11/09/2017 - TORONTO 2017: Cineuropa entrevista a Eglė Vertelytė, cuyo primer largo, Miracle, se ha estrenado en la sección Discovery de Toronto tras nueve años en desarrollo

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La directora y guionista lituana Eglė Vertelytė comenzó a desarrollar su primer largo, Miracle [+lee también:
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entrevista: Eglė Vertelytė
ficha de la película], hace nueve años; ahora, la cinta se ha estrenado finalmente en la sección Discovery del 42º Festival Internacional de Cine de Toronto. Cineuropa habla largo y tendido con la realizadora sobre las consecuencias del colapso de la Unión Soviética, sus efectos en la sociedad actual, el papel de las mujeres y la nostalgia oculta.

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Cineuropa: ¿Por qué decidiste ambientar Miracle en una granja de cerdos?
Eglė Vertelytė: El cerdo ha sido tradicionalmente un elemento central de la cocina lituana. Del mismo modo, en la era soviética, las granjas de cerdos eran elementos indispensables de la agricultura y el paisaje. Elegí la granja de cerdos como representación de un pueblo lituano y del sistema económico soviético. A través de la historia de una granja de cerdos, quería mostrar qué le sucedió al pueblo y al sistema, y a través de la vida dramática pero al mismo tiempo cómica de una mujer fuerte y de la gente que le rodea, quería contar cómo fue ese cambio socioeconómico repentino. El viejo sistema es un cerdo; Irena lo crió, y luego tuvo que enterrarlo con sus propias manos.

Irena, que antes era poderosa, ya no cuenta con el respeto de los demás. ¿Hay un conflicto de género o una lucha por el poder?
Nunca lo vi como un conflicto de género. Sí, Irena es una mujer fuerte que lleva un gran peso sobre sus hombros y que no puede permitirse fallar, como lo hacen los hombres de su entorno. He visto, y todavía veo, a muchas mujeres en nuestro país que parecen ser más fuertes que los hombres. Pero Irena no ha perdido su poder por ser una mujer, sino porque los tiempos han cambiado. Me interesaba más la transición del poder y los procesos de readaptación que el conflicto entre los géneros. Nuestra protagonista, Irena, que solía ser una persona respetada en la comunidad, no puede competir con el nuevo sistema, porque sus viejos valores y métodos de trabajo soviéticos están perdiendo vigencia ante las promesas "sexis" y occidentales que representa la figura estadounidense, Bernardas. Me interesaba cómo una persona que pierde por completo su poder y su influencia es capaz de readaptarse y recuperar su rol dentro de la comunidad, volviendo así a ser poderosa. La gente de este tipo casi nunca acepta la derrota, tratan de mantenerse en el poder, sin que importe el sistema. Irena encuentra su propia estrategia para sobrevivir.

Últimamente ha habido varias películas de países poscomunistas que revisitaban esa época de principios de los 90. ¿Es un modo de rememorar el pasado, o una advertencia para el presente?
A principios de los 90 yo todavía era una niña, así que no aspiro a hacer una descripción fiel, ni tampoco tenía ninguna intención de conmemorar el pasado. Sin embargo, ese período es importante para mí porque es la época en que me crié, y de manera indirecta me ha formado como individuo adulto.  Por esa razón, reflexionar sobre esos tiempos locos me ayuda a comprender mejor de dónde viene mi generación.

Además, me parece importante pensar en esa época, porque ayuda a comprender mejor a la gente que me rodea. Muchas personas de mi entorno todavía están impactadas o traumatizadas por esos años. Por ello, me parece importante mostrar el dilema del cambio desde una perspectiva humana, mostrar que las personas no se comportan de diferentes maneras porque sean buenas o malas, sino porque tenían que sobrevivir.

El film tiene algo que recuerda a la Europa del Este de los 70 u 80. ¿Por qué?
En el aspecto visual, una de las cosas que pretendía era que la película tuviera un estilo antiguo. Así evocaría visualmente algunas películas soviéticas. Lo hice por la sencilla razón de que pensaba que establecería una relación natural con la época y el lugar, ayudando a sumergir al espectador en el mundo de la película con mayor facilidad.

¿El "milagro" fue el capitalismo?
Yo creo firmemente en la democracia, y no quiero ni imaginarme lo difícil que sería vivir ahora si las cosas hubieran seguido igual. Sin embargo, el milagro del capitalismo desenfrenado que vino con la democracia fue bastante cruel para algunas personas, y el dolor que les infligió no puede caer en el olvido. El nacimiento de una sociedad nueva y democrática fue doloroso, no se puede edulcorar el proceso.

(Traducción del inglés)