03/05/2010

Annika Sucksdorff estudió producción cinematográfica en Estados Unidos y accedió a la industria finlandesa en 2003. Lleva trabajando cuatro años en Helsinki Filmi. Entre sus títulos figuran Tears of April [+lee también:
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Cineuropa: ¿Qué es lo que le resulta más gratificante de la producción?
Annika Sucksdorffs: Lo que más me gusta es dedicarme en cuerpo y alma a mi trabajo. Soy una «adicta a las historias» y el hecho de poder trabajar con historias y con los que cuentan las historias es mi sueño profesional hecho realidad. Hay que decir, además, que vengo de una familia de empresarios, por lo que también es un incentivo generar actividad económica a través de la creación de puestos de trabajo y de tomar parte en la evolución de este negocio.

Usted ha llevado a cabo de forma activa varias coproducciones de Helsinki Filmi. ¿Qué proyectos han supuesto un desafío mayor? ¿Tiene algunos socios habituales para las coproducciones?
Los proyectos con un mayor número de coproductores son los más problemáticos porque implican un aumento de las tareas burocráticas. Yo diría que tres el número máximo de coproductores para que un proyecto sea manejable y divertido. Hemos trabajado estrechamente con el sueco Martin Persson, de Anagram Productions, quien participó en el programa EAVE con nuestro director ejecutivo Aleksi Bardy, en 2002. También la irlandesa Ripple World Pictures y Riina Sildos, de la estonia Amrion Productions, son socios importantes para nosotros.

¿Cuáles son los principales ingredientes para una buena coproducción?
Buena química entre los coproductores, plena confianza y un gusto cinematográfico similar.

¿Qué ha aprendido usted de sus últimas experiencias como asistente de producción en importantes películas extranjeras, como Hanna, dirigida por Joe Wright y protagonizada por Cate Blanchett?
Mucho; de hecho [sobre todo], cómo satisfacer las necesidades de las grandes estrellas. También he aprendido a ser más flexible: ha habido muchas ocasiones en las que había que aceptar un «no» por respuesta en una producción finlandesa y comenzar con el plan B, pero cuando el presupuesto y la maquinaria son mayores, se dispone de muchos más recursos para seguir con el plan original.

Otra cosa que he aprendido es a valorar más la eficacia de los equipos finlandeses. Fue muy interesante comprobar las diferentes tareas que realiza un productor en un estudio estadounidense; allí hace de intermediario entre los jefes de los estudios, el director y el resto del equipo. Requiere unas enormes capacidades comunicativas y de liderazgo.

Parece que hay muy pocas mujeres productoras y directoras en Finlandia. ¿A qué cree usted que se debe?
¡Sí que hay! Yo diría que en comparación con los otros países nórdicos, hay una proporción similar de mujeres en la producción y en la dirección. Ha habido más éxitos de taquilla dirigidos por hombres, lo cual puede ser el motivo por el que no se nos haya prestado tanta atención. En mi opinión, es también una cuestión temática: las películas comerciales con violencia, sexo y persecuciones atraen más a los directores que a las directoras.

La Finnish Film Foundation ha respaldado activamente en los últimos tiempos películas dirigidas por mujeres; por ejemplo: Run Sister Run!, de Marja Pyykkö; Heartbeats, de Saara Cantell, y Last Cowboy Standing [+lee también:
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ficha de la película], de Zaida Bergroth.

En televisión hay una gran cantidad de mujeres productoras en Finlandia. En cine hay más productores varones y, por lo que tengo entendido, pasa lo mismo en el resto de países nórdicos. He intentado encontrar el motivo y creo que una de las razones es que la producción de largometrajes implica un mayor riesgo. En mi opinión y a raíz de mi experiencia, los hombres están más predispuestos a tomar riesgos que las mujeres.

¿Cómo se siente al haber sido seleccionada como la Producer on the Move finlandesa?
Es para mí todo un honor. Cuando me lo notificaron tuve una reacción muy nórdica que llamamos “Jantelagen”; significa que, en mi cabeza, empecé a hacer una lista con las personas que habían hecho más méritos que yo; pero estoy realmente feliz y pienso dar lo mejor de mi misma para sacar el mayor provecho de la experiencia. Espero conocer a personas con gran capacidad decisoria, a buenos productores europeos y, si es posible, a algún que otro director emergente con talento.