31/05/2010

Fundada en 1999, la empresa Agora Films distribuye una docena de películas al año. Su director, Laurent Dutoit, se muestra muy exigente en razón de un mercado trilingüe que ha de adaptarse al ritmo de sus vecinos franceses, alemanes e italianos.

Cineuropa: ¿Cuál es su política de compra de películas?
Laurent Dutoit: Compramos las películas que nos gustan y que nos dan ganas de defender frente al público suizo. No nos interesan los proyectos que prometen «algo gordo» ni tampoco nos jugamos la viabilidad de la empresa en una película; somos prudentes. Con uno o dos títulos al año que den buenos resultados nos basta para pagar los gastos generales. En cambio, cuando hemos comprado películas que no nos entusiasmaban pero que pensábamos que iban a ser un éxito sonado, nos equivocamos. Nuestro mayor éxito hasta ahora, Ser y tener, de Nicolas Philibert, es un buen ejemplo de lo contrario. Desde un primer momento nos gustó, así que llevamos a cabo una gestión más emocional que comercial, pensando que tendríamos entre 2000 y 2500 espectadores. La película terminó vendiendo 140.000 entradas... El interés del oficio de distribuidor radica en esas sorpresas.

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¿Cuál es su película ideal?
Para mí, la película ideal es aquella que tengo ganas de volver a ver nada más terminar la proyección y consigue hacerme llegar las cosas. Estoy abierto a cualquier género y tampoco hago caso de la distinción, a menudo discutible, entre el cine de autor y el gran público. Lo que importa es la calidad del resultado final.

¿Dónde y cómo compra usted las películas?
La mayoría de las veces las compramos en los festivales. Se trate de una película acabada o de una compra sobre el guión, Cannes, Berlín y Toronto son oportunidades de encuentro únicas con las empresas de ventas internacionales. Por ello, las adquisiciones se suelen finiquitar allí. Por otra parte, al ser Agora Films una de las últimas distribuidoras de la Suiza francófona, prestamos más atención al mercado francés. Además, en tres horas y media en tren podemos estar en París para ver películas.

¿Existe una gran competencia a la hora de hacerse con las películas?
Suiza es un mercado con mucha competencia porque cuenta con una serie de entidades independientes que están a la caza del tesoro. Todo depende también del precio que establezcan las vendedoras por una película y la relación de este precio con lo que habíamos estimado en términos de rentabilidad en el territorio suizo. Sus pretensiones son a veces tan excesivas que algunas películas que presentan cierto interés cultural y que tienen potencial comercial no se distribuyen.

¿Qué particularidades tiene el mercado suizo?
La división del país en tres regiones lingüísticas implica tres estrenos diferentes dirigidos generalmente a los mercados italiano, alemán y francés, por lo que dependemos del trabajo y de las elecciones de nuestros vecinos. Las distribuidoras de estos países buscan, por su parte, mantener los derechos de difusión en la esfera lingüística suiza correspondiente, ya que se trata de un extra sin gastos adicionales. Al mismo tiempo, es cada vez más difícil obtener todos los derechos de vídeo y televisión para nuestro propio territorio. Esta práctica nos debilita mucho. Para poder cubrir nuestra inversión en el estreno en cines de una película, debemos poder disponer de todos los derechos suplementarios.

¿En qué cines distribuyen sus películas?
Cuando se trata de cine de autor, tiramos de la extraordinaria relación que tenemos con los cines independientes y alternativos. No obstante, a veces podemos encontrar nuestras películas incluso en las multisalas.