Adam es un rico empresario que aspira a conseguir un mundo más cultivado. Animado por las burlas de que es poco más que un ejecutivo de ciudad viviendo el sueño capitalista, este frustrado cantante aficionado decide montar una propia ópera en su magnífica residencia. Adam cree que cuando sus amigos le oigan cantar las críticas entre ellos desaparecerán. Piensa incluso que todo esto podría ayudarle a conquistar a Celia, la directora que ha estado buscando y la primera que contrata para su obra maestra.