28/09/2017 - SAN SEBASTIÁN 2017: Charlamos con la directora rumana Ivana Mladenovic, que rompe moldes en el cine de su país con su película gay Soldados. Una historia de Ferentari

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ficha de la película], dirigida por Ivana Mladenovic y basada en la novela homónima de uno de los protagonistas, Adrian Schiop, es la primera película romana que aborda temas LGTB de una manera explícita y valiente. Hablamos con la directora sobre el contexto que rodea su primer largometraje de ficción, presentado a concurso en el festival internacional de cine de San Sebastián.

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ficha de la película], que va de tres adolescentes que acaban de salir de prisión. Pasé casi tres años con ellos y no podía dejar de notar de qué manera la pobreza incita al crimen y a la violencia, creando un círculo vicioso del que es muy difícil escapar. Mi película es, ante todo, una historia de amor entre dos hombres y, cuando el amor termina, sobre la culpa. Tanto en la película como en el libro, el personaje de Alberto pasa 14 años en la cárcel y la cinta cubre el estatus social de un ex convicto. ¿Quién va a darte un trabajo con semejante pasado? ¿Cómo entiendes ala sociedad después de 14 años de aislamiento? Y, por supuesto, ¿qué puede hacer realmente este amante, Adi, en esta situación?

Adrian Schiop vivió estos acontecimientos, escribió sobre ellos en su libro, coescribió el guion y protagonizó la película. ¿Qué le llevó a determinar que era su mejor opción para el papel principal?
Al principio, pensé que sería difícil encontrar a alguien que hiciera de Alberto. Solo después de encontrar a Vasile Pavel Digudai empecé a buscar a Adi. Su relación es el corazón de la película, así que buscaba a alguien que pudiera ser el compañero de Alberto. Pasó un año y medio. Digudai venía a Bucarest cada semana para las pruebas y todavía no podía encontrar a mi Adi. Total, que terminé segura de que no podía encontrarlo porque el “verdadero” Adi estaba a mi lado. Nos costó muchísimo convencerlo para que aceptara el papel. Al final, alquilamos un pequeño apartamento en Ferentari y filmamos pruebas y ensayos durante dos meses antes de empezar a rodar.

¿Cree que Alberto y Adi provienen de mundos diferentes?
Adi y Alberto provienen de los márgenes de sus respectivos mundos. Después de salir de prisión, Alberto no echa más que un cable en la casa de un familiar rico. Adi está marginado por su orientación sexual. Esta marginalidad compartida es lo que posibilita su comunicación. Es verdad que sus posiciones económicas son radicalmente distintas; Adi le saca un mundo aquí. Cuando trabajábamos en el guion, intentamos mostrar que el dinero desempeña un papel importante en las interacciones humanas, que el tema no está ausente en una historia de amor. El manele, la música que Adi, hace en buena medida del dinero un fetiche, diciendo a menudo que el dinero y el amor forman una estupenda combinación. Mientras haya dinero, la relación entre Adi y Alberto funciona a la perfección: una especie de afecto que podemos llamar amor.

¿Le gustaría que Soldados provocara un debate en Rumanía sobre el estado de las dos minorías?
La cinta es ante todo una historia de amor entre dos individuos, algo con lo que cualquiera puede sentirse identificado, independientemente del estatus social. Soldados no es un estudio etnográfico de un barrio gitano o un dispositivo sociológico a través de un ghetto. Su historia habla, en efecto, de la pobreza, de lo que es ser homosexual dentro de la comunidad roma y del estatus social de un ex convicto. No es mi papel extraer conclusiones o decir a la gente qué debe pensar de la película.

¿Ya está desarrollando un nuevo largometraje?
Estoy escribiendo el guion de una historia sobre una mujer de unos 40 años de edad que es incapaz de escapar de una relación de larga duración pero sin amor. La rodaremos en la frontera entre Rumanía y Serbia, a ser posible con el mismo equipo de Soldados.

(Traducción del inglés)