Raro es el cliente de los palacios berlineses que tiene idea del viaje que han hecho las sábanas y toallas limpias que sustituyen todas las mañanas la ropa sucia acumulada en las habitaciones. Una docena de camiones va y viene todos los días desde Berlín a la pequeña cuidad polaca de Gryfino, en la frontera con Alemania. Allí se encuentra la lavandería alemana "Fliegel", justo al lado de la central eléctrica de donde procede el vapor. 400 empleados polacos mal pagados y que trabajan día y noche, son los encargados de asegurar que los camiones berlineses estén de vuelta en la capital alemana en 24 horas, llenos de ropa limpia.