje de VV dice “vosotras habéis creado las reglas pero quiero aplicarlas de verdad”, lo que radicaliza el movimiento hasta casi entrar en el ámbito del terrorismo. Espero que se note que la película no toma partido por el terrorismo sino que refleja su fracaso.

¿Qué papel ha querido que tenga la voz en off en la estructura de la película?
Para mí el personaje de Maddy en general es justamente la memoria, la necesidad de documentar las luchas para no olvidarlas, para pasar el relevo y seguir avanzando. Me interesaba tener una voz que a la vez está tan metida en la historia como distanciada. En todas las películas ocurre que hay personajes que están un poco al margen del grupo que son las observadoras y me pareció importante que fuera la depositaria de la memoria de Foxfire.

Me ha parecido una película un tanto melancólica y desencantada y la relaciono con la visión que Olivier Assayas hace del pasado francés en Aprés Mai [+lee también:
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Creo que la película es lo contrario, que dice que la llama está encendida y va a seguir ardiendo. Por otra parte no creo que situar la película en los años 50 marque la acción. Me da la impresión de que habría podido hacerla en el año 2000 porque habrían salido los mismos temas: la violencia hacia la mujer es bastante comparable aunque la violencia económica es mucho más marcada ahora que entonces. Puede ser que haya una cierta nostalgia en mi mirada de la adolescencia pero espero haber dado una imagen lo menos mitificada posible.

Al haberla rodado en Norteamérica, ¿cómo ha notado la influencia de todos los cineastas norteamericanos?
Es muy difícil escapar a esa influencia. Basta con tener un viejo cadillac delante de la cámara para sumergirse en otras películas que hemos visto pero he intentado tratar una película de época de forma diferente de lo que se ve normalmente. Tengo la impresión de que en las películas de época los americanos intentan probar en cada plano que sí estamos en los años 50 y que se note que han trabajado mucho para que se vea que estamos en esos años. Quería más una ausencia de época casi, algo que pudiera crear vínculos entre su época y la nuestra.

En este sentido hay momentos en que la narración quiere jugar con las texturas, los colores, la puesta en escena...
Más bien quiero luchar contra eso, quería hacer una película tosca para mostrar una realidad más cotidiana. Tenía ganas de mostrar esa América que no se ve a menudo. No tengo la impresión de haberme preocupado mucho por la estética. Me basé en los fotógrafos de los años 50 y eso me sirvió de base, porque pero no era una representación, ya que estábamos en su realidad.

¿Qué reacciones ha suscitado en el público y los medios estadounidenses su novedosa visión de los años 50?
Creo que se han quedado un poco sorprendidos porque no he respetado las reglas de representación de su realidad, por ejemplo; las actrices gustaron mucho a algunos pero nada a otros porque no actúan como actrices americanas. Hay códigos que no son respetados. Es posible que la película tenga más dificultades en Estados Unidos que en cualquier otra parte.

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