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CANNES 2016 Competición

Los exámenes: "Errare humanum est"

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- CANNES 2016: Cristian Mungiu realiza la película casi perfecta en la encrucijada entre lo humano y lo social en torno a la corrupción del principio de la confianza

Los exámenes: "Errare humanum est"
Adrian Titieni, Vlad Ivanov y Maria Dragus en Graduation

No es anodino comprobar hasta qué punto es actual en la competición del 69ºfestival de Cannes el tema de la corrupción social, económica y psicológica y las elecciones y reacciones individuales que induce. Sin embargo, al contrario, por ejemplo, que Kleber Mendonça Filho y los hermanos Dardenne, que abordan el asunto desde la resistencia, o que Bruno Dumont, que ha optado por una galería de espejos deformadores, el rumano Cristian Mungiu, orfebre del análisis de la realidad, ofrece en Los exámenes [+lee también:
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un examen brillante del engranaje de una decisión inmoral dictada por el amor parental en un ambiente dominado por la cultura de despidos en el ascensor y gracias por los servicios. El cineasta, ganador de la Palma de Oro en 2007 por 4 meses, 3 semanas y 2 días [+lee también:
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, encaja entre sí con gran habilidad las perspectivas de un hombre, de un pequeño núcleo familiar y de un país con una puesta en escena magnífica que permite la expresión de sus múltiples talentos (la ciencia de las atmósferas y de la sugerencia, una dirección de actores impecable, encuadres de excepción, toque de misterio, sentido de la amenaza invisible, etc.), situándose sin duda a la altura de un eventual doblete que, sin embargo, podría estorbar la absoluta consciencia de su propio talento, que raya en la arrogancia en el final: una pequeña bocanada de orgullo comprensible, en todo caso, dada la rigurosa demostración que la precede en su tratamiento de un terreno común y ordinario como puede serlo el individuo contemporáneo. 

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"Hay más miedo que mal", se dice Romeo (Adrian Titieni) cuando recoge en el hospital a su hija de 17 años de edad, Eliza (Maria Dragus), después de haber sido víctima de una agresión junto a unas obras, detrás de su instituto. Sin embargo, este médico de una pequeña ciudad de provincia de Rumanía se equivoca, en lo que será el primer eslabón de un engranaje que hará que su honestidad baje la guardia durante un instante fatídico. El cuchillo que ha aparecido en las manos de un prisionero fugado perturba las intenciones que el padre tiene para su hija: que logre una beca y vaya en una universidad inglesa de renombre al año siguiente. Para lograr este triunfo a ojos de padre ("una oportunidad única"), es necesaria una media de 18 sobre 20 en el bachillerato, cuyas pruebas finales están a punto de comenzar. Esta meta normalmente entra dentro de las posibilidades de Eliza pero el camino para llegar a ella se ve ligeramente torcido por un yeso en la mano y una fuerte perturbación psicológica fruto de lo que habría podido llegar a ser una violación. También hay que decir que Romeo vive en la casa familiar una vida separada en la que mantiene una comunicación mínima con su mujer, Magda (Lia Bugnar), y de la que se refugia con regularidad y a escondidas en casa de su amante, Sandra (Malina Manovici). Animado por su amigo, el inspector jefe de la policía (Vlad Ivanov), este padre sobreprotector desamparado por lo que considera una injusticia de la vida que puede privar a su progenie de un buen futuro, decide abordar este problema con un adjunto del alcalde que desea agradecerle por haberle ayudado a ascender en la lista de personas que esperan un transplante de hígado. A esto le seguirá un encuentro clandestino con el responsable local del jurado del bachillerato y el resquebrajamiento del cristal tras el que Romeo protegía hasta entonces su conciencia.

Los exámenes dibuja con una precisión implacable no sólo el cuadro de un sistema nepotista visto como normal cuando se trata de ayudar a la familia o preservar la propia seguridad sino también la precipitación del amor ciego de un padre que todavía no ha cortado el cordón umbilical con su hija y que proyecta sus propias frustraciones pasadas en su futuro. Cristian Mungiu desvela todos los matices de estas bondades de la educación que resultan ser maldades sin tirar jamás la piedra contra nadie sino constatando sencillamente que hasta el cuidador puede verse afectado por las vibraciones del entorno y que todos los modelos acaban por caerse un día.

Los exámenes tiene como agente de ventas internacionales a Wild Bunch.

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(Traducción del francés)

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