06/06/2011

Philippe Reynaert lleva siendo director de Wallimage, el fondo regional de inversión en el sector audiovisual creado por la región de Valonia (Bélgica). El fondo está detrás de la creación de Cine-Regio, la Coordinación Europea de los Fondos Regionales para el Audiovisual, de la que fue el primer presidente en 2005. En mayo de 2011 retomó la presidencia de Cine-Regio para un año, brindando una buena ocasión para que Cineuropa pudiese preguntarle por la estrategia de la organización y la importancia de los fondos regionales en Europa.

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Cineuropa: ¿Cómo cooperan exactamente los miembros de Cine-Regio?
Philippe Reynaert: ¡De manera informal y eficaz! El problema principal de nuestra asociación es al mismo tiempo lo que la enriquece: no hay dos fondos regionales que funcionen de la misma forma o que compartan objetivos a menudo. Todos los fondos, miembros de Cine-Regio, están ante todo al servicio de las regiones que los crearon y como cada una de las regiones tiene necesidades dispares, es normal que haya tantas diferencias entre los organismos que han implantado. De todas formas, hay que precisar que el concepto que nos une a todos es la innegable dimensión artística y cultural del cine, una dimensión económica que repercute en el empleo y en el desarrollo regional. Al margen de los grandes temas que tratamos en las asambleas generales, trabajamos en subgrupos en función de los puntos en común. Unas regiones colaboran en el grupo Kids Regio dedicado al cine para niños; otras, en Docu-Regio, etc.

¿Qué importancia e impacto tiene la red Cine-Regio en la industria cinematográfica europea actual?
Un 20% del dinero público dedicado al cine en Europa proviene de los fondos regionales, si bien su importancia no ha de evaluarse exclusivamente en función de este porcentaje. Hay que poner las cosas en perspectiva: si los fondos nacionales y supranacionales (Eurimages) son constantes pero no aumentan desde hace años, cae la financiación de las televisiones y los mínimos garantizados de las distribuidoras y las agencias de ventas. Entre todas las fuentes de financiación, solo dos muestran una progresión: los sistemas de disminución de la fiscalidad y los fondos regionales. Además, yo añadiría que Cine-Regio es hoy en día y lo será el día de mañana un actor fundamental en la industria cinematográfica europea porque sus miembros están investigando continuamente estrategias sostenibles y siempre están alerta ante los principales avances del sector.

¿Existen criterios comunes para todos los miembros de Cine-Regio en cuanto a la atribución de las ayudas regionales?
En general los fondos regionales conceden sus ayudas con la intención de que ello repercuta en el empleo de la región o en su imagen. O los dos. De todas formas, hay excepciones a esta regla.

¿Cómo definiría, en tanto que presidente, la estrategia de Cine-Regio para el futuro?
Estamos ante un gran desafío. La Comisión europea está trabajando actualmente en un nuevo sistema de comunicación para el cine y es importante que escuche también la voz de las regiones.
Las tareas de estructuración llevadas a cabo en estos últimos años en el seno de Cine-Regio nos han convertido en un auténtico interlocutor de las autoridades europeas. Las regiones han pasado a ojos de la DG de Competencia, de “Bad Boys” en pro de la territorialización a ultranza de los gastos a “lugares de experimentación”, a laboratorios de lo que podría ser el día de mañana el vínculo responsable entre el dinero público y el mundo del cine. En las regiones ya hablamos de inversiones y no de subsidios. Es un lenguaje que puede sensibilizar a los expertos europeos. Es preciso que nos escuchen sin prejuicios y que valoren los esfuerzos que hacemos en beneficio de nuestros colectivos locales, por supuesto, pero también del conjunto del sector en Europa, en definitiva. La estrategia de Cine-Regio puede resumirse, por lo tanto, en tres palabras: exponer, explicar y… ¡convencer!