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Bujar Alimani • Director

"Una Albania que busca su camino hacia Europa"

por 

- Encuentro con el director albanés ganador, con su ópera prima Amnesty, del Premio Cineuropa otorgado durante el festival de Lecce de 2011.

Un hombre y una mujer se conocen por casualidad fuera de una cárcel. Sus respectivas parejas están en el centro y les visitan una vez al mes para tener una relación sexual. Entre ellos nace una tierna historia de amor, destinada a morir cuando sus respectivas parejas sean liberadas. Amnesty [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Bujar Alimani
ficha de la película
]
, primer largometraje del albanés Bujar Alimani, es una sutil exploración de una sociedad en pleno cambio, a caballo entre la moral y la pasión, y se ha hecho con el premio Cineuropa en la 12ª edición del Festival de Lecce.

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Cineuropa: ¿Qué aspecto de Albania querías describir en esta película?
Bujar Alimani: Los protagonistas de mi historia, Elsa y Spetim, son como los demás, como muchos otros que he conocido en mi país natal. Gente que busca emociones reales en una monótona existencia de provincias que les ahoga, un infierno. Son formas de expresión de una Albania que cambia, a caballo entre lo viejo y lo nuevo, que busca su identidad y acercarse a Europa.

¿De dónde ha nacido el guión y quién es su autor?
De un artículo que leí en un periódico albanés, hace un par de años, en el que se hablaba de la decisión del gobierno de secundar la directiva de la Unión Europea que consentía las visitas carcelarias con el único objetivo de mantener relaciones sexuales. Sobre esto he construido la historia de dos personas que visitan a sus parejas el día 5 de cada mes, sin pasión, y en una de esas ocasiones se conocen en el bar en frente de la cárcel.

No se ve nunca el rostro de sus parejas, sólo se les ve de espaldas.
Sí, porque no interesan a los protagonistas y por tanto tampoco al público. Sus encuentros en la cárcel son mecánicos, casi violaciones. El encuentro entre Elsa y Spetim, en cambio, es limpio, casi platónico.

No hay muchos diálogos. ¿Es algo habitual en tu cine?
Tampoco se hablaba mucho en mis cortos. En cambio, en el cine albanés los diálogos son muy importantes. Pero ya dispongo de un medio muy fuerte: la cámara, las imágenes. Quizás sea mi formación como pintor [estudió en la Academia de Bellas Artes de Tirana, n.d.t.]. Junto al director de fotografía, he decidido que toda la película tuviese un color ocre, el color del coñac.

¿Cuáles son tus directores de referencia?
Kiarostami, Loach, Leigh, Bergman, del cual he aprendido precisamente el arte del silencio.

¿Cómo has elegido el reparto?
A Luli Bitri (Elsa) la vi en el teatro; a Karafil Shena (Spetim) lo conocí en Grecia, donde resido actualmente; Todi Llupi (el suegro de Elsa) es un cómico que hace por primera vez un papel dramático. Me he arriesgado porque ninguno es una estrella en Albania. Pero justo por eso ha sido fácil dirigirlos, se han fiado de mí.

¿Es difícil hacer cine en Albania?
La mayor parte de los directores piden mucho dinero, cuando en realidad se puede hacer un cine simple, con poco dinero, pero con mucho contenido. Como el cine iraní. Empezaré a buscar financiación en breve para mi siguiente proyecto, en el cual estoy en el primer borrador. Pero podría empezar a trabajar con sólo 30 ó 40.000 euros.

¿Cuánto ha costado Amnesty y qué plan de distribución tenéis?
El presupuesto total ha sido de 700.000 euros. Ha sido producido por Fantasia Ldt, Arizona Films y 90 Production, con el apoyo de los Centro del Cine de Albania y Grecia y Eurimages. Por ahora, la distribución comenzará en Francia en julio y luego en Grecia y Albania entre septiembre y octubre.

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