28/04/2010

Asle Vatn tiene más de 15 años de experiencia en el ámbito de la producción cinematográfica. Ha trabajado tanto para entidades públicas –como responsable de publicación para el Norwegian Film Institute– como privadas –Merkur Filmproduksjon– antes de poner en marcha, en 2002, junto con su compañero Christian Fredrik Martin, su propia productora: Friland Film. La empresa ha producido varios títulos aclamados por la crítica como Kissed by Winter [+lee también:
tráiler
ficha de la película] y Upperdog [+lee también:
tráiler
ficha de la película], ambos de Sara Johnsen. Cineuropa: ¿Cómo entró usted exactamente en el mundo de la producción cinematográfica?
Asle Vatn: Todo empezó en 1993, cuando un equipo de IBM vino a Noruega para hacer un spot publicitario para los Juegos Olímpicos de invierno. Tuve suerte e gané mucho dinero en las tres semanas que duró el rodaje. Más tarde, me dediqué a fregar los suelos de algunos estudios cinematográficos y a trabajar de asistente hasta que conseguí un trabajo como auxiliar de producción en 1995. Al cabo de unos años la suerte volvió a sonreírme cuando me ofrecieron un trabajo en el departamento de producción del Norwegian Film Institute.

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¿Qué es lo que más le gusta y lo que más detesta de su trabajo?
Me gusta mucho marcar objetivos y alcanzarlos. Detesto mi trabajo cuando tengo la sensación de que alguien se siente explotado.
Su labor, al igual que la de su socio Christian Fredrik Martin, ha sido reconocida por Variety, al seleccionarle en 2006 entre los diez Producers to Watch, y ahora por la organización del Producer on the Move. ¿Qué significa todo ello para vosotros?
Significa que valoran lo que hacemos y ello nos aporta confianza. Estos reconocimientos de la industria nos convierten en socios interesantes tanto en Noruega como en el resto del mundo.

¿Os resulta más sencillo encontrar financiación para vuestros proyectos después de ocho años en la gestión de Friland Film y de varios éxitos bajo el brazo?
Fundamos Friland en un momento en el que había menos competencia local que en la actualidad. Acceder a la financiación pública es, por tanto, más difícil ahora que en el pasado. No obstante, al ser en la actualidad una productora destacada en el ámbito nacional, las cosas son un poco más fáciles en muchos aspectos.

¿Quiénes son vuestros socios habituales en Escandinavia y en Europa?
Tenemos una relación estrecha con la distribuidora local: Sandrew Metronome; siempre han apoyado nuestros proyectos y creen en lo que hacemos. Hemos trabajado con Nimbus Film en Dinamarca en un par de proyectos, pero realmente no tenemos ningún tipo de atadura hacia nadie a la hora de trabajar en una coproducción. Tenemos que movernos continuamente y dirigirnos hacia donde esté la financiación, por lo que nuestra búsqueda de socios depende siempre del proyecto en cuestión.

Ahora estáis trabajando en un proyecto mayor: Headhunters, coproducida por Yellow Bird. ¿Estamos ante el comienzo de una nueva etapa para Friland, más orientada hacia películas con tirón comercial?
Siempre hemos intentado dar con proyectos que se dirijan al gran público, pero nunca hemos comprometido por ello su calidad. Headhunters es, sin duda, una producción comercial, pero lo que me interesa es hacer un thriller de acción de buena calidad. Para poder hacer la película que queremos, tenemos que conseguir financiación de todo el mundo. Trabajar con Yellow Bird (la productora de la trilogía Millenium) significa trabajar con un socio muy competente. Las proporciones de la película son un paso hacia delante para nosotros, pero en términos económicos es mucho más complicada la otra producción que tenemos entre manos, Theory and Practice, de Jens Lien, –actualmente, en fase de rodaje–.