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Niels Arden Oplev • Director

"Un drama verdadero con personajes verdaderos"

por 

- Encuentro en París con un comprometido cineasta danés que ha firmado un thriller sueco basado en una novela policíaca de repercusión mundial

Presentado en la Sección Oficial de la Berlinale de 1996 con su primer largometraje, Portland, el danés Niels Arden Oplev ha desarrollado su carrera a caballo entre el cine y la televisión, firmando para la primera Chop Chop, We Shall Overcome [+lee también:
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(Oso de Cristal en Berlín en 2006) y Worlds Apart [+lee también:
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. Síntesis de la rueda de prensa celebrada en París con motivo del estreno de Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres y organizada en Francia por UGC.

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¿Cómo tomaste las riendas del proyecto de adaptación cinematográfica del primer capítulo de la trilogía Millennium?
Niels Arden Oplev: Cuando el productor Søren Stærmose me pidió adaptar una novela policíaca sueca, estaba haciendo otra película, no había leído la novela y ni siquiera había oído hablar de ella. Con un poco de arrogancia, me negué diciendo: '¿Para qué hacer un thriller sueco más?' Afortunadamente, Søren insistió. Mientras tanto, varias personas me habían hablado del libro. Lo leí y lo encontré fantástico. No se trata de una novela policíaca al uso, sino de un drama real con personajes reales. Nunca había realizado un thriller, pero aquí se hallaban todos los ingredientes dramáticos necesarios. Por supuesto, sabía que la película debería ser excitante, con acción, pero sobre todo intenté destacar el lado interesante de los personajes.

¿Cuál fue la primera impresión que te causó el guión?
Leí el primer borrador, que reducía la película a una versión de 90 minutos, pero me pareció que había perdido todo el encanto del libro. Sugerí trabajar sobre una versión de 150 minutos, expresar mejor el alma del país y mantener la esencia de la novela. Mi objetivo consistía en realizar una película con una atmósfera escandinava, calidad europea y la habilidad de los norteamericanos para el thriller, con referencias como Nikita, El silencio de los corderos o Zodiac. También deseé dar más importancia a la historia entre Lisbeth Salander y el abogado Nils Bjurman, completamente eliminada en el primer guión, ya que se trata de una verdadera película dentro de la película, indispensable y que da color a todo lo que pasa en la otra parte del filme.

Has tratado los pasajes de violencia de manera muy cruda
Las escenas de violencia me daban un poco de miedo, ya que me recordaban mis primeras películas, muy sombrías. Quería escenificarlas de manera muy realista, alejadas de los tópicos, sobre todo la violación, que no tiene nada de divertido. Tuve que sacar los demonios de la oscuridad. Sabía que sería impactante, pero abordarlos de modo diferente habría sido una traición al punto de vista de Stieg Larsson sobre la violencia de género en Suecia.

¿Cómo has dirigido a los actores?
Sabía que elegir actores con una personalidad fuerte como Noomi Rapace y Michael Nyqvist crearía problemas y discusiones, pero que también añadiría matices a la cinta, ya que tienen una gran sensibilidad hacia sus personajes. Hicimos que los protagonistas principales fuesen más parecidos al libro. Una película entera, 75 minutos, se desarrolla antes de que se encuentren. Es una construcción dramática muy inusual, pero todas las secuencias de estas dos vías paralelas dan color a su futuro encuentro.

¿Fue fácil el montaje?
Fue determinante. Por ejemplo, es en esta fase que se impusieron las imágenes en blanco y negro de Harriet que persiguen a Blomkvist como un fantasma. Proyectamos una versión de tres horas y media a un grupo de veinte personas de confianza. Hasta entonces, prácticamente había convencido a mi productor para hacer una película de tres horas y media como Doctor Zhivago, con un entreacto en el medio. Pero esta versión me pareció un poco lenta y el grupo de expertos consideraba que si era una buena película en estas condiciones, podía volverse fantástica con una duración de dos horas y media. Debía pues tomar unas cuantas decisiones duras. Dije al montador: 'Me voy tres días, corta ahí dentro y lloraré cuando vuelva'. Lo más duro fue renunciar a la historia de amor entre Blomkvist y Erika Berger: la película se volvía así más compacta y la relación entre Blomkvist y Salander más fuerte. Pero volví a poner todo eso en la versión para la televisión.

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